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Las empresas se alistan para la entrada de los PCS, posiblemente el negocio más grande de 2003.

26 de agosto de 2002

A finales de este año se entregarán las licencias para los nuevos operadores de los PCS, sistemas que competirán con la telefonía celular en el país. De esta manera terminará un proceso que se inició en abril de 2000 cuando el Congreso reglamentó mediante una ley el ingreso de este nuevo sistema. Los PCS son una tecnología inalámbrica similar a la celular. Para el usuario ambos sistemas son en la práctica idénticos. La única diferencia entre uno y otro es que operan en frecuencias (bandas) distintas.

En abril pasado se reglamentó la concesión de este servicio. El país se dividirá en tres zonas, tal como se hizo con los celulares. Pero en vez de otorgar dos licencias de operación por zona se subastará una sola en cada región. El próximo 18 de octubre terminarán de recibirse las propuestas y, si todo sale como el gobierno lo tiene planeado, se estaría adjudicando antes de terminar el año. A finales de 2003 empezará a funcionar el nuevo servicio, que traerá muchos cambios para los usuarios y para el mercado.

A pesar de que hace más de ocho años los servicios de telefonía celular llegaron al país es evidente que Colombia tiene uno de los cubrimientos más bajos de Latinoamérica en servicios móviles. Aproximadamente el 7,3 por ciento de la población tiene el servicio, mientras que el promedio regional es de 17 por ciento. En el país la competencia entre las empresas celulares no ha sido tan intensa como se esperaba y esto se ha reflejado en la relativamente poca masificación de este servicio.

Las cosas empezaron a moverse hace cerca de dos años, cuando BellSouth tomó el control de Celumóvil y América Móvil el de Comcel. Estas empresas recibieron un respiro económico que, junto a las novedosas estrategias comerciales hizo crecer el número de usuarios de celulares en el país en cerca de un millón y medio, al pasar de dos millones en 2000 a 3,5 millones de abonados en 2002.

Parte del aumento se explica también por el mayor uso de la modalidad del prepago. Este esquema es ideal para las empresas porque cobran por adelantado y no tienen problemas de cartera. El inconveniente, sin embargo, es cómo financiar el teléfono (el handset). Con el tiempo esto será cada vez menos problemático, pues a medida que crece el mercado de aparatos hay mayor variedad y mejores precios.

Pero con la entrada de un tercer competidor para los celulares, como lo sería el operador de PCS, se espera que la competencia sea aún más intensa. "Lo que suele ocurrir en estos casos es que las tarifas caen en el primer año y después se estabilizan. También el mercado crece, incluso para los operadores de celulares que estaban desde antes. Esa ha sido la experiencia en toda América Latina, sin excepción", dice Carlos Rodríguez, consultor de Pyramid Research, la división de Telecomunicaciones de The Economist Intelligence Unit.

Más allá de esto la renovada competencia traería innovaciones en servicios, como mensajería de texto y otras aplicaciones, que en Colombia todavía se promocionan muy tímidamente en comparación con otros mercados.

Nuevo motor

Además de beneficiar a usuarios y empresas el gobierno cree que las inversiones requeridas para poner a funcionar los PCS, entre 400 y 500 millones de dólares, serán el catalizador que impulsará de nuevo las telecomunicaciones. Además de la inversión en equipos y en redes comerciales, que será tan cuantiosa, habría un efecto importante sobre el consumo. Las empresas de celulares venden al año cerca de 1,2 billones de pesos (más de medio punto del PIB). Si el número de usuarios se duplica, algo que espera el gobierno y que se ve bastante factible, el efecto sobre la economía en su conjunto podría ser significativo.

También será muy importante la transferencia de tecnología. La puesta en marcha de los PCS requiere crear toda una red inalámbrica de tecnología de punta. Es por lo demás una plataforma fácilmente adaptable a la telefonía móvil de tercera generación, la tecnología que se usará en el futuro.

Para enfrentar esta competencia las actuales empresas de celulares deberán renovar sus redes con una nueva tecnología que las ponga en igualdad de condiciones para prestar servicios como la mensajería y transmisión de más datos a mayor velocidad. Así, las inversiones en tecnología que seguramente harán BellSouth y Comcel para encarar la competencia también serán de una magnitud considerable.

Todavía es temprano para saber cuáles serán los nuevos jugadores en entrar al negocio. Hay dos empresas colombianas con un interés particular en él: EPM y ETB, posiblemente en asocio con compañías extranjeras. Tanto a la ETB como a EPM les convienen los PCS para poder ofrecer una mayor diversidad de servicios y así convertirse en proveedores de soluciones integrales a los usuarios. "Aunque hemos expresado algunos reparos a la licitación, sabemos que el día que se cierre habrá un sobre de la ETB", dijo Paulo Orozco, su presidente.

Aunque estas empresas tendrían un claro interés en el negocio lo que no está claro es cuánto estarían dispuestas a pagar por las licencias de PCS. En la subasta de las mismas el precio base no se conocerá de manera anticipada. "Se ha dicho que se va a mantener oculto el precio mínimo de la subasta de las licencias. Eso no es cierto. El precio sólo se calculará después de que se reciban las propuestas. Sólo en ese momento se determinará el valor mínimo de las licencias con base en un modelo financiero. Tan pronto se determine este mínimo se hará público", explica Marta Pinto, ministra de Comunicaciones.

El precio mínimo, sin embargo, podría volverse irrelevante si los proponente pujan lo suficiente en la subasta. Los empresarios del sector de las telecomunicaciones están a la expectativa. Nadie espera que se paguen sumas como las que estuvieron dispuestos a desembolsar las empresas de celulares en 1994. Las condiciones del país han cambiado y además los PCS enfrentarán una dura competencia, a diferencia de los celulares, que gozaron de exclusividad durante los primeros años.

En todo caso por estos días los empresarios de las telecomunicaciones en Colombia y en el exterior, así como los proveedores de equipos y tecnología, andan con calculadora en mano, haciendo las cuentas del que posiblemente será el negocio más importante en el país en 2003.