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"Evadir o ser oportunista tendrá sanciones onerosas"

Inteligencia tributaria es la frase que más repite el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega. Dice que será la estrategia para controlar la evasión. Aunque la reforma tributaria estructural todavía está cruda, el gobierno está decidido a llevar al Congreso en esta legislatura.

15 de enero de 2011

SEMANA: ¿Qué es lo más destacable de la reforma tributaria que acaba de entrar en vigencia, que parecía una ‘reformita’ pero salió de gran alcance, por lo menos por el recaudo.

JUAN RICARDO ORTEGA:
Es una reforma que soluciona temas estructurales. En su momento, cuando se creó el incentivo a la inversión en bienes de capital productivo, estábamos en una Colombia bastante distinta. En el año 2003 en el mundo los inversionistas buscaban que les cobraran pocos impuestos. Cuando la gente se estaba yendo de Colombia por la tasa del 38,5 por ciento de impuesto a la renta, cuando teníamos unos problemas de orden público enormes y nadie tenía una expectativa tan clara como se tiene hoy de la viabilidad del Estado. Ahora cerramos ese capítulo y la mayoría de los países está discutiendo no cómo bajar los impuestos, sino cómo subirlos. Ahora, el debate del famoso sistema irlandés es más desde el punto de vista crítico que elogioso. Ahora las reglas del juego son mucho más razonables, todos debemos hacer un esfuerzo tributario. En cuanto al desmonto del 4 por mil, aunque sea gradual, por las desafortunadas circunstancias que le ha tocado vivir al país, creo que es una gran noticia.

SEMANA: Frente a la eliminación de la exención por reinversión de utilidades, queda, sin embargo, un sabor amargo porque las personas que tenían solicitud para hacer contratos de estabilidad continuarán con el beneficio. Y son más de 100 empresas.

J.R.O.: Yo creo que el artículo de la Ley de Estabilidad era muy claro en el sentido de que la gente tiene estabilidad de las normas en el momento en que presente la solicitud. O sea que ellos tenían la expectativa desde el momento en que radicaron. Lo que se hizo fue honrar esa coherencia en el Estado colombiano como un todo. Era un beneficio que ya existía. Se les acorta en el tiempo y para unas inversiones muy puntuales. Cambiar las reglas del juego de un momento a otro genera una enorme frustración. La gente todavía ve en nuestros países que hay demasiada incertidumbre, y la certidumbre es un aspecto importante sobre el que uno siempre tiene que tener una cierta mesura y tratar de tener un poco de tolerancia. El impuesto al patrimonio afecta a esas empresas. Es algo que no está sujeto a la estabilidad y es una carga importante. Por lo tanto, estamos tratando de hacer una cosa que sea más o menos equilibrada para garantizar que la gente vea en Colombia un país que quiere actividad económica, que quiere empresarios prósperos, que quiere generar empleo, pero que al mismo tiempo quiere generar unas cargas tributarias justas.

SEMANA: ¿Cuántas empresas tendrán el beneficio de la exención por reinversión de utilidades?

J.R.O.:
Pues hoy día son unas 52 las que tienen estabilidad jurídica. Hay unas 100 que han solicitado firmar contratos. Yo creo que el tema será complejo, mucha gente ve con enorme frustración las desigualdades que eso genera. Pero esa es una decisión que tomó el Estado, que tiene unos intereses en dar cierta estabilidad. El problema está en que genera desequilibrios en un sector donde hay competencia. Ahora, la forma como se cobre la prima para dar la estabilidad será clave. Si uno va a replantear algo, tiene que pensar en que las primas tienen que ser acordes con la inversión puntual que se está haciendo. En algunos casos quedó la sensación de que la prima cobijaba todas las inversión previas existentes y ahí se pierde la noción razonable de lo que es la estabilidad para las inversiones nuevas y no simplemente para lo que es una actividad completa. Yo creo que ese será uno de los temas jurídicos más complejos y que tendrá un gran debate.

SEMANA: ¿A las solicitudes en fila se les puede aplicar una nueva prima?

J.R.O.: Claro que sí, uno les puede decir cómo paga la prima.

SEMANA: No le preocupa que de entrada usted tiene un grupo de importantes empresas que ya tienen un estatuto tributario propio?

J.R.O:
Es una discusión que está por darse. Pero nadie está planteando tener un estatuto tributario propio para esas 150 empresas, sino proyectos específicos, y el país puede mirar de manera benevolente ciertos proyectos por el impacto que tienen. La discusión hay que darla y eso abarca un contexto muy amplio.

SEMANA: Todos los directores de impuestos llegan con el propósito de controlar la evasión. Ahora ese es un punto central del proyecto de reforma estructural que presentarán al Congreso. ¿Se podrá lograr esta vez?

J.R.O.: Desde los años 97 y 98 el énfasis en la Dian era el recaudo. Tener efectivo para poder facilitar la caja del Estado que ha vivido con enormes restricciones de liquidez. Cuando usted genera la presión de conseguir caja, se crea una presión hacia la corrección de impuestos y no unas investigaciones a profundidad donde se tenga un total diagnóstico de lo que son las posibles evasiones y elusiones. La ventaja es que hoy tenemos la capacidad de mirar hacia más largo plazo, buscando el recaudo, pero que cuando haya evasión miremos con profundidad. La gente va a entender que cuando uno va a profundidad, si hay evasión tendrán que asumir cargas muy altas por incumplir su obligación tributaria. Eso va a generar una conciencia en Colombia de lo que se llama riesgo subjetivo, que no es otra cosa que la gente sepa que evadir o ser oportunista tendrá sanciones onerosas. Cuando usted es consciente de ese riesgo, cambia su comportamiento, muchos creen que nunca los van a coger, y eso es lo que la gente verá, que sí la vamos a coger.

SEMANA: Pero ¿qué harán para coger a la gente que está evadiendo? Las impresoras fiscales fueron aprobadas pero finalmente no se instrumentaron.

J.R.O.: Se sacó un decreto y ese tema lo estamos evaluando. Yo creo que la fiscalización es más producto no de inversiones, sino de entrenamiento de los equipos, de hacer un gran esfuerzo interno gerencial de lo que es el proceso de levantamiento de la prueba. Eso no se soluciona con plata. La tarjeta fiscal puede hacer parte de la estrategia, suena muy bien, pero cuando usted mira los detalles, es un gasto muy importante. La gente compraba la tarjeta fiscal y podía descontarla de su impuesto y cuando uno mira cuánto puede valer, se ha gastado 200.000 millones de pesos. Hacer una inversión de más de 100 millones de dólares requiere de una serie de pruebas de que eso de verdad va a funcionar. Por eso en un momento de la discusión dijimos: esto es muy importante, pero vamos a hacer un piloto de la tase interna de retorno para el país. Si tiene una tasa de retorno importante, indiscutiblemente bienvenida la inversión.

SEMANA: ¿De cuánto es la evasión en Colombia?

J.R.O.: La evasión total asciende aproximadamente a 28 billones de pesos. Si se logra reducir a la mitad, sería unos 14 billones, algo importantísimo.

SEMANA: Usted ha dicho que no es necesario volver a traer los perros de la Dian. Entonces, ¿cómo piensa hacerlo?

J.R.O:
Yo no creo que sea necesario un proceso de agresión, sino de inteligencia. Si usted sabe cuáles son las fuentes de información que existen y las utiliza, cruza y potencializa el Muisca, tiene una gran herramienta de control. Vea, hay una discusión grandísima en este país y es la coordinación con registro de instrumentos públicos. Uno no tiene riqueza si no es para gastarla. ¿En qué? En haciendas, casas de campo, piscinas, viajes, tarjetas de crédito. Podemos recabar la información y sacar el perfil –como hizo España– de la renta consecuente con el nivel de gasto de la gente. Si alguien tiene una cartera Louis Vuitton, yo sé que tiene que pagar renta. Nadie que tenga plata deja de gastar, la idea es mirar su consumo. Ahora, la gente se ha confiado en que la Dian se transa por correcciones. Eso va a cambiar y en todos los tributos. La inteligencia tributaria es el gran reto, vamos a potencializar el Muisca, con estadísticos, ingenieros, gente capaz de inferir de los datos de la realidad de los sectores.

SEMANA: ¿Y cómo hacerle seguimiento a lo que está consumiendo?

J.R.O:
Para llegar al consumidor vamos a hacer varias cosas. Por ejemplo, concursos para que la gente informe por celular lo que son las transacciones que ha registrado y lo que ha comprado. Puedo registrar lo que la gente consumió. Es más sencillo llegar al contribuyente por el consumo. Así puedo saber lo que la gente consumió y dónde lo compró. Vamos a aprovechar y a fortalecer el tema de 2 puntos de descuento con la tarjeta débito de IVA. Buscar un mecanismo que a la gente le reduzca ese costo en el momento de hacer la transacción.

SEMANA: ¿Cambió el modelo de tributación en Colombia? ¿Ya dar estímulos no funciona?

J.R.O.:
No existe ninguna sociedad que haya logrado una gran transformación sin haber hecho grandes inversiones por parte del Estado y haber asumido cargas tributarias altas. El mundo capitalista y la legitimidad del mismo ésta en que la gente tenga oportunidades, y estas no se logran sino con voluntad de la sociedad de generar instituciones de salud, educación y justicia. Si no, el Estado capitalista es vulnerable. La riqueza en manos de unos pocos se vuelve algo insostenible. El riesgo mayor es resentimiento y frustración que terminan creando un modelo inviable. La gente quiere prosperidad. Algo más parecido al modelo de Corea. Y eso sólo se logra con impuestos. El modelo de Irlanda se replanteó. Ahora están elevando el IVA al 23 por ciento.

SEMANA: ¿Nos equivocamos y ahora hay que enderezar?

J.R.O.:
Colombia no podía desvincularse de lo que estaba pasando en el mundo y de la estrategia que seguían muchos. Pero el problema es que esa estrategia está cambiando, pues funciona en la medida en que se le quita a alguien. Usted prospera por la crisis y la pobreza de otro, no porque generó algo virtuoso. El modelo es peligroso. Se mostró en Irlanda. Polonia se le llevó la gente y todo el mundo está viendo que es un juego peligroso. Colombia es un país que requiere distribuir y dar oportunidades. No podemos vivir sin impuestos. Más pronto que tarde la realidad llegará. Ese modelo mostró falencias.

SEMANA: ¿Cuál es la meta de recaudo para este año?

J.R.O.:
El ministro Juan Carlos Echeverry quiere más que el presupuesto que teníamos de 75 billones. Hay que tener en cuenta que al impuesto de renta le pegará el comportamiento de la economía del año pasado, y las pérdidas de 2009 seguirán pegando porque se pueden deducir en su totalidad. El reto es IVA.

SEMANA: Ahora la Dian tiene mil funcionarios menos que hace un año, ¿no le harán falta para sus planes?

J.R.O. :
Yo creo que la discusión sobre el número de funcionarios de la Dian es muy importante. No quiero prejuzgar hasta tener un conocimiento más profundo de la entidad y creo que tres meses no es suficiente. Esa cifra mítica de los 10.000 funcionarios de la Dian no tiene un sustento técnico de por qué se requieren. Estamos en el proceso de definir cuál es la cantidad de funcionarios que necesita la entidad de acuerdo con la estrategia que vamos a seguir. Por ejemplo, acá se tomaba la estrategia de que a toda persona que solicitaba una devolución se le hacía una fiscalización, eso generaba un volumen de personas haciendo una cantidad de tareas. Pero usted puede tener una estrategia diferente e igualmente legítima. Si hay una persona que pide una devolución, tiene una actividad normal, usted la conoce, ha ido a la fábrica, tiene un desempeño decente, paga todos los impuestos. Si ya lo fiscalicé una vez ya conozco su comportamiento, no tengo que fiscalizarlo todos los años por cada devolución que pide. Puedo perfilar a una persona que pide por primera vez. No necesito 50 personas fiscalizando esa persona. Pero reconozco que el tema de personal no es tan sencillo, hay que mirar la especialización. Un billón más de recaudo en el último trimestre del año pasado demuestra que el debate es legítimo. No quiero decir que no haya rentabilidad de conseguir personas muy competentes. Es sorprendente que la Dian no tuviera perfiles para matemáticos, estadísticos, ingenieros, cuando es una entidad que se ha fortalecido para tener unas bases de datos muy ricas.

SEMANA: En materia de aduanas, ¿que habrá este año?

J.R.O.: Es un tema vital. Parte de la coherencia en la estrategia es contener el contrabando que mina los ingresos de los departamentos en licores y cigarrillos, genera canales por donde hay lavado, precursores, armas, en fin. El contrabando es la piscina donde nadan los animales más feos de la sociedad. En la medida en que todos los colombianos seamos conscientes del mal que hace el contrabando, seremos capaces de vencerlo. Por ahorrar unos pesitos dejamos un desempleo o truncando una empresa. La sociedad tiene que ser capaz de autorregularse. Pero no es todo. Vamos a hacer inteligencia con los sistemas de puertos. Las sociedades portuarias serán unos aliados incondicionales en esta lucha, es por los puertos por donde entra el contrabando. La voluntad de sus operadores y la audacia de la Dian serán clave. No podemos permitir que entren más de 4.000 millones de dólares de contrabando al país.