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| Foto: Javier de la Torre Galvis / Semana

Escándalo equino

Mientras la Unión Europea aprobaba para este año el presupuesto más bajo en su historia, otra noticia se regaba como pólvora por el viejo continente.

16 de febrero de 2013

Mientras la Unión Europea aprobaba para este año el presupuesto más bajo en su historia, dejando atrás los tiempos de gran generosidad, otra noticia se regaba como pólvora por el viejo continente. Se trata del escándalo por la aparición de carne de caballo en productos congelados que se venden en los principales supermercados de las grandes capitales europeas. El problema comenzó en el Reino Unido, pero se ha extendido por toda Europa hasta crear tensiones entre varios países. El gobierno francés acusó a carniceros rumanos y a comerciantes holandeses y chipriotas de ser los responsables de la cadena de abastecimiento de carne equina, que pasaba por ser de res, engañando a los consumidores. La Presidencia de Rumania, por su parte, salió en defensa de su nación y su industria y empresas suecas demandaron a la central de abastos de Francia por el mismo tema. Aunque no se trata de un asunto que acarree riesgos sanitarios para los consumidores, si se ha considerado un gran fraude. El viceministro francés de Bienes de Consumo, Benoît Hamon, le dijo a la agencia Associated Press que “el motivo para vender carne de caballo como si fuera de res parece financiero”. Varios supermercados de Francia e Inglaterra retiraron lotes de comidas preparadas de la marca Findus incluyendo lasaña y canelones que podrían contener carne de equino sin mencionarla en las etiquetas.