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EN SUS MARCAS, LISTOS...

Todos se están preparando para la liberación del mercado cafetero.

24 de julio de 1989

En el mercado cafetero, las cosas son ahora a otro precio. No sólo el valor de la libra del grano ha caído en el mercado internacional, sino que los productores están alistando sus baterías ante la eventualidad real de una liberación de las cuotas que imponía el Pacto Cafetero.

Eso quedó expresamente demostrado la semana pasada, cuando Jorge Cárdenas Gutiérrez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, dejó en claro que, si es necesario, Colombia también sacará las uñas. Semejante mensaje fue recibido claramente por los demás países exportadores del grano, cuando se anunció que en respuesta a la baja reciente en los precios era necesario recortar la cuota de exportación nacional en 321.000 sacos de café, tal como lo estipulan los convenios cafeteros firmados el año pasado. No obstante, Colombia sostuvo que no pensaba acoger la idea, hasta tanto no se definiera en Londres la suerte definitiva del Pacto Cafetero.
Este tendrá su hora de la verdad el próximo 3 de julio cuando los delegados al Consejo Directivo de la Organización Internacional del Café se sienten a votar por dos propuestas que --tal como están las cosas--no tienen-los votos suficientes para salir adelante. En consecuencia, lo más factible es que ese día se decida suspender los mecanismos económicos del pacto y dejar que el mercado sea el que entre a regir en el escenario cafetero.

Frente a esa eventualidad, no valía la pena que el país acogiera mansamente el supuesto recorte en la cuota, que debería comenzar a partir del primero de julio. Actualmente son pocos los que creen que el acuerdo entre productores y consumidores de café sobreviva la próxima cita en la capital británica.

Y eso que se han hecho todo tipo de esfuerzos. Fiel a su vocación negociadora, el país intentó de nuevo, la semana pasada, un acercamiento con el famoso grupo de los "otros suaves", cuya dureza en las negociaciones influyó para que estas naufragaran.
El café fue un tema central de conversación en las reuniones que se tuvieron con el presidente del Ecuador, Rodrigo Borja, con el canciller mexicano Fernando Solana y con el ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Diego Escalante. Aunque en todos los casos se hicieron las promesas de rigor, la verdad es que no quedó motivo para el optimismo. Al igual que hace una semana, no hay elementos que permitan pensar que el Pacto Cafetero terminara salvándose a última hora.

Con esa seguridad relativa a cuestas, lo unico que queda es prepararse para la batalla. Tanto Brasil, el primer productor, como Colombia, han dejado en claro que están listos para lo que venga.

Es precisamente lo que puede pasar en los próximos días lo que inquieta a los más prudentes. Se tiene seguridad por ejemplo, de que el precio va a bajar, pero en realidad no se sabe cuánto. Aunque se cree que los niveles de existencias son altos, hay dos factores que pueden impedir una descolgada fundamental. Por una parte, la cosecha brasilera parece ser francamente mala y, por otra, los niveles de inventarios de los tostadores norteamericanos están en un punto muy bajo, lo cual haría pensar que hay una demanda represada, por lo menos en términos inmediatos. Tales interrogantes se comenzarán a resolver con rapidez, una vez en Londres se le dé el golpe de gracia al Pacto Cafetero. En el intermedio, el país seguirá alistándose, porque como quedó en claro la semana pasada, aún la capacidad de sacrificio de Colombia tiene un límite.-