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FIDEL APRIETA LAS TUERCAS

La isla, al contrario de lo que sucede en China y Europa Oriental, da marcha atrás en cuanto a algunas medidas neoliberales

1 de septiembre de 1986

Pocas veces en los últimos años se habían aguantado los cubanos un regaño de esas proporciones. La que parecía ser otra reunión anual más del Comité Central del Partido Comunista Cubano, con sus largas y aburridoras jornadas, terminó en una de las más fuertes autocríticas hechas jamás por Fidel Castro a los logros recientes de la revolución. Desilusionado por la falta de dinámica del sistema, el líder caribeño no vaciló en plantear sus inquietudes en un discurso ante el Comité, algunos de cuyos apartes fueron transmitidos por la televisión de la isla. "No hay disciplina de trabajo. Pienso que es el peor problema de la revolución. ¿No entiende la gente que la responsabilidad número uno de un revolucionario es trabajar?", dijo Castro refiriéndose a los bajos niveles de productividad.
Según el gobierno de La Habana, buena parte de ese desgano tiene que ver con la aparición de ideas "neoburguesas y neoliberales" que han minado el espíritu de trabajo de la gente. Como respuesta, en uno de sus movimientos más drásticos, Castro echó atrás de un plumazo algunas reformas que en su época fueron consideradas como un tímido intento de introducirle elementos capitalistas a la economía de la isla. De tal manera, el gobierno abolió los mercados libres de productos agrícolas que había introducido en 1980, con el fin de permitirle a los campesinos vender sus excedentes libremente y así aumentar el abastecimiento de alimentos. El experimento resultó exitoso en la medida en que los casi 70 mil agricultores privados que aún existen en Cuba y explotan menos de un 15% de la tierra cultivable, incrementaron sustancialmente el rendimiento de sus cosechas. Ese éxito, sin embargo, no le gustó a Castro. Tal como ocurrió en China con las medidas de Deng Xiao Ping, los campesinos se convirtieron en poco tiempo en uno de los grupos más adinerados de la población. Castro citó el caso de un hombre que vendiendo ajos producidos en su pequeña parcela llegó a ganar más de 150 mil pesos cubanos en un año, más de 50 veces el salario de un obrero.
Pero si esa medida fue bastante dolorosa, más duro aún fue lo sucedido con el mercado de la vivienda. Hace un año, en lo que se consideró como un gran paso "liberalizador", el gobierno legalizó la propiedad privada y el arrendamiento de casas y apartamentos entre los particulares, incluyendo mecanismos tan novedosos como la posibilidad de heredar los bienes raíces. En su momento, la disposición se justificó con el argumento de elevar los niveles de ahorro de la población y ayudar a solucionar un déficit crónico de vivienda, especialmente en La Habana.
El experimento, sin embargo, fue efimero. Cientos de cubanos empezaron a utilizar su tiempo libre para dedicarse a la construccion de viviendas con el objeto de venderlas en el mercado y en pocos meses se desató una situación de especulación. Ante ello Castro ordenó que se cambiara la ley de tal manera que se requiera la participación del Estado en todas las transacciones.
Lo sucedido en Cuba va en aparente contravía con lo que está ocurriendo en otras naciones del mundo comunista. En China y en Europa Oriental han aparecido tímidos elementos de economía de mercado, tales como mercados libres y participación de los trabajadores de las utilidades de su fábrica. Aun en Rusia hay expertos que comentan que Gorbachev terminará tarde o temprano por introducir estímulos salariales para aquellos que aumenten su productividad.
Sin embargo, para Fidel Castro el futuro está en volver a la vieja línea. Jorge Salazar, un especialista en el tema, le dijo a The Wall Street Journal que lo hecho se podía considerar como un paso atrás y que "el modelo es definitivamenle el de Alemania Oriental" Por ahora, lo cierto es que la revolución --con o sin fallas-- cuenta con el apoyo de Moscú. El Journal reporta que la ayuda económica soviética para el quinquenio 1986-90 va a ser superior en un 50% a la del lustro anterior. Pero con las medidas de finales de junio quedó definido que si Cuba va a vivir un boom en su economía, este no va a ser por cuenta de ninguna aproximación hacia el capitalismo.--