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EN LA RECTA FINAL

Si no sucede nada extraordinario este año la Junta del Banco de la República cumplirá por primera vez con la meta de inflación.

5 de enero de 1998

Cuando el Departamento Nacional de Estadísticas _Dane_ reveló la semana pasada que en lo corrido del año los precios al consumidor habían aumentado el 16,96 por ciento quedaron muy pocas dudas de que este año, por primera vez, la Junta Directiva del Banco de la República cumplirá con la meta de inflación. A principios de 1997 había proyectado el 18 por ciento y a 30 días de terminar el año el hecho parece estar cumplido. Los precios no suelen subir mucho en diciembre y lo más probable es que el incremento del costo de vida en el último mes del año no sea superior al 1,5 por ciento. Para que esto llegara a presentarse el país tendría que vivir un diciembre verdaderamente negro en materia de inflación. Por ello nadie parece tener dudas sobre el cumplimiento del objetivo, aun si la cifra sobrepasa ligeramente lo previsto. Como dijo Armando Montenegro, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras _Anif_, si el resultado final del año es de 18,4 por ciento nadie va a decir que la meta no se cumplió. Ya antes, en 1992, la inflación al finalizar el año había sido del 22, 6 por ciento, con un propósito del 22 por ciento. Y todo el mundo se dio por satisfecho. En ese entonces la meta de inflación hacía parte de la programación que establecía el gobierno, más específicamente el Conpes, y no la Junta del Banco de la República. Esta última se encontraba todavía en la etapa de transición antes de asumir los cambios originados en la nueva Constitución. Con el resultado final de la inflación para este año la Junta del Banco seguramente ganará en credibilidad y este hecho no solo ayudará a generar confianza en las autoridades monetarias sino que puede facilitar el logro de futuras metas. Es muy probable, por ejemplo, que las negociaciones salariales que se presentarán en los próximos días _y específicamente la del salario mínimo_ comiencen a pactarse con base en los resultados del costo de vida de este año. Como lo explicó Mauricio Cárdenas, director de Fedesarrollo, "la gente va a tomar más en serio los pronósticos del Banco y es necesario creerle a las metas para que la inflación pueda bajar. Este es un ingrediente necesario para que la inflación comience a ceder". Varios son los factores que, según los especialistas, explican el que por fin este año, y después de muchos esfuerzos, se haya podido cumplir con la meta de inflación. Por un lado, el ciclo recesivo que inició a principios de diciembre redujo la demanda conjunta de la economía. La desaceleración produjo, a su vez, un ambiente de escepticismo que llevó a muchos empresarios a revisar sus proyectos a largo plazo y, en ciertos casos, a congelarlos en espera de una situación económica favorable. Eso contuvo el ingreso global y, por consiguiente, la presión sobre los precios.Otro factor que, según los expertos, permitió cumplir con la meta del 18 por ciento fue el precio del dólar, que disminuyó los costos de las importaciones y de los bienes pagados en esa moneda. Para algunos economistas, como Armando Montenegro y Javier Fernández Riva, la revaluación del año pasado tuvo un efecto rezagado este año, pues durante 1996 la tasa de cambio se mantuvo casi constante a 1.000 pesos por dólar. A ello se suma el que hubo algunos sectores que contribuyeron con sus precios moderados a la desaceleración de la inflación, como lo fueron la educación y los servicios públicos que durante 1996 habían crecido demasiado. Pero buena parte del éxito logrado se debe también a que la Junta del Banco de la República fijó un objetivo razonable. Cuando se establecen pronósticos que ante los ojos de los expertos son imposibles de cumplir las expectativas, definitivas a la hora de poner a funcionar una economía, se desbordan de cualquier percepción que puedan tener las autoridades económicas. Las metas, sin embargo, también deben tener una dosis de ambición suficiente para lograr cambiar los comportamientos de los agentes económicos. En esas explicaciones concuerdan amigos y enemigos del gobierno. La mayoría de los analistas coincide con el milagro. Pero no con el santo. Mientras para Leonardo Villar, miembro de la Junta del Banco, buena parte del éxito se debe a la política monetaria dirigida a bajar la inflación, para críticos del gobierno, como Armando Montenegro, la cifra "es un subproducto de la crisis".Para el Ministro de Hacienda, Antonio Urdinola, no se trata de decir quién cumplió o no con la meta, sencillamente "se dieron todas las condiciones, porque hubo una devaluación fuerte, los precios y salarios administrados por el Estado se comportaron bien, y las tasas de interés estuvieron controladas".Ver para creerIndependientemente de la explicación, no obstante, lo cierto es que la meta de este año se va a cumplir. La pregunta ahora es si se podrá hacer lo mismo el año entrante. El Banco fijó una meta del 16 por ciento, que desde ya parece imposible de lograr porque, paradójicamente, las condiciones que facilitaron llegar a la meta de inflación este año son las mismas que harán difícil alcanzarla en el 98. Los síntomas de recesión han desaparecido y la propia reactivación puede llevar a un incremento en los precios, aunque según Urdinola la economía colombiana tiene mucho espacio para crecer y por lo tanto la inflación no se verá afectada. Otro factor que será determinante en la inflación del año entrante será la devaluación. Probablemente se presente una presión fuerte de los bienes importados y de todos aquellos cuyos precios se determinan en dólares, pues la devaluación de este año afectará la inflación de 1998. El fenómeno de 'El Niño' será otro tema de discusión. Los más optimistas consideran que no llegará lo suficientemente fuerte como para incidir en los precios de los alimentos. Otros, por el contrario, consideran que solo hasta el momento en que esto se presente será posible medir los verdaderos efectos del clima en la inflación. Bajo estas condiciones lo más probable es que en algún momento del año entrante las discusiones sobre política económica vuelvan a girar en torno de las posibilidades de subir las tasas de interés para controlar la inflación. De hecho, según Mauricio Cárdenas, uno de los factores que este año contribuyó a lograr la meta de inflación fue la oposición de la Junta del Banco a bajar las tasas de interés, como en algún momento lo había solicitado el entonces ministro de Hacienda José Antonio Ocampo. Lo cierto es que este es el primer año, desde que se definió que la Junta del Banco de la República tenía como principal responsabilidad controlar la inflación en el país, en que la meta se cumple. Y tal vez este hecho sirva para que de ahora en adelante las proyecciones económicas _que con frecuencia se convierten en motivo de apuestas entre gobierno, economistas y gremios para ver quién le apunta al resultado final como si se tratara de un juego de ruleta_ pueden empezar a parecer más serias sin importar finalmente quién se lleva el premio gordo.