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F I N A N Z A S &nbsp;&nbsp; <NOBR>P U B L I C A S</NOBR>

El termómetro del ISS

La crisis del Seguro toca fondo. El gobierno ensaya la fórmula de la concertación para sacarlo adelante.

4 de septiembre de 2000

El martes pasado Jaime Arias, presidente del Instituto de Seguros Sociales (ISS), dio la voz de alarma. En pocas semanas se acabará la plata para seguirles pagando a los 35.000 empleados y contratistas de la entidad. Se agota así el tiempo para que el gobierno y el sindicato acuerden la reestructuración del instituto.

Las finanzas del ISS no han parado de deteriorarse. Las reservas para pagar las pensiones están cayendo y —si no se hace una reforma— se agotarán en pocos años. La situación es mucho más apremiante en salud. Este año los recursos para compra de servicios médicos sólo alcanzarán para pagar lo que quedó debiendo el año pasado. Está en vilo la suerte de sus 35 clínicas y 240 centros de salud y la atención médica de los seis millones de beneficiarios estimados, aunque no se sabe exactamente cuántos son.

Los problemas de la entidad vienen de tiempo atrás. Tiene una convención colectiva costosa que permite a los empleados devengar 22 sueldos al año y jubilarse con cinco años de anticipación. A esto se suma la corrupción, la politiquería y la frecuente evasión de aportes del sector privado. Además, el año pasado la Superintendencia de Salud le prohibió recibir nuevos afiliados.

Para el gobierno la entidad nunca será viable con las actuales prebendas laborales. Además hay que separar administrativamente los negocios de pensiones y salud, y separar las clínicas de la EPS. Incluso se consideró la posibilidad de liquidar la entidad y crear una nueva —como se hizo en la Caja Agraria— pero la iniciativa se frustró porque se filtró a los medios de comunicación.

Ahora las circunstancias políticas han cambiado y el gobierno no podrá decidir la suerte del ISS en forma unilateral. La concertación es la nueva bandera oficial —sobre todo con la llegada de Angelino Garzón al Ministerio del Trabajo—, y para las principales reformas económicas se buscarán fórmulas entre gobierno, partidos, empresarios y sindicatos.

La del ISS es una concertación urgente. Sus directivas, el gobierno y el sindicato negocian contra reloj y no será fácil un acuerdo satisfactorio para todos. El presidente del Seguro demanda 350.000 millones de pesos para terminar el año. El gobierno, que en todo caso no los tiene, no está dispuesto a conseguirlos si no se hace una profunda reestructuración. El sindicato exige que el Estado pague sus deudas al seguro, y si bien acepta renegociar la convención, no se sabe cuánto cederá.

“Hay una necesidad urgente de tomar decisiones”, afirma Francisco Yepes, director de la Unidad de Salud del ISS. Habrá que ver si con los acuerdos traducidos a cifras, el ISS es o no viable. Si lo es, quedarán demostradas las bondades de la concertación. Si no lo es, esta práctica se desprestigiará, con los consiguientes traumatismos sociales. El desenlace del ISS podría ser un indicador del éxito o el fracaso de la concertación como política del gobierno .