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Luis Carlos Villegas escogió su ciudad natal Pereira para realizar la asamblea número 69 del gremio.También para que fuera el marco de su despedida después de poco más de 17 años. | Foto: ANDI

GREMIOS

El pulso por el poder en la Andi

La elección del nuevo presidente del gremio está como para alquilar balcón.

24 de agosto de 2013

Por estos días, en los corrillos del mundo empresarial solo se habla de un tema: quién será el sucesor de Luis Carlos Villegas en la presidencia de la Andi, el gremio económico más poderoso del país. 

Desde el momento en que el presidente de la República, Juan Manuel Santos, nombró públicamente a Villegas como embajador en Washington, comenzó el sonajero de los posibles candidatos a uno de los puestos más importantes del sector privado colombiano. 

El diario La República se lanzó con una terna de tres pesos pesados: el presidente del BID, Luis Alberto Moreno; el exdirector del DNP, Hernando José Gómez; y el actual ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría. Aunque se trata de figuras de gran relevancia en la vida nacional, la verdad es que, por ahora, ponerlos en la baraja es casi lo mismo que hacer un ejercicio de prestidigitación. Pero se puede sacar ciertas conclusiones.

Moreno es presidente del BID hasta 2015 y tiene la opción de ser reelegido por un periodo más, lo cual, por tiempos, hace imposible su llegada a la dirigencia gremial. Aún asumiendo la tesis de que es un firme candidato a la Presidencia de la República y que la Andi es una privilegiada pista de aterrizaje para regresar a Colombia, es utópico pensar que Moreno va a renunciar a la presidencia del BID cuando no ha terminado el periodo. 

El ministro Cárdenas, por su parte, si bien tiene grandes pergaminos, todo el mundo tiene claro que su camino es la política. Y en ese sentido el cargo del ministro de Hacienda es quizás alguno de los pocos que da más protagonismo y proyección que el de presidente de la Andi. 

Además, en medio de la actual coyuntura es difícil pensar que Cárdenas se baje de la nave cuando soplan vientos reeleccionistas. Y Hernando José Gómez, aunque tiene una gran trayectoria y una excelente hoja de vida, para algunos observadores es un funcionario de corte demasiado técnico para un cargo de alto vuelo gremial, y no tiene mucho kilometraje empresarial, un ingrediente básico que suma puntos en esta elección.

Pero más allá de las apuestas que se puedan hacer en los corrillos y cócteles, lo que puede anticiparse es que la búsqueda del sucesor de Villegas estará como para alquilar balcón. Para muchos se avecina un fuerte pulso de poderes entre las regiones del país, entre los sectores económicos y entre algunas vanidades personales que quieran alcanzar esta posición, la más cotizada dentro de la actividad gremial nacional.

En el pasado, la elección del presidente de la Andi era un tema que le interesaba casi exclusivamente a un grupo de industriales. Hoy su trascendencia es nacional, debido a que su radio de acción se ha ampliado. Actualmente, esa asociación tiene tres veces el número de empresas que tenía en 1996, cuando llegó Villegas, y sus afiliados representan el 45 por ciento del PIB nacional. 

Ya no es un grupo de industriales, sino el gremio cúpula de los empresarios colombianos, donde confluyen casi todos los sectores de la vida económica del país. Tanto es así, que hace cinco años, en una asamblea, los afiliados decidieron cambiarle el nombre por el de Asociación Nacional de Empresarios.

Teniendo en cuenta lo anterior, se entiende por qué tanto revuelo con el nombramiento que se avecina. Y como no se trata de una elección sencilla, la junta de dirección general decidió la semana pasada conformar una comisión para organizar el proceso de selección y designación. 

Pero antes de comenzar a barajar candidatos, esta comisión deberá esperar que se posesionen las juntas seccionales del gremio –que acaban de ser elegidas en las regiones–, pues sus presidentes conformarán la nueva junta de dirección general, máximo órgano encargado por estatutos de decidir la cabeza del gremio.

Los pulsos
Desde la última vez que se eligió presidente de la Andi, en 1996, el panorama nacional ha cambiado completamente. La economía se ha venido abriendo y el mapa empresarial del país ha dado un gran giro; unos sectores han perdido protagonismo, otros lo han ganado; algunas regiones han cedido preponderancia frente a otras y esto será determinante en la escogencia del nuevo timonel del gremio.

Por eso, se espera que el primer gran pulso por el poder de la Andi se dé entre las regiones. En el pasado, los presidentes del gremio han sido figuras de ascendencia antioqueña, en el entendido que en esta región se ha concentrado la fuerza empresarial del país. Los últimos cuatro han sido de Antioquia o del Eje Cafetero: Luis Prieto de Manizales (1971-1974); Fabio Echeverri de Medellín (1974-1991); Carlos Arturo Ángel de Pereira (1991-1995) y Luis Carlos Villegas también de la capital risaraldense (1996-2013). 

Pero las cosas han venido cambiado. Bogotá, que se había marginado de esta elección en el pasado, aspirará probablemente a tener su primer representante en la nueva dirección de la Andi. La región Caribe tampoco querrá verse excluida y está llamada a ser el área colombiana más beneficiada con los tratados de libre comercio. El peso y la dinámica empresarial que se vienen observando en la zona norte del país podrían hacerse sentir en la próxima elección. 

Naturalmente, Antioquia va a querer también elegir su representante. Este es el departamento con la segunda mayor economía del país, después de Bogotá, y con un dinamismo empresarial reconocido por el país. Las ventas de las compañías del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) representan el 6 por ciento del PIB nacional. 

No hay que olvidar que la Andi nació en Medellín –considerada la cuna de la industria en Colombia– y esa tradición cuenta. Valle del Cauca, por su parte, ha soñado con tener presidente de la Andi. Aunque del sector empresarial vallecaucano han salido grandes y reconocidas figuras, la región Pacífica también dará su lucha para poner su candidato.

Para algunos analistas sería un error volver la elección una batalla regional, porque sería debilitar un gremio que en la actual coyuntura de la economía local y global debe estar unido. Argumentan, además, que la Andi es una asociación que defiende temas nacionales y no regionales.

Pero al pulso de las regiones se le podría sumar otro igualmente fuerte: la lucha sectorial. En la Andi están representados prácticamente todos los sectores económicos: industrial, financiero, agroindustrial, alimentario, comercial, de servicios, minero, entre otros. Algunos son muy poderosos, sus empresas se han convertido en grandes jugadores regionales y jalonadores del PIB y querrán hacer valer esa supremacía con su candidato. 

Por otro lado, no es un secreto que algunos sectores que han tenido dificultades, creen que algo de responsabilidad le cabe a la Andi y querrán que el hombre que esté al frente del gremio represente su área específica. En junio, la producción industrial cayó un 5,5 por ciento y 34 de los 48 subsectores industriales registraron una menor producción. 

En este sentido, habrá quienes hagan mayor fuerza para que el comando lo asuma un representante de la industria manufacturera, en aras de presionar para tratar de devolverle dinámica a este renglón. Hay también aquellos que con algo de nostalgia quieren ver en la dirección un industrial puro.

Es probable que a su vez se dé el debate entre la línea proteccionista que subsiste en algunos sectores de la Andi y quienes consideran que solo compitiendo puede desarrollarse el sector privado colombiano.

La realidad es que ningún sector o grupo económico ostenta más poder que otro dentro del gremio, como pudo haber ocurrido en el pasado. Para financiarse, la Andi no depende de un sector o de empresas en particular. Esto le da una gran independencia al presidente de turno y también podría quitarle la presión sectorial a la próxima elección.

Para algunos observadores, también sería un error desatar una batalla sectorial. Uno de los pasos más importantes que ha dado la asociación en los últimos años es precisamente llegar a través de 27 cámaras a todos los sectores, sentarlos en la misma mesa, buscar soluciones a los problemas particulares y trabajar en temas transversales que les convengan a todos.

Ahora bien, como representante del empresariado nacional, el presidente de la Andi participa en las más altas esferas del poder nacional, cuenta con una gran visibilidad mediática y además tiene alguna representación internacional. La Andi es el órgano consultor de Naciones Unidas, tiene asiento en el Consejo de Administración de la OIT y en la Junta Mundial de la OIE y hace parte de los comités de la Ocde, entre otros.

Estos son hechos suficientes como para que más de una vanidad aspire al cargo. Lo más probable es que en las próximas semanas se vea un fuerte lobby de figuras de la vida nacional que busquen al menos entrar en la baraja de opcionados.

Lo cierto es que hay una regla de oro que ha permanecido desde hace 69 años en la Andi y que le ha dado muy buenos resultados. El presidente de la entidad ha salido de las entrañas del gremio y ha sido un empresario de pura cepa. Todos han pertenecido por algún lapso a la junta de dirección general o se han fogueado en el mundo de los negocios. Esto garantiza que puedan hablar de tú a tú con los afiliados y sintonizarse con sus intereses. Aunque la historia pesa nada garantiza que esta elección continúe esa tradición.

Bajo el nuevo presidente, la Andi tendrá que asumir grandes retos. Después de la firma de todos los acuerdos comerciales, viene la etapa de aplicación y en esto la Andi deberá jugar un papel muy importante. Su labor técnica es fundamental para lograr que el gobierno, a través de las políticas públicas, genere las condiciones adecuadas para que los empresarios puedan aprovechar esta nueva realidad económica del país.

La interlocución gremial con los gobiernos también ha cambiado. Ha pasado de ser una vocería que lleva quejas y reclamos a desempeñar una labor más proactiva. Algunos dentro de su propio gremio han tildado de gobiernista a Villegas, pero otros afirman que su estilo de mantener buenas relaciones con la Casa de Nariño ha sido más prudente y efectivo en la labor que representa.

Un reto adicional para el nuevo presidente es trabajar para que las empresas alcancen la madurez que les permita dentro de la propia Andi resolver sus problemas y conflictos intrasectoriales, para que en cuanto gremio cúpula se concentren en los temas transversales como los aspectos tributarios, laborales, del medioambiente, sociales y de paz. 

En síntesis, el empresariado colombiano tendrá ahora una gran oportunidad de escoger un buen líder que trabaje no solo por sus intereses, sino por los del país.