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El visionario

La semana entrante estará en el país Orlando Ayala, el colombiano que es la mano derecha de Bill Gates. SEMANA habló en exclusiva con él sobre su inigualable carrera y los planes que tiene para Microsoft

15 de mayo de 2005

Orlando Ayala es tal vez el ejecutivo colombiano de más éxito en todo el mundo. No solo es el tercer directivo en la línea de mando de Microsoft, la compañía de software más grande del planeta, sino que es el único hombre capaz de cantarles la tabla a los 50 ejecutivos más importantes de la multinacional, incluido el propio Bill Gates, como aparece publicado en el libro Microsoft Rebooted, lanzado recientemente en Estados Unidos.

Ayala, de 47 años, nació en Cali pero estudió ingeniería de sistemas en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá. En 1985 salió de Colombia, cuando trabajaba para la multinacional NCR, que se lo llevó a Ohio y luego a México. Allí lo llamó en el año 1991 un cazatalentos que buscaba un candidato para la gerencia general en México de Microsoft, una compañía pequeña en esa época. Pero cuando llegó a la entrevista, sorprendió tanto a los ejecutivos de Microsoft que, en lugar de contratarlo como gerente para México, lo nombraron al frente de todas las operaciones de la multinacional en América Latina.

La elección resultó afortunada. En tres años abrió 11 subsidiarias en la región, incluida la de Colombia, que en 1993 facturaron ingresos por 100 millones de dólares. Por eso, en 1995, Ayala fue nombrado vicepresidente de operaciones internacionales, un cargo que lo hacía responsable de las inversiones y las estrategias de crecimiento no sólo en Latinoamérica, sino también en África, India, el Mediterráneo, el Medio Oriente y el Sureste Asiático. Uno de sus proyectos bandera fue la creación en India de un centro de investigación y desarrollo de software.

En 1998 ascendió a vicepresidente senior para las Américas y el Pacífico, y en 2000 llegó a la vicepresidencia mundial de ventas, mercadeo y servicios de la compañía. Su reto actual es la vicepresidencia mundial de soluciones de empresas pequeñas y medianas, pymes, una posición a la que no llegó por casualidad: es el mercado más prometedor y el de mayor crecimiento para Microsoft. El gran conocimiento de Ayala está en cómo puede la tecnología apoyar el crecimiento de las empresas, especialmente aquellas en países en desarrollo.

Ayala habló con SEMANA desde su oficina en Redmond, Seattle, donde prepara sus movidas. Además viajará la próxima semana a Colombia como conferencista de Expogestión 2005, donde estará hablando de liderazgo al lado de personajes de la talla del ex presidente estadounidense Bill Clinton y del ex campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov.

SEMANA: ¿Cuál es el perfil que debe tener un ejecutivo para ser tan exitoso como usted en el mundo de los negocios de las grandes ligas?

Orlando Ayala: Les quiero dar mi caso: yo no estudié en Estados Unidos, lo hice en Colombia; no en el mejor colegio ?el Hispano Americano?, y tampoco en la mejor universidad ?la Jorge Tadeo Lozano?, pero ambas eran buenas instituciones. Hay cosas como la dinámica interpersonal, el manejo de la gente, el trabajo en equipo, la pasión por lo que se hace, el liderazgo, que no se enseñan en la academia y que son fundamentales en un mundo como el que yo vivo, que nunca duerme y que siempre está cambiando.

SEMANA: ¿Por qué se la juega usted tanto por el crecimiento de Microsoft en América Latina?

O.A.: Porque existe un enorme potencial de crecimiento. Hoy esta región significa apenas el 2 por ciento de las ventas de Microsoft, pero no me cabe la menor duda de que es un escenario de oportunidades donde el gran desarrollo será en la pequeña y mediana empresa. Las pymes deben entender que conectividad no se limita a conectarse a Internet, es algo que va mucho más allá y que busca enlazar procesos de clientes con proveedores, de manera que se fortalezcan las cadenas de valor.

SEMANA: Pero si estos negocios a duras penas tienen para cubrir sus costos básicos, ¿cómo van a invertir en tecnología?

O.A.: Justamente por eso es importante que inviertan en tecnología: para optimizar operaciones y disminuir costos, dos cosas fundamentales para la supervivencia de cualquier empresa. Vivimos en un mundo extremadamente competitivo en el que las ineficiencias operativas pueden llevar a una compañía a la bancarrota. Las revoluciones industriales han cambiado el curso de los negocios, y quien no se meta en la revolución digital que está teniendo lugar en el mundo en este momento está condenado a desaparecer.

SEMANA: ¿Son las empresas colombianas conscientes de esa importancia?

O.A.: Yo creo que sí. En los últimos tres años el país ha avanzado mucho en este sentido. Mientras que en 2001 Colombia ocupaba el último puesto en América Latina en inversión per cápita en tecnologías de la información y la comunicación, hoy esa inversión equivale al 2,4 por ciento del PIB, un nivel superior al promedio de América Latina (1,4 por ciento).

SEMANA: ¿Por qué no montar en Colombia un centro de desarrollo de 'software' como el que creó Microsoft en la India?

O.A.: En Colombia hay un enorme potencial, pero el problema es que mientras no se creen las bases de inversión en el país, va a ser francamente difícil que las empresas que puedan aportar el capital para investigación y desarrollo lo hagan. Requieren un ambiente totalmente predecible desde el punto de vista económico y de seguridad. Todo el proceso de regulación en un país es importante, crear condiciones que sean atractivas para que la inversión llegue es fundamental.

SEMANA: ¿Pero cree que en Colombia hay talento en tecnología?

O.A.: Sin lugar a dudas. Yo he trabajo con personas de todas partes del mundo, y los colombianos somos los más recursivos, los más talentosos. Hace poco conocí a uno que tiene una cadena de compañías de helicópteros de radio control en California, Oregon y Seattle. ¿Se imagina?

SEMANA:  El problema es que a veces se usa esa creatividad para cosas malas como la piratería...

O.A.: Ese es uno de los grandes desafíos de la industria. En este momento la mitad de las ventas de software en el mundo son ilegales. Es un problema en parte de legislación y en parte de educación.

SEMANA: ¿Y qué tal el robo de las bases de datos? Ya nadie quiere dar su nombre ni su teléfono por miedo a que esta información termine en manos criminales.

O.A.:  Nosotros vamos a destinar 6.000 millones de dólares orientados a la privacidad. La información que dan las personas es fundamental para los programas de generación de relación con el cliente como el Customer Relationship Management.

SEMANA:  ¿Por qué fracasan muchos de los proyectos de tecnología en las empresas y cómo evitarlo?

O.A.:  Por falta de entendimiento. Muchas veces contratan procesos de negocios gerenciales sin que el gerente de sistemas sepa qué es lo que necesita el de mercadeo, el de finanzas o el de distribución.

SEMANA: A cinco años del fin de la burbuja tecnológica, ¿qué lecciones le dejó el desinfle de las puntocom?

O.A.: Varias. Una, que el crecimiento debe ser moderado. Dos, que no se puede confundir creación de valor para los accionistas con rentabilidad de las acciones y tres, que uno de los valores más grandes que puede tener una organización es la transparencia, para evitar que pasen escándalos como los de Enron.

SEMANA: ¿Cree que Colombia está lista para el TLC con Estados Unidos?

O.A.: La verdad es que nunca se está listo para algo en un ciento por ciento. La pregunta más bien es cuál es el camino y los pasos a tener en cuenta para aumentar la competitividad de Colombia en un mundo de libre comercio.

SEMANA: ¿Qué libro está leyendo?

O.A.:  The Flight: Confessions of an Argentine Dirty Warrior", un libro que cuenta la historia de la dictadura militar en la Argentina de los años 70.