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Fe ciega

Casi nadie se atreve a poner en duda la meta de inflación del próximo año: 4 por ciento. El Emisor ha ganado credibilidad en su política de precios.

25 de noviembre de 2006

Sólo falta un mes para que se acabe 2006 y ya está casi descontado que el país cumplirá nuevamente, como en los años anteriores, su meta de inflación. Y para 2007, los astros, mágicamente, se han venido alineando: la reforma tributaria finalmente no se metió con el IVA y no se proyecta una disparada del dólar.

Esa fue la razón por la que el Banco de la República se mostró confiado en que el próximo año la inflación también seguirá cediendo. El Emisor fijó un rango entre 3,5 y 4,5 por ciento y una meta puntual para efectos legales del 4 por ciento. En el mercado nadie pone en tela de juicio el logro de estos objetivos.

El codirector del Banco de la República Fernando Tenjo aseguró que lo más exitoso en la política monetaria del país es que los actores del mercado les creen a las autoridades. En enero de 2006, según la encuesta de expectativas que realiza la entidad, el 81 por ciento de los agentes económicos confiaba en que la inflación estaría cerca del 4,5 por ciento, meta fijada para este año. La realidad satisfizo esas expectativas y hoy, a finales de noviembre, el país está muy cerca del objetivo.

Lo más probable es que cuando se les pregunte a estas mismas personas, a finales de 2006, sobre la meta de 2007, las respuestas favorables sigan creciendo.

Zonas de alerta

Pero aun así, son varios los factores que pueden generar presiones inflacionarias el próximo año. El primero de ellos es el fenómeno de El Niño que de llegar a ser agresivo, inevitablemente va a impactar los precios de muchos alimentos cuya oferta se reduciría ante la caída de las cosechas.

Este proceso climático se registra por el aumento en la temperatura en el océano Pacífico, lo que genera cambios importantes en la zona andina colombiana y en los departamentos del Caribe, donde se reduce la precipitación, lo que genera sequías mucho más drásticas que las habituales. Se espera que este fenómeno se extienda hasta el primer trimestre de 2008, cuando tendrá su etapa más dura.

El gerente general del Banco de la República, José Darío Uribe, se mostró tranquilo por el fenómeno, y destacó, primero, que será moderado y, además, que aunque los precios suban, volverán a caer, porque se trata de un proceso temporal.

Otro de los factores de preocupación era la reforma tributaria, y esto quedó planteado en el análisis que hizo el Banco de la República sobre el futuro de los precios en el país. Sin embargo, el ajuste en impuestos no tocó el IVA, gravamen que, en caso de aumentar o aplicársele a más productos, habría impulsado los precios al alza. Así que con una reforma tributaria de alcance reducido, se le quita un ingrediente de presión a los precios.

Es claro que, nuevamente, el país no va a tener sobresaltos por cuenta del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Es una buena noticia que beneficia a las personas de menores recursos, pues su poder adquisitivo no se deteriora a un ritmo vertiginoso. Definitivamente, la moderación en el aumento de los precios es uno de los principales logros de la política económica de los últimos años. Atrás quedaron las inflaciones del 20 y pico por ciento. Si la inflación es el más gravoso de los impuestos para los pobres, lo mejor es mantenerla a raya, como hasta ahora.