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Gasolinera nueva

Un grupo de inversionistas colombianos se lanza a montarles competencia a las grandes multinacionales de distribución de gasolina.

26 de febrero de 2002

En 2002 los colombianos verAn nacer una empresa que dará mucho de qué hablar. Se trata de Brío, una compañía de capital enteramente nacional que se dedicará a la distribución de gasolina, compitiendo directamente con Exxon Mobil, Texaco, Shell y Terpel, que históricamente han dominado el negocio. A mediados

de este año empezarán a verse las primeras bombas de gasolina con la nueva marca que traerá más competencia en el mercado.

La iniciativa surgió en abril de 1999 en una asamblea de Fedispetrol, el gremio que agrupa a los distribuidores minoristas de gasolina de Bogotá y sus alrededores. “Allí se cuajó por primera vez la idea de que el país necesitaba más actores en el mercado mayorista de combustibles y había espacio para los colombianos”, recuerda Alvaro Younes, quien preside el gremio. Fue así como los 26 socios iniciales hicieron un primer aporte de un millón de pesos cada uno para hacer las primeras averiguaciones.

El proyecto de los fundadores de Brío, que son vendedores minoristas de combustible, era montarles la competencia a sus proveedores. Ocurre que en Colombia la mayoría de las bombas de gasolina pertenecen a propietarios particulares. Estos empresarios, que por lo general son dueños del terreno donde opera la estación de servicio, firman un contrato con alguno de los distribuidores mayoristas, que son las conocidas compañías multinacionales y la colombiana Terpel. Así, la empresa mayorista le presta al propietario de la estación los equipos (tanques, etc.) que se necesitan para operarla. A cambio el empresario se compromete a comprarle la gasolina únicamente al mayorista con quien tiene el acuerdo. Es un compromiso de exclusividad que puede durar entre 10 y 15 años, según el contrato.

Esta manera de trabajar, sin embargo, no tenía muy contentos a algunos minoristas. “Históricamente los contratos han sido muy onerosos. Con ellos los propietarios de las estaciones pierden su condición de empresarios pues en el fondo terminaban trabajando como si fueran empleados de las multinacionales”. opina Younes, de Fedispetrol. Esta percepción, junto con la perspectiva de participar de un margen más amplio en la comercialización del combustible, fue lo que motivó a los minoristas a montar su propia distribuidora mayorista.

Los tramites

En diciembre de 1999 nació jurídicamente la empresa cuyo nombre es Brío. Para entonces ya eran 180 los socios pues más accionistas pidieron cupo. En seguida los fundadores de la compañía comenzaron a buscar quién la manejara. A mediados de 2002 contrataron como presidente de Brío a Rodrigo Ospina Hernández, quien venía de ocupar el cargo de gerente y director del diario La República durante 30 años.

La primera tarea de Ospina fue tramitar los permisos para iniciar las operaciones. Para la distribución mayorista de gasolina lo que se necesita, básicamente, es una planta de almacenamiento y unos equipos para llenar los carrotanques. El plan inicial de Brío era alquilarle a Ecopetrol la infraestructura de almacenaje. Esta posibilidad era además consistente con una política del actual gobierno, que les permite a empresas particulares alquilar la infraestructura de la petrolera estatal con el fin de que haya mayor competencia en el mercado de combustibles.

El problema era que, para la fecha en que Brío empezó a solicitar el uso de una planta que tiene Ecopetrol en Facatativá, el gobierno no había reglamentado aún las normas que permitían el arriendo de esta última. Estos trámites se tardaron más de lo previsto, lo que llevó a Brío a cambiar de estrategia. La compañía optó por construir su propia planta en lugar de operar en un alquilada. Se inició entonces la construcción de la misma, que debe estar terminada en junio de este año según los cronogramas de la empresa. En esta fecha se empezarán a ver las primeras estaciones de gasolina marca Brío.

El negocio

El plan de la compañía es operar en la zona central del país, que básicamente comprende Bogotá, Cundinamarca, Boyacá y Meta. “La idea es trabajar de la periferia al centro”, explica Ospina. Inicialmente Brío planea atraer a aquellos minoristas que no tengan un contrato vigente con otro mayorista, a los que lo tengan a punto de vencerse y a quienes estén interesados en montar estaciones nuevas. También intentará atraer a los grandes consumidores, como las empresas de transporte y algunas industrias.

Hoy en día los mayoristas obtienen cerca de 100 pesos por cada galón de gasolina corriente que comercializan. Según explica Ospina, Brío le trasladaría al minorista una parte de este margen al otorgarle un descuento. A su vez, cada minorista tendría la opción de quedarse con el dinero o trasladarle el descuento al consumidor, al menos en las ciudades capitales, donde se aplica la libertad de precios al por menor.

El esquema se ve muy bien en el papel. Pero los competidores de Brío advierten sobre problemas prácticos que podrían aparecer más adelante. “Es bueno que haya nuevos actores y más competencia en el mercado. Pero los que entren a operar deben hacerlo en las mismas condiciones, con inversiones en plantas de distribución y red de estaciones de servicio, así como lo han hecho durante años las empresas que ya están establecidas”, afirma Eugenio Gómez, gerente de operaciones de Texaco.

Y es que los propietarios de estaciones que decidan pasarse a Brío deberán devolver los tanques y otros equipos que son de propiedad de las actuales mayoristas. Estas últimas no permitirán que los minoristas usen su infraestructura para vender gasolina de otros. En opinión de los representantes de las multinacionales esto podría ser fuente de conflictos en el futuro. En todo caso, para solucionar el problema de los equipos, el presidente de Brío está diseñando, en conjunto con el sector financiero, un esquema para que los propietarios de estaciones hagan las inversiones en equipos y paguen el crédito cuando empiecen a vender.

Los directivos de Brío, de todas formas, tienen expectativas positivas sobre el negocio. Su meta es conquistar el 6 por ciento del mercado de la zona central del país en los primeros seis meses. En marzo próximo los socios, que ya son 290, capitalizarán nuevamente la compañía para iniciar en forma la operación en el segundo semestre. En momentos en que muchos colombianos están temerosos de crear nuevos negocios estos empresarios muestran cómo, para crearlos, lo único que se necesita es tener una idea, buscar socios y arrancar.