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EL QUE MUCHA COCA VENDE...

El más reciente estudio sobre el negocio de la cocaína sostiene que los capos colombianos podrían estar ganándose hasta 15 mil millones de dólares al año.

6 de agosto de 1990


Este tigre no es como lo pintan... es más grande. Eso, por lo menos, es lo que dice el estudio más reciente sobre el mercado de la cocaína en el mundo, el cual sostiene que el negocio es aún más descomunal de lo que todos pensaban. Según un trabajo dado a conocer por Latin American Newsletters -una firma inglesa que tiene una serie de publicaciones especializadas- Colombia puede estar vendiendo hasta 1.700 toneladas del alcaloide al año, una suma 17 veccs mayor que la esgrimida por el gobierno norteamericano durante mucho tiempo. Como mínimo, la publicación dice que las ventas de cocaína nacional ascienden a 754 toneladas, lo cual deja en claro el tamaño del problema por resolver.

Porque, además, este es definitivamente un gran negocio. Latin American Newsletters estima que las utilidades brutas de los capos colombianos están entre 7.161 y 14.813 millones de dólares al año. A modo de comparación, basta recordar que las utilidades netas de las 100 empresas más grandes del país en 1989 fueron de unos 1.131 millones de dólares. No obstante, el mismo informe afirma que tan sólo una parte -alrededor de 1.500 millones de dólares- entra cada año al territorio nacional.

Como siempre sucede en estos casos, las cuentas que se hacen son una mezcla de adivinanza y de sentido común. El punto de partida es el área cultivada de coca la cual se estima entre 154.000 y 314.000 hectáreas. De esta superficie, casi dos terceras partes se ubicarían en Perú y el resto en Bolivia, con una pequeña zona para Colombia. Teniendo en cuenta que una hectárea de coca genera en promedio 1.7 toneladas de hoja suma que, al cabo de toda una serie de procesos, equivale a 6 kilos de cocaína pura, se puede obtener un escenario de producción más o menos confiable. Latin American Newsletters sostiene que, después de descontar las incautaciones, el total de cocaína exportable se ubica entre 839 y 1.784 toneladas.

Sobre este punto, el estudio de la firma inglesa hace dos afirmaciones llamativas. La primera tiene que ver con la inmensa cantidad de terreno que se puede adaptar todavía para el cultivo de la coca. El informe dice que Perú estaría usando "cerca de una tercera parte de la tierra disponible. Terrenos similares en Ecuador no se han utilizado y se hacen experimentos para desarrollar variedades que se adapten a la condiciones brasileñas". Aunque eso no implica que los cultivos vayan a aumentar, sí deja en claro que cualquier esfuerzo de erradicación física de las matas va a llevar simplemente a que la coca se plante en otras zonas o países, sin que el problema de fondo se solucione.

Por otra parte, se dice que "aunque Colombia aún procesa la mayoría de la cocaína, las sucesivas etapas de producción se han ido moviendo hacia arriba, en dirección de los países que producen la materia prima. Bolivia ya cuenta con el proceso completo y se dice que produce cerca de 85 toneladas de cocaína pura". El próximo en entrar en contienda sería Perú, sugiere el trabajo, más aún si se tiene en cuenta que las condiciones de Colombia ya no son las ideales para los narcotraficantes.

Gracias a que la cocaína pura (que se paga a un promedio de 10.000 dólares el kilo al por mayor) se rebaja hasta un 65% de pureza y se vende al menudeo, el dinero en movimiento aumenta sustancialmente. Latin American Newsletters afirma que "en las calles de los Estados Unidos, los consumidores gastan entre 83.000 y 197.000 millones de dólares en cocaína. Más de un 91% de esta suma se queda en los Estados Unidos".

Según el trabajo, la parte de los productores es el 9% de esa suma. En el caso colombiano, los narcotraficantes "reciben entre 7.200 y 16.300 millones de dólares por la cocaína pura que proveen (a Estados Unidos). También ganan entre 3.900 y 8.800 millones de dólares en ventas a Europa y Asia". Este mercado es, en teoría, el de mayor porvenir. En el caso del Viejo Continente hay interés en ampliar la demanda que ha venido creciendo rápidamente. En el del Japón sucede algo similar. La publicación dice que en los dos primeros meses de este año la policía nipona incautó 25 kilos de cocaína, dos veces más que en todo 1989 y 25 más que en 1988.

En lo que tiene que ver con el lavado del dinero la responsabilidad no parece ser de los países productores. El informe sostiene que "aún alterando todas las cifras deliberadamente es difícil ver que el lavado de los 'coca-dólares' en Latinoamérica represente más del 15% del total. La mayoría de éste se lava fuera de Latinoamérica: se encuentra en los bancos del hemisferio norte, y muy probablemente en los más grandes".

Pero en particular, el documento de Latin American Newsletters destaca la habilidad de los narcotraficantes para adaptarse a los cambios en las condiciones imperantes. Por el lado del transporte, hay una tendencia creciente a introducir cargamentos pequeños dentro de la carga comercial de los países, lo cual hace mucho más difícil su detención en las fronteras. Por el de las rutas, hay itinerarios más sofisticados que la ruta al Caribe y la Florida. Por el de la producción, se nota una tendencia hacia la construcción de laboratorios pequeños de más difícil detección por parte de las autoridades.

No obstante, quizá lo más impresionante es la afirmación en el sentido de que "los narcotraficantes colombianos están comenzando a desarrollar una nueva línea de producto: la heroína". Según la firma inglesa, la producción de este alcaloide -que se inicia con el cultivo de la amapola- incluye 16 procesos diferentes y al parecer en Colombia ya se realizan ocho. Afirmaciones como esa demuestran una vez más que la pesadilla en el país va a continuar, así el producto ahora sea diferente. Por esa razón quienes conocen el tema insisten en que, en materia de narcotráfico, la guerra de Colombia hasta ahora está comenzando.--