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El Grupo Bancolombia, que preside Carlos Raúl Yepes, es el dueño del Banco Agrícola, la mayor institución financiera de El Salvador.

NEGOCIOS

Globalizados

Los banqueros colombianos andan de compras. En los últimos cinco años pasaron de tener 35 entidades en el exterior a 140 y los activos fuera del país crecieron 160 por ciento.

28 de enero de 2012

La expansión de los grupos financieros colombianos es sorprendente. En el último lustro han invertido más de 7.000 millones de dólares en compras en el exterior, la mayor parte de ellos en Centroamérica.

Según la Superintendencia Financiera, desde el año 2007 hasta la fecha los grupos financieros colombianos han multiplicado por cuatro el número de entidades subordinadas en el exterior. De 35 aumentaron a 140. En ese mismo lapso, los activos en el exterior pasaron de 10.490 millones de dólares a alrededor de 27.300 millones, para un crecimiento del 160 por ciento. Esto equivale aproximadamente al 13 por ciento del total de los activos del sistema financiero.

Mientras en otros sectores los extranjeros han llegado para tomarse las empresas locales, en el financiero la banca foránea no ha logrado desplazar a las instituciones locales. El negocio que acaba de anunciar Davivienda en Centroamérica, donde adquirió la operación del HSBC, es una clara muestra de que los banqueros colombianos entendieron que la globalización no solo era abrir las puertas para que llegaran las grandes multinacionales a comprar compañías locales. También se puede hacer a la inversa, es decir, lanzarse a su propia conquista.

El dinamismo de la banca colombiana, como inversionista en el exterior, es muy llamativo. Bancolombia es el dueño del Banco Agrícola, la mayor institución de El Salvador con un millón de clientes, y el 30 por ciento del mercado (crédito y depósitos). Lo compró en 2007 y pagó 900 millones de dólares.

Por su parte, el Grupo Aval, a través del Banco de Bogotá, es el propietario del BAC Credomatic: una red bancaria con presencia en toda Centroamérica incluido Panamá, y operaciones en México y Estados Unidos, y que cuenta con alrededor de dos millones de clientes. Lo adquirió el año pasado por 1.900 millones de dólares.

Desde hace pocos meses, el Grupo Sura es el dueño de las operaciones de pensiones y seguros de ING en Centroamérica, Perú, Chile y Uruguay. Pagó por ese negocio 3.763 millones de dólares. Y a todos los anteriores se acaba de unir Davivienda con las operaciones del HSBC en Costa Rica, El Salvador y Honduras que comprará por 800 millones de dólares.

Néstor Humberto Martínez, exsuperintendente bancario, dice que "lo que está sucediendo con este sector habla muy bien de los banqueros colombianos". Se han lanzado con todo. El 53 por ciento de los depósitos de los salvadoreños está administrado por colombianos. El Grupo Sura es ahora la empresa líder en Latinoamérica por su portafolio de pensiones y uno de los primeros en ahorro e inversión en la región, y el Banco de Bogotá ya es un poderoso jugador en el mercado de las tarjetas de crédito en Centroamérica.

El sello de la banca colombiana comienza a destacarse en la región. Víctor Ramírez, superintendente financiero de El Salvador, resalta la llegada de Bancolombia a ese mercado a través del Banco Agrícola, pues ha llevado una cultura diferente de atención al cliente. "Estamos seguros de que esto irradiará positivamente a todo el sector financiero salvadoreño". Pero además, con el posicionamiento de la banca colombiana -los tres grandes grupos financieros están allí- espera que temas como los corresponsales no bancarios que Colombia ha implementado contribuyan a mejorar la bancarización en los países centroamericanos.

La clave de toda esta expansión ha estado en saber aprovechar las oportunidades que se han presentado en los últimos años con la crisis financiera y las importantes desvalorizaciones presentadas en algunas compañías. ING tuvo que vender sus operaciones en la región; la división financiera de General Electric, que era propietaria de BAC Credomatic, también se vio obligada a salir de sus inversiones y lo propio ocurrió con el HSBC, que optó por vender sus activos en América Latina.

Pero además de saber aprovechar las oportunidades en el mercado, la banca colombiana ha dado muestras de fortaleza y ha podido sacarle partido a las circunstancias. Salió muy bien librada de la crisis financiera internacional de 2008, la peor en ocho décadas. No es que la banca colombiana haya sido un caso excepcional. Según el Fondo Monetario Internacional, América Latina tiene hoy el mejor sistema financiero del mundo. En general, los bancos de la región están bien capitalizados, son más sanos, tienen menores niveles de apalancamiento y mayores niveles de rentabilidad que los países desarrollados y los asiáticos.

Según Gerardo Hernández, superintendente financiero colombiano, el sector en su conjunto muestra indicadores que reflejan solidez y buen desempeño. El año pasado (hasta noviembre) la cartera bancaria en Colombia creció a un ritmo de 22 por ciento nominal, mostrando un importante dinamismo. Aumentaron los recursos administrados a través de mecanismos de carteras colectivas y se batieron récords en cuanto a la emisión de acciones y títulos de deuda en el mercado colombiano. "La sanidad del sistema colombiano se confirma con niveles de solvencia de alrededor del 15 por ciento, muy superior al mínimo legal establecido de 9 por ciento".

Ahora bien, este liderazgo que hoy está asumiendo la banca privada colombiana ratifica el protagonismo que ha tenido dentro del país. Desde los noventa, en América Latina la banca privada foránea se convirtió en el actor más importante. Un estudio reciente del Bank for Internacional Settlements (BIS) -organización internacional que fomenta la cooperación entre los bancos centrales- revela que la banca extranjera controla más del 40 por ciento de los activos en Argentina, Perú y Chile. En México llega a estar por encima del 90 por ciento. Sin embargo, en Colombia se ha mantenido en niveles bajos, cerca del 21 por ciento.

Aunque durante la apertura económica llegaron al país varios bancos extranjeros, con la crisis de finales del siglo XX algunas instituciones se retiraron del país, unas tuvieron que liquidarse y otras fueron vendidas. La presencia de establecimientos de crédito de capital foráneo disminuyó notablemente en el país.

Pero, incluso durante los años de mayor presencia de entidades financieras internacionales, estas no tuvieron un gran tamaño. La banca local siempre ha mantenido el liderazgo del mercado. Los banqueros extranjeros que tienen operaciones en Colombia reconocen que la banca local es muy fuerte y que morder más tajadas no es sencillo. La forma como han crecido algunos es a través de adquisiciones.

Los tres más grandes grupo bancarios de Colombia son de capital nacional: Bancolombia, Banco de Bogotá (del Grupo Aval) y Davivienda. El primer banco extranjero es el español BBVA, que está en el cuarto lugar por activos.

Todo indica que el proceso de expansión en el exterior no ha terminado para la banca colombiana. Efraín Forero, presidente de Davivienda, afirma que ahora se enfocarán en la Bolsa de Nueva York, donde esperan inscribir la acción, pero más adelante no descartan Perú y Chile para nuevas inversiones. Para el presidente del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, la adquisición de BAC Credomatic representa solo el primer paso dentro de su estrategia de internacionalización. Listarse en la bolsa neoyorquina y seguir buscando oportunidades son los planes del conglomerado colombiano. Y en los círculos financieros se especula que la próxima operación internacional de Bancolombia posiblemente se efectúe en Perú, donde el banco tiene presencia a través de filiales no bancarias.

Para el superintendente financiero colombiano, esta expansión internacional implica un nuevo reto para las autoridades de supervisión de todos los países de la región. "La entidad ha venido haciendo acuerdos con varias de las agencias supervisoras en las distintas jurisdicciones en donde se han establecido los bancos colombianos, para llevar a cabo la supervisión trasfronteriza y consolidada de nuestros conglomerados". La semana pasada en Bogotá hubo cumbre de supervisores de Centroamérica y Colombia para afianzar los lazos de cooperación en esta nueva etapa.

Lo cierto es que mientras en Estados Unidos y Europa se plantean urgentes reformas financieras y se adelantan profundas reestructuraciones de los sistemas bancarios, en Colombia los banqueros se globalizan y aprovechan la coyuntura, porque saben que las crisis de algunos son oportunidades para otros.