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En su libro, ‘La década de América Latina y el Caribe: una oportunidad real’, Luis Alberto Moreno dice que de seguir la tendencia de crecimiento, la clase media se expandiría hasta más de 500 millones de habitantes, o el 75 por ciento del total de la población regional.

ENTREVISTA

"Este es nuestro cuarto de hora"

Luis Alberto Moreno habla sobre el gran momento que atraviesa América Latina, los problemas que podrían frenarlo y las medidas que se necesitan para aprovecharlo.

18 de junio de 2011

SEMANA: Usted ha dicho que América Latina y el Caribe en 14 años podrían duplicar su PIB. ¿Pero no está demostrado que el bienestar necesita otros elementos adicionales al crecimiento?

LUIS ALBERTO MORENO:
Por supuesto que sí. Si de aquí a 2025 la región crece a 4,8 por ciento, se duplicaría el tamaño del PIB, pero obviamente habría que agregarle un conjunto de políticas adicionales en materia de, por ejemplo, productividad, educación e infraestructura. Los costos que se pagan en la región por transporte son tres veces más altos que en algunos países de la OECD. Otro reto inmenso tiene que ver con el capital humano, en lo que se relaciona con la inversión en ciencia y tecnología y en la calidad misma de la educación. La región está en la parte más baja en los resultados de los exámenes que realiza la OECD en cerca de 62 países del mundo a los estudiantes de 15 años. Todos los latinoamericanos en su conjunto estamos muy por debajo de la media internacional. Un niño chino de 15 años puede tener tres o cuatro veces más conocimientos de matemáticas o ciencias que uno similar en un país latinoamericano. Lo que creo es que si se mantienen las tendencias de crecimiento de largo plazo la región logrará cerrar rápidamente la brecha. De lograrlo, la pobreza disminuiría del 32 por ciento a poco menos del 10 por ciento de la población.

SEMANA: Pero la región es muy heterogénea y no todos podrán ir al mismo ritmo…

L.A.M.: Sin duda que eso es así. No es lo mismo el ritmo de crecimiento de los países de Suramérica que los de Centroamérica y del Caribe, cuyas economías están más vinculadas a Estados Unidos. Por eso se afectan cuando la economía norteamericana esté sufriendo. Lo mismo se observa en el tema de las remesas, que son una fuente de ingresos muy importante para Centroamérica y el Caribe. Pero, a pesar de la heterogeneidad, tenemos unas tasas de crecimiento, en promedio, cercanas al 5 por ciento en la región. Eso será dos y tres veces más de lo que crecen las economías muy desarrolladas. Yo creo que hay espacio para que avancemos en la integración y que así se vayan cerrando las diferencias. Veamos un ejemplo: una de las fuentes de ingreso más importantes de los países del Caribe es el turismo, que llega de muchas partes de Europa y Estados Unidos, y, curiosamente, muy poco de Suramérica. Se podría estimular la llegada de turistas también de las grandes economías de la región, e igual podría pasar con la manufactura y con otros ejemplos.

SEMANA: ¿Los buenos precios de las materias primas y el 'boom' minero-energético no podrían afectar a América Latina por la abundancia de divisas que al final del día se vuelven un problema?

L.A.M.: En la próxima década vamos a tener buenos precios de los productos básicos y esta será una gran oportunidad. Tenemos que aprovechar muy bien esos recursos para resolver los cuellos de botella que se puedan presentar. Necesitamos mejorar los servicios de transporte, comunicaciones y la calidad de la educación, áreas donde todavía la región es muy poco competitiva. Ahora, medidas como los fondos de estabilización, que reservan una porción del ingreso de las exportaciones de materias primas, pueden ayudar a amortiguar los golpes mientras proveen recursos para financiar las inversiones en productividad e innovación. 

SEMANA: ¿Usted cree que el presidente electo del Perú, Ollanta Humala, le dará un giro al modelo económico, que ha sido tan exitoso?

L.A.M.: Perú es un país muy exitoso. Hay que ver las tasas de crecimiento que ha tenido en la última década. Cerró sus déficits fiscales y ha tenido superávit. En los últimos seis años ha crecido en promedio a un 8 por ciento. Se parece más a una economía asiática que a una latinoamericana. Y lo más importante es que eso lo ha hecho con baja inflación. Pasó, en una década, de tener un 48 por ciento de la población en situación de pobreza a cerca de 31 por ciento. No hay duda de que este país tiene un gran dinamismo.

SEMANA: ¿Pero cree que eso podrá continuar con Humala?

L.A.M.: Como decía un político norteamericano, las campañas son poesía y los gobiernos son prosa y creo que lo que viene ahora es la prosa. Hemos estado en Perú con un equipo del BID para ayudarle al gobierno en lo que crea que podemos colaborar. Soy optimista del futuro de Perú.

SEMANA: Pasando a Colombia, su gran talón de Aquiles es la infraestructura, y hay quienes piensan que no dejará aprovechar el cuarto de hora por el que atraviesa su economía.

L.A.M.: El déficit en infraestructura se puede comenzar a cerrar aunque, claro, no lo vamos a lograr de la noche a la mañana. Hay temas importantes como el banco de proyectos que permitirá avanzar en las obras, porque es fundamental la manera como se conceptúan los proyectos y cómo se planean. El invierno presenta una oportunidad para pensar en una gran cantidad de temas que requieren mucha planeación. Y las alianzas entre los sectores público y privado son la clave: ahí hay un gran camino por recorrer.

SEMANA: ¿Cómo se ve a Colombia desde afuera? ¿La afecta todavía el problema de seguridad?

L.A.M.:
La percepción sigue siendo positiva aunque todos sabemos que hay retos muy grandes en seguridad, a pesar de que el país ha logrado grandes avances. Para México y los países centroamericanos, por ejemplo, lo que ha hecho Colombia es un referente.

SEMANA: Usted ha dicho que en los últimos veinte años el paisaje económico latinoamericano se ha transformado por el comercio intrarregional y con Asia, pero el 45 por ciento del comercio colombiano sigue concentrado con Estados Unidos. ¿Vamos en la dirección contraria?

L.A.M.: Los países de Centroamérica y México tienen cerca de un 80 por ciento de su comercio con Estados Unidos, mientras que en Suramérica el comercio con Asia pesa mucho más. Pero las proyecciones para los próximos cinco años, a los actuales ritmos de crecimiento, indican que el principal socio comercial de Perú, Argentina, Colombia y otros será probablemente China. Colombia tiene que hacer mucho más para conectarse con Asia.

SEMANA: ¿Sigue creyendo que el TLC con Estados Unidos, a pesar de todas las trabas, se va a aprobar?

L.A.M.: Sin duda. Ya se han salvado obstáculos que eran fundamentales, como que la Casa Blanca y el presidente Obama apoyaran el acuerdo. La reunión de Santos con Obama fue fundamental y ahora estamos en un proceso similar al que sucede en todos los Congresos del mundo. Yo creo que se completará este año.

SEMANA: La economía se está complicando en Estados Unidos y Europa. ¿Podría esto afectar el buen momento de América Latina?

L.A.M.:
Por supuesto que importa muchísimo lo que pase en los grandes motores de la economía mundial, pero también hay que reconocer que el comercio intrarregional está creciendo. Hay un estudio del BID que muestra cómo podemos crecer si aceleramos los procesos de integración regional. En esos temas está la respuesta para el crecimiento futuro.

SEMANA: El FMI está próximo a elegir a un nuevo director y hay un candidato mexicano. ¿Usted cree que las economías emergentes verán a uno de los suyos al frente de este importante organismo?

L.A.M.:
Los países emergentes a la vuelta de dos años, si no antes, serán la mitad de la economía mundial y a este ritmo seguirán siendo parte importante de todas las discusiones económicas. Como mínimo, lo que podemos aspirar es a tener en las grandes instituciones del mundo, como el FMI, una mayor presencia, y Agustín Carstens reúne experiencia y un gran conocimiento del Fondo Monetario. Actualmente es el presidente del Banco Central de México, conoce muy bien la problemática mundial y es un economista muy brillante de la Universidad de Chicago. Pero esperemos hasta finales de mes para que ver qué pasa.