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Es la hora de prestar

Después de un año de fusiones y grandes utilidades, en 2006 la competencia bancaria estará al rojo vivo.

12 de febrero de 2006

La banca difícilmente po-drá olvidar el año 2005. Además de registrar un récord en utilidades -que a septiembre iban en 2,7 billones de pesos-, vivió toda una movida de negocios sin precedentes que cambiaron completamente el mapa bancario nacional. La fusión de Conavi, Bancolombia y Corfinsura; la adquisición del Bansuperior por parte de Davivienda; la millonaria venta de Granahorrar, y la entrada de Colpatria a la bolsa de valores son apenas algunas de las noticias que centraron la atención del mercado. Los ajustes se explican porque las entidades están buscando más eficiencia que les permita ofrecer mejores servicios. Según la presidenta de Asobancaria, Patricia Cárdenas, con las ganancias registradas apenas se están cubriendo las pérdidas que se acumularon durante los años de la crisis, que ascendieron a 8,9 billones de pesos y por eso los retos para estos banqueros siguen vigentes. La competencia bancaria estará al rojo vivo en 2006 en busca de más clientes. El terreno está abonado. Después del estancamiento que registró la actividad crediticia en los años posteriores a la crisis de finales de los años 90, al cierre del tercer trimestre de 2005 la cartera presentaba una de las tasas de crecimiento real más altas de la última década. El cubrimiento mediante provisiones ha alcanzado un máximo histórico, la rentabilidad ha aumentado y el nivel de solvencia está varios puntos por encima del mínimo exigido por la regulación. De otra parte, según mediciones del Dane, el sector de intermediación financiera creció 7 por ciento durante el primer semestre del año y todo parece indicar que en el segundo semestre se aceleró aun más. La banca está pasando por una de sus épocas doradas y los tiempos pueden mejorar, porque se espera un impulso adicional a la cartera de crédito gracias al ambiente de menor riesgo que se ha generado. La cartera vigente del sector financiero está mostrando una excelente dinámica, impulsada por los créditos de consumo, cuyo crecimiento real es de 30 por ciento. Igual ocurre con la corporativa, que ascendió a 47 billones de pesos, luego de crecer a un ritmo real anual de 7 por ciento. El microcrédito alcanza un saldo de 1,2 billones de pesos, registrando un crecimiento real anual del 59 por ciento, frente a 2004 y aunque la cartera hipotecaria sigue cayendo a ritmos de 9 por ciento real anual, los desembolsos de este tipo de préstamos vienen evolucionando de manera favorable. Igualmente, hay una reactivación en el crédito hipotecario que se estancó durante varios años. La aprobación de crédito viene creciendo a tasas anuales de 30 por ciento. Un estudio del Instituto Colombiano de Ahorro y Viviensa (Icav) reveló que los colombianos le tienen ahora menos temor a endeudarse para adquirir vivienda, gracias a que la información de los deudores ahora es más clara y tienen certeza sobre los montos de las cuotas que van a cancelar durante toda la vigencia de su deuda. La cosa marcha bien no sólo por el lado de la vivienda. El mercado de tarjetas de crédito registra un repunte casi cuatro veces superior al de la economía. En lo que va del año, el número de transacciones con tarjetas crédito ha aumentado 19 por ciento, y con tarjetas débito, 18 por ciento. De esta manera, el sector financiero aspira a centrar sus esfuerzos en aumentar los servicios, aun cuando las utilidades dependen demasiado de sus inversiones, especialmente en títulos de gobierno (TES) que, si bien se siguen valorizando, no cuentan con un panorama del todo claro para 2006. Hoy, la participación de estos papeles en el total de las inversiones de la banca es del orden del 55 por ciento, y en el total del activo bancario, del 19 por ciento.  Frente ese promisorio escenario financiero, hay expectativa sobre si en la práctica genere un verdadero auge en crédito y servicios nuevos a los usuarios.