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El G20 rechazó la propuesta del presidente estadounidense Barack Obama de aplicar un nuevo programa de gastos que estimule la economía. | Foto: Foto: AP

G-20 dará 1 billón de dólares a FMI, Banco Mundial

el Grupo de los 20 países industrializados y en desarrollo prometió 1,1 billón de dólares para préstamos a los países más desprotegidos, iniciativas para sanear los devastados balances financieros de los bancos y hacer que el crédito fluya de nuevo.

4 de abril de 2009

Reunidos de manera urgente en el momento más peligroso para la economía mundial desde la Gran Depresión, los líderes de los países más industrializados y las principales economías emergentes prometieron el jueves más de un billón de dólares en préstamos de emergencia para evitar que se agrave la crisis.

Sin embargo, rechazaron la propuesta del presidente estadounidense Barack Obama para aplicar un nuevo programa de gastos que estimule la economía. Además, ningún líder se atrevió a garantizar el éxito de las medidas.

"Este fue el día en que el mundo se unió para responder frente a la recesión global", declaró el primer ministro británico Gordon Brown, anfitrión de la cumbre, mientras encabezaba una muestra de unidad diseñada para reforzar la confianza en los hogares y empresas de todo el mundo.

"Esto es sólo el comienzo", aseguró por su parte Obama.

Nadie prometió un impacto inmediato, y todos coincidieron en que falta mucho por hacer.

Además de prometer 1,1 billón de dólares para préstamos a los países más desprotegidos, el Grupo de los 20 países industrializados y en desarrollo prometió iniciativas destacadas para sanear los devastados balances financieros de los bancos y para hacer que el crédito fluya de nuevo, combatir los paraísos fiscales y endurecer la regulación sobre los fondos de alto riesgo y otros instrumentos financieros en Estados Unidos y otros países.

Los préstamos representarían una medida para apuntalar los mercados restantes para las exportaciones.

Al término de la reunión de un día, los líderes del G-20 dijeron que mejorarán un foro financiero existente para que sirva de alarma al menor síntoma de problemas en el sistema financiero global.

Sin embargo no respondieron a los llamamientos de Estados Unidos y Gran Bretaña de comprometer nuevas medidas de estímulo. Ni tampoco los políticos europeos consiguieron su propósito de un superregulador financiero mundial.

Los participantes zanjaron varias brechas entre Estados Unidos y algunas naciones europeas acerca de cómo regular el mercado y reducir los excesos que provocaron la crisis económica.

Obama, en su primera incursión prominente en la diplomacia internacional, no logró que los socios comerciales de Estados Unidos invirtiesen más fondos en programas de creación de empleos, como han hecho Washington y Londres. La propuesta encontró una enérgica oposición de Francia y Alemania.

Sin embargo, ya era evidente mucho antes del comienzo de la reunión que había escaso apoyo a nuevos gastos de estímulo fuera de Estados Unidos y Gran Bretaña.

"Creo que anduvimos bien", dijo Obama a la prensa. "Hemos convenido una serie de pasos sin precedentes para restablecer el crecimiento e impedir que vuelva a ocurrir una crisis como ésta".

La reunión del jueves fue convocada en la esperanza de restablecer la confianza en el sistema financiero mundial y, en un posible indicio de éxito, las bolsas de valores europeas y estadounidenses subieron cuando se conoció el resultado de la cumbre.

El presidente francés Nicolas Sarkozy, que había amenazado retirarse si no estaba satisfecho con el resultado de la reunión, elogió a Obama por contribuir a crear consenso y persuadir a China que publicase listas de paraísos impositivos.

"Hubo momentos de tensión", admitió Sarkozy. "Nunca hubiéramos pensado en concretar un acuerdo tan amplio".

La canciller federal alemana Angela Merkel calificó las medidas de "compromiso muy, muy bueno, casi histórico" que brindarán al mundo "una arquitectura más clara de los mercados financieros".

"Hemos mantenido nuestro compromiso de ayudar a los más pobres del mundo", afirmó el primer ministro británico Gordon Brown.

Los líderes del G-20 dijeron que las naciones en desarrollo —sumamente afectadas y quejosas de su marginalización— tendrán más injerencia en los asuntos económicos. Dijeron que debían renunciar al proteccionismo y prometieron 250.000 millones de dólares en financiación para el comercio en los próximos dos años.

Con información de AP