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Fitch rebaja dos escalones la calificación de la deuda de España e Italia

Las agencias calificadoras cumplen con sus anuncios previos y reducen la nota de las deuda soberana de las economías europeas.

7 de octubre de 2011

La agencia de calificación de riesgos Fitch rebajó el viernes en dos escalones la fiabilidad de España para afrontar a sus acreedores por la intensificación de la crisis europea y por las dudas sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit de las comunidades autónomas.

La firma estadounidense rebajó de AA+ a AA- la calificación española, que dejó con perspectiva negativa.

La rebaja de la nota hasta el cuarto nivel de su escala, que se equipara a un sobresaliente bajo, se debe a que España es "especialmente vulnerable" a los problemas de los líderes europeos para resolver la crisis de la deuda, según la agencia calificadora.

Esa vulnerabilidad se explica, según Fitch, por su "todavía considerable déficit estructural, el alto nivel de deuda externa neta y la fragilidad de la recuperación económica en un contexto de desapalancamiento".

La agencia critica especialmente la evolución presupuestaria de algunas comunidades autónomas españolas porque -dice- supone "un riesgo" para que España cumpla sus objetivos de consolidación fiscal, ya que representan un tercio del gasto total.

Por tanto, recuerda que son "una parte vital de la necesaria corrección de las finanzas públicas para restaurar la confianza y la sostenibilidad de la deuda pública".

Fitch calcula que la economía española no crecerá por encima del 2 por ciento hasta 2015, aunque a partir de esa fecha prevé que el potencial de crecimiento será mayor que el de la media de Europa.

La intensificación de la crisis de la zona del euro ha sido el motivo por el que Fitch puso a España en perspectiva negativa a principios de marzo y, a partir de entonces, el aumento de la volatilidad ha empeorado las condiciones de financiación del país.

La agencia de calificación estadounidense concluye que "el proceso de reajuste de la economía española está en camino pero no está completo" y costará más debido a las moderadas previsiones de crecimiento.

Sostiene también que a pesar de las importantes medidas ya adoptadas por el Gobierno, se necesitan más reformas estructurales que mejoren la competitividad y la productividad de la economía.

Por eso, espera que a largo plazo (después de 2015) la tasa de crecimiento potencial de España vuelva a ser superior a la media de la eurozona en su conjunto.

Augura que la proporción de deuda respecto al PIB alcanzará su punto máximo en el 72 por ciento en 2013, muy por debajo del promedio de pronósticos de área del euro del 89 % en ese año.

En el lado positivo, Fitch destaca que España es una economía diversificada y de alto valor añadido y con un Gobierno fuerte que respondió con "una política creíble y agresiva".

También destaca que se ha avanzado considerablemente en la reestructuración del sector bancario y, aunque calcula que para cubrir pérdidas adicionales podrían ser necesarios 30.000 millones más, un 2,8 % del PIB, piensa que es una cantidad "manejable".

Entre los puntos débiles de la economía española, Fitch señala que la deuda externa neta es una de las más altas del mundo al suponer el 91 % de su Producto Interior Bruto (PIB), lo que le hace sensible a potenciales subidas de interés.

La rebaja de la solvencia de España es la segunda que decide Fitch después de la realizada el 28 de mayo de 2010, cuando por primera vez bajó la calificación de la deuda desde la máxima categoría AAA a AA+, en la que se mantuvo hasta el viernes.

 
Italia tambíén sufre rebaja

Fitch también rebajó el viernes la calificación de la deuda soberana de Italia en un escalón, de AA- a A+, según informó hoy a través de un comunicado.

Con esta revisión, la calificación de Italia para hacer frente a su deuda a largo plazo pasa de sobresaliente bajo a notable alto.

La rebaja de Fitch, llega después de la bajada de la nota de la deuda italiana hecha por Standard & Poor's, el pasado 19 de septiembre, y de la de Moody's, a principios de esta semana.

Fitch señaló que la rebaja refleja la intensificación de la crisis en la zona euro, que constituye un impacto negativo significativo a nivel financiero y económico, que "ha debilitado el perfil de riesgo de la deuda soberana de Italia".

La agencia de 'rating' subrayó, que como ya había adelantado de forma preventiva, una solución global a la crisis es "política y técnicamente compleja, lo que implicará que se tarde tiempo en recuperar la confianza de los inversores".

Agregó que la crisis ha impactado negativamente en las perspectivas de estabilidad financiera y crecimiento del país y subrayó, además, que el alto nivel de deuda pública y la necesidad de financiación, junto con el bajo potencial de crecimiento, pone a Italia en una situación de "especial vulnerabilidad frente a los impactos externos".

La deuda pública italiana se sitúa en torno al 120 % del Producto Interior Bruto (PIB), es decir, más de 1,9 billones de euros.

Fitch aludió al reciente plan de ajuste aprobado por el Parlamento italiano, por valor de cerca de 54.000 millones de euros, sobre el que aseguró que "ha reforzado la consolidación fiscal italiana".

Sin embargo, sobre esta iniciativa, consideró que la "titubeante respuesta del Gobierno a la expansión del contagio, ha erosionado la confianza de los mercados sobre la capacidad de Italia de navegar a través de la crisis de la Eurozona".

Según Fitch, en base a sus proyecciones fiscales, Italia podría no alcanzar su objetivo de equilibrio presupuestario en 2013, como pretende el Ejecutivo.

La agencia indicó que, mientras los objetivos presupuestarios a corto plazo son alcanzables, las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno carecen de una reforma fundamental de las finanzas públicas.

Fitch manifestó que, pese a que la alta presión fiscal es uno de los factores que más pesan sobre el crecimiento a largo plazo del país, está previsto que se incremente más aun.

Además, señala la firma estadounidense, la restricción del gasto está basado en los recortes del gasto público actual, así como en la restricción de inversiones, en lugar de llevar a cabo una reforma estructural duradera del gasto público.

Según Fitch, un mayor énfasis en la reforma estructural fiscal reforzaría la confianza sobre la posibilidad de que el país logre alcanzar un crecimiento sostenido a lo largo de varios años, así como la ampliación de la productividad y el potencial crecimiento de la economía.

Fitch hizo hincapié en que las debilidades estructurales que han constreñido el crecimiento económico de Italia son bien conocidas: "la elevada deuda pública, la alta presión fiscal, un sector público ineficaz, barreras a la competencia en el mercado, inflexibilidad en el mercado de trabajo y una pronunciada división norte-sur".

"Ante el telón de fondo de reformas en toda Europa y el mayor coste del capital al que Italia debe hacer frente a corto y medio plazo, el país necesitará hacer una reforma económica más radical y sostenida, para evitar una importante hueco en la productividad y competitividad en comparación con el resto de países de la OCDE", advierte Fitch.
 
EFE