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| Foto: Fondo Monetario Internacional

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Nada está claro en el crecimiento económico mundial

Además de las consecuencias del ‘brexit’ y de la elección de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, otros factores preocupan en el escenario económico mundial. En 2017, el crecimiento seguirá flojo.

3 de diciembre de 2016

Si algo enseñan los inesperados sucesos de este año, relacionados con la elección presidencial en Estados Unidos y la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), es que hacer predicciones es más complejo de lo que parece, y que acertar en ellas es aún más difícil.

Pero incluso con los riesgos que supone hablar del futuro, los analistas pronostican que, en materia económica, el año entrante viene cargado de incertidumbre. La economía mundial seguirá andando por terrenos pantanosos y por ello la recuperación será lenta, tanto en los países desarrollados como en los emergentes en desarrollo. Nadie espera que se revierta a corto plazo la tendencia a la baja de los precios de las materias primas, que siguen muy inferiores a los niveles que alcanzaron en la década pasada.

En su informe de octubre sobre perspectivas económicas, el último del año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que los llamados a adoptar medidas populistas que restrinjan el comercio y la inmigración amenazan con estancar, particularmente, las economías avanzadas. Según el organismo, la economía mundial crecerá 3,1 por ciento en 2016 y tendrá un leve repunte hacia 3,4 por ciento en 2017. Esta cifra representa una revisión a la baja, tras el triunfo del brexit, o sea, la salida de Reino Unido de la UE. El pronóstico incorpora también un crecimiento más débil de lo previsto en Estados Unidos, aún sin contar con el efecto de la victoria de Donald Trump.

Las tensiones en el ámbito político causan una enorme incertidumbre. Según Maurice Obstfeld, consejero económico del FMI, el brexit, por ejemplo, puso en entredicho la futura configuración de las relaciones comerciales y financieras de Reino Unido con los 27 países miembros restantes de la UE, lo que podría reducir la inversión y la contratación en toda Europa. La Comisión Europea sostiene que la economía británica podría crecer apenas 1 por ciento en 2017 y 1,2 por ciento en 2018, por los efectos de su salida de la UE, pues las empresas suelen reaccionar a la incertidumbre retrasando o cancelando sus inversiones. y porque disminuye la demanda privada a causa del menor poder adquisitivo de los hogares como consecuencia de la inflación.

La mayoría de los pronósticos apunta a que Estados Unidos crecerá el año próximo alrededor de 2,2 por ciento, levemente por encima del 1,6 por ciento esperado para 2016. Sin embargo, la incertidumbre sobre la primera potencia mundial se centra en el programa de gobierno de Trump. Aunque preocupa su reiterada actitud en defensa del proteccionismo y en contra de los acuerdos comerciales, existe la esperanza de que su propuesta de reducir impuestos y aumentar el gasto fiscal logre acelerar el crecimiento. Esto podría funcionar en el corto plazo, pero no en el largo.

Con respecto al otro lado del mundo, los analistas creen que la economía de China, la segunda potencia mundial, seguirá desacelerándose. Esperan que registre una expansión de 6,6 por ciento este año y de 6,2 por ciento en 2017, en comparación con el crecimiento de 6,9 por ciento que tuvo en 2015. Frente a Japón, la tercera economía del planeta, el FMI pronostica que su crecimiento se mantendrá deprimido, con un escaso 0,5 por ciento este año y 0,6 por ciento en 2017.

Los analistas esperan que América Latina se recupere lentamente, debido a que varios países están en recesión. La Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) pronostican que el PIB latinoamericano se contraerá en 2016 entre 0,9 y 1 por ciento y que en 2017 tendrá un modesto crecimiento de entre 1,5 y 2 por ciento. Para Venezuela prevén que el producto se desplome un 10 por ciento este año y que se contraiga otro 4,5 por ciento en 2017. En Brasil esperan una contracción de 3,3 por ciento en 2016, y un crecimiento de 0,5 por ciento en 2017.

El mundo seguirá a la expectativa de que la Reserva Federal suba las tasas de interés, aunque se supone que lo hará gradualmente. Los inversionistas, sin embargo, no esperan que las decisiones del banco central estadounidense repercutan con fuerza en los mercados, pues llevan varios años preparándose para ese momento.

Otros factores preocupan en la economía mundial. Entre ellos, los altos niveles de endeudamiento de los países, el precio del petróleo, el cambio climático, la retórica a favor del proteccionismo y contra el comercio internacional, la globalización y la migración. Esto, sin contar con los eventos económicos o geopolíticos que puedan aparecer. Aunque, dada la poca credibilidad que por estos días tienen quienes se dedican a pronosticar, es mejor no anticiparse y esperar a que las cosas pasen.