Haga mercado desde el celular y saque plata con su cara

Redes sociales y seguridad. Esa es la apuesta a fondo de las grandes superficies para no dejar que cliente posible escape de pasar por la registradora, en medio de un mercado feroz en Europa en el que el sálvese quien pueda del ambiente de la crisis obliga a reinventarse a diario.
 
Pregúntenle no más al Corte Inglés, nave nodriza de la armada comercial española. Ellos, los del Corte, aprendieron de otro gigante, Wal – Mart, que hay que tener los cinco sentidos puestos en el negocio. No hace mucho, Walt – Mart vio preocupación que muchos de sus clientes aceptaban en encuestas haber hecho compras digitales en Amazon. Y las cosas se pusieron peores cuando el nivel llego a bordear un 50%.
 
Entonces, sin perder un segundo, Walt – Mart recurrió su propio centro de investigaciones en Silicon Valley, armo una estrategia y recupero buena parte del terreno perdido. Ahora, la cadena incluye los productos que ofrecen las tiendas, las paginas web, las aplicaciones en los celulares y unos clientes que solo pasan por los puntos de venta a recoger sus bolsas.
 
Claro esta, mientras Amazon inventa una respuesta, las redes sociales son el centro de atención. Se busca no solo facilitar las compras sino que la comunicación con los clientes fluya mas y mejor.
 
En el caso del Corte Inglés, ese propósito es mucho más que eso en la actualidad. Lo que llaman marketing móvil esta enfocado en cuatro áreas muy concretas: una, la obvia, para hacer el mercado; otra, de libros electrónicos: una más, de videos interactivos; y la final, destinada a una sola tienda en el selecto paseo de La Castellana.
 
Y sobre la seguridad, pues los bancos parecen decididos a dejar atrás el tema de clave en los cajeros electrónicos para garantizar las transacciones con el reconocimiento facial. El experimento no es de naturaleza española sino peruana. Allí, en Interbank, que constituye la red de cajeros mas grandes de ese país, se vienen hacienda los pilotos. La compañía que lanza la que amenaza ser una revolución en el sistema bancario se llama F7 Corporation.
 
Según Cinco Días, un a publicación económica española, en menos de un segundo el cajero sale de la duda sobre si quien esta hacienda la transacción es el verdadero propietario de la cuenta.
 
El novedoso recurso trabaja con base en patrones que siguen algoritmos en los que lo fundamental es la distancia entre la nariz, los ojos y la boca.
 
Incluso, y eso habrá que verlo, el programa que maneja la cámara garantiza que si el usuario anda, por ejemplo, con gorra, o con maquillaje que no sea el que utiliza con regularidad, no tendrá problemas para accede a sus fondos.