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| Foto: Archivo particular

El fin de una historia

La semana pasada llegó a su fin una de las historias empresariales más reconocidas del país.

7 de marzo de 2013

La semana pasada llegó a su fin una de las historias empresariales más reconocidas del país. Tras 47 años, Hernando Trujillo la tradicional firma fabricante de prendas de vestir anunció su cierre. El contrabando, el aumento de las importaciones, los mayores costos laborales y la elevada deuda llevaron a su asamblea de accionistas a tomar la decisión de liquidar la compañía. Además, como ocurre en algunas sociedades de familia, tras el retiro de su fundador, los herederos no asumieron las riendas del negocio. Los accionistas trataron de encontrar un socio estratégico, pero la conformación de tres sindicatos ahuyentó a los posibles inversionistas. Ahora el agente liquidador se encargará de cerrar los 14 almacenes que quedan, salir de los inventarios, vender algunos activos y pagarles a los acreedores y a los trabajadores. Atrás quedó la historia de su creador Hernando Trujillo, oriundo de Angostura (Antioquia), quien comenzó con una pequeña sastrería en su casa. Posteriormente se especializó cuando trabajó para Everfit y Valher. A mediados de los sesenta decidió independizarse y montar su propia empresa. La compañía comenzó un proceso de expansión que la llevó a tener 40 establecimientos comerciales en el país y distribuidoras en Ecuador, Panamá y Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos años una serie de factores hicieron que la empresa se fuera a pique. Esta es otra de las grandes empresas de confecciones que no pudo resistir la competencia internacional.