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| Foto: Jorge Restrepo

MATERIAS PRIMAS

Suben las materias primas y las exportaciones, ¿cuánto durará la dicha?

La fotografía del momento muestra un repunte en los precios del petróleo, carbón, oro, níquel y café. Esta es una gran noticia para las exportaciones de Colombia que dependen de estas materias. Todos rezan para que dure. Es la maldición de depender del precio de los commodities.

25 de febrero de 2017

Tras el desplome de los dos últimos años, los precios de las principales materias primas que exporta Colombia muestran una recuperación. El barril de petróleo de referencia Brent, que llegó a caer a 28 dólares hace un año, está en 56 dólares. Por su parte, la tonelada de carbón aumentó 80 por ciento en igual periodo, al pasar de 44 dólares a 79, y el precio del oro subió más de 15 por ciento a 1.240 dólares la onza troy. También el café está en una buena racha. La libra del suave colombiano alcanza 1,67 dólares, un 22 por ciento más que 12 meses atrás.

Sin duda el incremento en los precios de estos commodities es un respiro para países productores como Colombia, altamente dependientes de estas materias primas. En el caso de las exportaciones colombianas, por ejemplo, cerca de un 60 por ciento son productos minero-energéticos. Pero, más allá de la fotografía del momento, muchos se preguntan qué explica este comportamiento de los precios y cuánto durará la buena racha.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los precios del petróleo subieron en las últimas semanas como consecuencia del acuerdo celebrado por los grandes productores agrupados en la Opep para recortar la oferta. Por otro lado, dado el vigor de la inversión en infraestructura e inmuebles en China y el recorte en la prooducción de carbón en el gigante asiático para darle más espacio a energías más limpias, así como las expectativas de expansión fiscal en Estados Unidos, los precios de otras materia primas también se han afianzado. Como los precios de estos commodities tocaron fondo, se está viendo una recuperación.

El problema es que, en mercados tan volátiles como los actuales, cualquier noticia puede llevar a que las cotizaciones se descuelguen, y más con la incertidumbre en torno a las políticas económicas del presidente Donald Trump, el alza de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal y el comportamiento del dólar, entre otros factores.

En el caso específico de Colombia, el petróleo por encima de 50 dólares abre mejores perspectivas para Ecopetrol, pues en ese nivel ya se puede hablar de ganancias. Por cada dólar que suba el crudo de referencia Brent, los ingresos adicionales aumentan en 180.000 millones de pesos. Si el barril se mantiene en ese nivel, la petrolera puede desarrollar sin contratiempos su plan estratégico de negocios entre 2017 y 2020. Ecopetrol anunció que destinará el 90 por ciento de sus inversiones a exploración y producción para incrementar las reservas, que cayeron 14 por ciento a 1.598 millones de barriles. Es decir, la coyuntura hasta ahora pinta bien.

Hasta dónde subirá el precio del petróleo es la pregunta del millón. Goldman Sachs espera precios del barril Brent en el 2017 entre 55 y 60 dólares. El asunto es que con este producto nunca se sabe. El punto de inflexión en las cotizaciones del crudo se produjo el 30 de noviembre del año pasado tras el acuerdo de la Organización de Países Productores de Petróleo (Opep) para fijar un techo de producción de 32,5 millones de barriles diarios. Hasta el momento los miembros han cumplido su compromiso. A ellos se sumaron otras naciones que no pertenecen a esa organización como Brunéi, Malasia, México, Rusia, Sudán y Omán, entre otros.

En todo caso, no es conveniente cantar victoria y es importante conservar la cautela. Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), sostiene que por encima de los 50 dólares el barril muchos proyectos se vuelven rentables, incluso los de fracking, lo que podría llevar a una mayor oferta que presionaría los precios nuevamente a la baja. “Es importante ser optimistas moderados, y ante todo recordar que el problema de Colombia no son los precios internacionales, sino nuestra pérdida de competitividad”, sostiene.

Para el dirigente, el país necesita mayor seguridad jurídica y tiempos y procesos razonables para lograr permisos, licencias ambientales y consultas con las comunidades. De lo contrario, con o sin precios altos la nación no será competitiva y se dificultará aumentar las reservas de hidrocarburos.

Santiago Ángel Urdinola, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), coincide en que al sector le preocupa sobre todo la seguridad jurídica porque sin ella no hay inversión. Reconoce que en 2016 los precios tocaron fondo y ahora la pregunta es cuánto tiempo se mantendrán en los actuales niveles. “Estamos en los gozosos, pero no sabemos cuánto va a durar este ciclo de precios altos, por lo que hay que ser muy cautelosos”, dice.  

El ministro de Minas y Energía, Germán Arce, considera que la clave para que el sector evolucione de una manera más favorable es volver a invertir en exploración y producción. Dice que con un escenario de precios del petróleo entre 50 y 60 dólares se esperaría un 2017 más positivo.

En cuanto al carbón, además del repunte del precio, por fin el año pasado Colombia alcanzó la meta de los 90 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 5,8 por ciento. Según el Ministerio de Minas y Energía, la cifra es récord en esta materia. De acuerdo con los expertos, el aumento en la cotización internacional del carbón obedece a que China, el principal productor y consumidor del mineral, disminuyó en 10 por ciento el ritmo de extracción el año pasado para contener el exceso de inventario y para impulsar energías más limpias como la eólica.

Por otro lado, también aumentó, aunque levemente, la producción de níquel y oro en Colombia. La primera creció 3,3 por ciento y la segunda 6 por ciento. En este último sector están en marcha millonarias inversiones en proyectos como Gramalote, de AngloGold Ashanti; Buriticá, de Continental Gold; San Ramón, de Red Eagle Mining; y Cisneros, de Antioquia Gold.  

Arma de doble filo

Es claro que el nivel de las materias primas está lejos de lo alcanzado hace unos años cuando el petróleo y el carbón, por ejemplo, superaron los 100 dólares. Eso, sin embargo, no significa, necesariamente, que se volverá a ese techo. Aunque el aumento en las cotizaciones es positivo, también se convierte en un arma de doble filo porque muchos países pueden relajar sus esfuerzos para diversificar sus exportaciones y flexibilizar sus ajustes fiscales.

El premio nobel de economía Joseph Stiglitz, quien estuvo en el país, llamó la atención sobre este tema al señalar que Colombia desaprovechó la bonanza petrolera de los últimos años y no logró reducir la inequidad.

Un estudio del Banco Mundial afirma que si bien la mayoría de los países de América Latina tienen un gran potencial de riquezas naturales –el cobre en Chile, el petróleo en Venezuela y Ecuador, la plata en México y Perú–, muy pocos han sacado provecho para invertir en el desarrollo y el bienestar de la población.

Esto genera economías poco diversificadas y muy dependientes de los vaivenes de los precios de los commodities. De ahí que el desplome de los precios internacionales haya afectado a las naciones más expuestas. Solo unos pocos países han sabido sacarle provecho, como Chile, el mayor exportador de cobre del mundo, que supo ahorrar en un fondo de estabilización los excedentes de la bonanza del mineral.   

Volver a las épocas en que los precios del petróleo y el carbón estaban por las nubes se ve muy remoto. Las empresas deben aprovechar este cuarto de hora para mejorar la competitividad y reducir los costos. El gobierno, por su parte, no puede dejar de diversificar su canasta exportadora para no depender tanto de las materias primas, que si bien son su redención en épocas de vacas gordas, se convierten en su verdugo cuando llegan las flacas. n