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ENTREVISTA : FELIPE LARRAIN

Hay que aprender las lecciones de la historia

13 de julio de 1998

Semana entrevisto a Felipe Larraín, uno de los economistas más reconocidos de América Latina, sobre las propuestas de empleo de los candidatos. Este chileno, Ph.D. en economía de la Universidad de Harvard, es actualmente profesor en ese plantel. Larraín ha sido asesor de los gobiernos de 14 países del continente americano y es consultor en temas macroeconómicos de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Cepal y el BID.
SEMANA: En pocas palabras, ¿cuáles serían los efectos económicos de las propuestas de empleo de los candidatos?
Felipe Larraín: La propuesta de Horacio Serpa es un ejemplo clásico de populismo. La gente trabajaría menos pero ganaría lo mismo y con eso les abriría el espacio a otros para que entren en el mundo laboral. Este es un escenario idílico, pero lamentablemente erróneo. Si fuera tan fácil reducir el desempleo y aumentar la actividad económica con una medida tan popular, muchos otros países lo estarían haciendo. Y no lo están haciendo. Esto es como decirles a todos los trabajadores colombianos que les van a dar un regalo. En principio, ¿quién se negaría? Lo que pasa es que el regalo lo debe pagar alguien, y ese alguien serán los propios trabajadores colombianos. El problema es que la reducción de la semana laboral de 48 horas a 40 horas sin reducir los ingresos reales de los trabajadores equivale a aumentar los costos laborales del orden del 17 por ciento. Esto induce a los empresarios a contratar menos trabajo. Lo más probable es que esto se traduzca en un aumento del desempleo. Esta propuesta, por lo demás, no es novedosa. Cuando Francois Mitterrand fue elegido presidente de Francia por primera vez, en 1981, una de sus primeras medidas, en julio de ese año, fue reducir la semana laboral a 39 horas. ¿Qué ocurrió? El desempleo aumentó fuertemente, los salarios reales cayeron y la participación del trabajo en el ingreso nacional se redujo significativamente. Una medida de este tipo afectaría negativamente la competitividad internacional de Colombia. La medida que propone Andrés Pastrana busca justamente lo contrario: abaratar el costo del trabajo de modo que los empresarios tengan mayor incentivo en aumentar el empleo. No conozco el detalle de esta propuesta, pero un primer análisis indica que la propuesta de Pastrana está mucho mejor inspirada para lograr un aumento del empleo y una mejoría en los salarios. Por supuesto, podría debatirse cuál es la forma más eficiente de incentivar el empleo, y aquí sugeriría considerar un subsidio directo (o un crédito tributario) a la contratación de trabajadores, con un tope, de modo que se aplique solo a los trabajadores menos calificados, que ganan menos.
SEMANA: Hay quienes argumentan que los mayores costos laborales en la propuesta de Serpa se verían compensados por el mayor nivel de actividad económica que generaría la integración de nuevos trabajadores a la actividad productiva, ¿qué tan válido es este argumento?
F.L.: Me parece muy poco convincente. Vale la pena, nuevamente, mirar la historia, y ver que en el caso de Francia, luego de la introducción de esta propuesta por Mitterrand, no solo aumentó el desempleo, sino también cayó el salario real y disminuyó la participación de los trabajadores en el producto total. Mis auguros son muy pesimistas para Colombia _y para los trabajadores colombianos_ si se llega a implantar una medida de este tipo. Hay que aprender las lecciones de la historia; esta medida no solo es mala en teoría sino también en la práctica.
SEMANA: ¿Es consistente la propuesta de Pastrana, que incluye una rebaja en los impuestos con la inminente necesidad de reducir el déficit fiscal?
F.L.: La propuesta de Andrés Pastrana debe, por supuesto, circunscribirse dentro del presupuesto fiscal, y depende de la disponibilidad global de recursos. Lógicamente que hay que considerar la necesidad de reducir el déficit. Pero si la creación de empleos es un objetivo clave para el país, el gasto fiscal también puede ser reasignado. Así, puede dejarse una cierta cantidad de recursos para gastar en este programa de empleo y aumentar esta cantidad en la medida que haya más holguras o reasignaciones.