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Clemente del Valle, presidente de la FDN, afirma que el programa de cuarta generación de concesiones implica un doble reto para la banca: por los montos requeridos y por la naturaleza de la financiación. | Foto: Carlos Julio Martínez

INFRAESTRUCTURA

El nuevo banco que financiará la infraestructura

El presidente de la FDN, Clemente del Valle, tiene la tarea de ayudar a financiar todos los grandes proyectos de infraestructura de Colombia.

14 de febrero de 2015

El reto de financiar el programa de cuarta generación de concesiones (4G) hizo que el gobierno creara una de las instituciones más importantes para el futuro del país, que hoy pocos conocen. Se trata de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), un banco especializado en infraestructura como no hay muchos en la región. De hecho, hasta hace poco solo México tenía entidad enfocada ciento por ciento en este tema.

Aunque nació como entidad pública, a finales del año pasado cambió su naturaleza al recibir dos nuevos socios: la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. Con ello la FDN no solo fue capitalizada y fortalecida patrimonialmente, sino que pasó a regirse por el régimen privado, lo que le da mayor autonomía, la blinda contra presiones políticas y la pone a marchar con prácticas internacionales de Gobierno Corporativo. Es decir, pasó a ser una entidad similar a Ecopetrol o ISA.

Como dice su presidente, Clemente del Valle, la FDN no es un banco de fomento como los tradicionales. Está llamada a ser líder en la financiación de la infraestructura en todo el sentido del término. Es decir, podrá apoyar proyectos de energía, carreteras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, movilidad en las ciudades e incluso infraestructura social como hospitales y escuelas.

En esta primera etapa de funcionamiento, la FDN tiene dos importantes tareas: ayudar a buscar financiación para la cuarta generación de concesiones y presentar en los próximos cuatro meses una propuesta para la estructura financiera y legal del metro de Bogotá.

Sin duda, la primera labor es su gran prueba de fuego. El programa 4G no solo le cambiará la cara a la infraestructura vial del país. También generará grandes transformaciones en el mercado de capitales y en la banca local, de donde saldrá el grueso de la plata para financiar las obras. Y, por supuesto, le dará un vuelco a la ingeniería colombiana y a las firmas constructoras.

El gran paquete de proyectos viales anunciados por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) –unos 40– que componen esta cuarta generación de concesiones, además de necesitar de jugadores de experiencia en el terreno de la infraestructura, también requiere enormes inversiones, cercanas a los 50 billones de pesos en los próximos cinco años.

Como el programa está basado en asociaciones público privadas (APP), sobre los hombros de los particulares recae el gran reto de poner la plata para la construcción. A diferencia del pasado, ahora el gobierno no anticipa los fondos y solo paga a los concesionarios por disponibilidad de las vías, es decir, cuando el privado tenga listas las carreteras.

Esto quiere decir que el mercado local de capitales será el gran proveedor de los recursos que necesitarán los concesionarios para construir las obras. Y si esto supone un gran reto para ellos, es un doble desafío para los bancos colombianos y los inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones.

En primer lugar, porque se trata de grandes sumas de dinero que superan lo que se ha financiado en el pasado. Para entender la dimensión del asunto, hoy toda la cartera de la banca del país comprometida en proyectos de infraestructura asciende a 8 billones de pesos. Entre tanto, solo para la primera y segunda ola de concesiones (ya aprobadas por el gobierno) los privados tendrán que salir al mercado a buscar préstamos por aproximadamente 30 billones de pesos en los próximos 18 meses.

En segundo lugar, se trata de un modelo de financiación completamente diferente al que han manejado los bancos. La tolerancia al riesgo es distinta cuando se trata de préstamos para las grandes corporaciones que cuando se trata de carreteras. En este caso, los créditos son garantizados por los flujos futuros de los proyectos, algo que, si bien en los países desarrollados es normal, en Colombia apenas comienza a hacer carrera.

Pues bien, para movilizar tantos recursos, animar y generar confianza entre los participantes –bancos y fondos–, es claro que no basta con tener un buen paquete de proyectos. Se necesita además una entidad que haga las veces de catalizador del proceso. Es decir, que impulse a los participantes, los atraiga y los acompañe. Ese es el papel que cumple la Financiera de Desarrollo Nacional.

Del Valle dice que Colombia está entrando en las grandes ligas del mundo financiero al poner a andar proyectos de tanta envergadura como los de la cuarta generación. “Nuestro papel será el de facilitador. Estamos acá para invitar a los bancos a subirse al bus. Al principio nos podían ver como competencia, pero les hemos mostrado que no venimos a ello”.

Ver a la FDN con la camiseta de 4G puesta ha comenzado a generar confianza. La entidad pone plata, otorga garantías y toma riesgos. Eso ha hecho que otros bancos se animen a prestar, de tal manera que los concesionarios avancen en sus cierres financieros y que la banca multilateral y los inversionistas internacionales también quieran jugar en este programa.

La FDN ha jugado un papel importante también como indicador del mercado. Una de las grandes preocupaciones de este programa en sus comienzos fueron las altas tasas de interés que estaban cobrando los bancos a los concesionarios. La financiera con sus tasas de referencia de IPC más 7,5 puntos envió un mensaje al mercado que está calando. Se esperaría que muchos bancos empiecen a migrar hacia esos niveles.

La entidad podrá entrar como inversionista en los proyectos, aunque por ahora no lo ha hecho. Esto sería importante, porque podría ayudar a las constructoras a crecer. “Muchas firmas tendrán que transformarse. Llegar a Bolsa incluso. Y la FDN está lista para darles la mano”, dice Del Valle.

Como dice el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, la FDN es la tercera pata del trípode de la infraestructura: la ANI estructura, el gobierno nacional ofrece recursos para las APP y la FDN ayuda al financiamiento de largo plazo. Si esta pata funciona bien, el sueño de ver al país conectado con carreteras modernas podría, esta vez, ser realidad.

Cuentas en blanco y negro

Las dos olas de 4G y los proyectos de iniciativa privada tienen un costo aproximado de 44,7 billones de pesos: 16,2 billones para la primera; 21,8 billones para la segunda y 6,5 billones en proyectos de iniciativa privada.

De acuerdo con los cálculos de Ministerio de Hacienda, de ese total, 32 billones de pesos vendrán de deuda y 13,4 billones del patrimonio de las empresas ganadoras.

Los recursos de la primera ola, en los diez proyectos ya adjudicados, tienen fuentes identificadas y comprometidas. Pero ¿serán capaces de asumir compromisos adicionales al presentarse a los concursos de la segunda ola?

Para los diez proyectos de la segunda ola que están en proceso de adjudicación, se necesitan 15,3 billones de pesos en deuda y 6,56 en patrimonio.

Por el lado de la deuda, para las dos olas de 4G, el gobierno divide las fuentes en cuatro: 17,4 billones de pesos en la banca local; 2,5 en fondos de deuda; 7,8 de fuentes extranjeras y 3,5 de la FDN.

Sin duda, el reto es inmenso. En un análisis sobre las fuentes de financiación, B-I Latam afirma que por el lado de la banca puede que los recursos estén ahí. Pero señala que hay dudas de que los extranjeros se interesen lo suficiente como para aterrizar a este mercado. Frente al aporte de la FDN es claro que se la tendrá que jugar a fondo. La venta de Isagén podría darle oxígeno. La idea del gobierno es crear con este dinero un fondo que administraría la Financiera.

Las fuentes de financiación
(En las dos primeras olas) ($billones)
Banca local                        17,46
Fondos de deuda (AFP)      2,50
Fuentes externas                7,82
FDN                                      3,50
Fuente: Minhacienda

B-I hace el análisis de todas estas
alternativas de financiación y su viabilidad técnica en una serie de reportes. Habrá que ver si las cuentas dan para hacer
que el gran futuro de las 4G en Colombia sea toda una realidad.
(www.bilatam.com)