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HUELE MAL

Los porcicultores colombianos no ven salidas ante el aumento de las importaciones de carne de cerdo de Estados Unidos y Venezuela.

9 de diciembre de 1996

Como en el cuento, siempre hay un lobo que quiere comerse a los tres cerditos. Y en Colombia ese lobo tiene un nombre: importaciones. La razón es que desde el año pasado, cuando entraron 10.175 toneladas de carne de cerdo al país, las importaciones ascendieron al 13 por ciento de la oferta nacional.Pero lo grave es que detrás de la carne que se importa hay toda una historia que tiene preocupados a los porcicultores. Tanto, que este año se han cerrado varias granjas en Antioquia y el Valle del Cauca de las 4.000 que existen en el país.El cuento tiene varias aristas. Por un lado los costos de producción, que en Colombia son de 1,40 dólares por kilo, en tanto que en países como Estados Unidos _de donde proviene el 60 por ciento de las importaciones_ son de apenas 90 centavos, y en Venezuela de 1,30 dólares. Así es difícil competir.Lo más preocupante es que en su intento por volverse competitivos los porcicultores colombianos no han podido aumentar sus precios. De hecho, el kilo de cerdo cuesta ahora 1.300 pesos en promedio, cuando hace un año el precio era de 1.550 pesos. Lo peor es que no ha ocurrido lo mismo con insumos como el concentrado, cuyo valor aumentó 26 por ciento en el mismo período, o las drogas veterinarias, que subieron 24 por ciento.Otra parte del cuento tiene que ver con que, además de los menores costos de producción, "tanto Estados Unidos como Venezuela tienen procesos más tecnificados, de manera que el cerdo viene congelado y bien empacado, y eso es mejor para los compradores", tal como dice el gerente de la Asociación Colombiana de Porcicultores, Diego Miguel Sierra.Para acabar de completar el difícil rompecabezas resulta que, según los porcicultores, las que están importando son las grandes industrias _Zenú, Continental y Suizo del Sindicato Antioqueño, además de Rica Rondo y Plumrose_ que entre todas costituyen el 60 por ciento de la demanda de carne de cerdo. El resto son salsamentarias, mercados, plazas y ferias, principalmente.No obstante las quejas, el presidente de Rica Rondo, William Murray, dijo a SEMANA que "aunque estamos importando algo, no es tanto como ellos piensan. Tuvimos paradas las compras porque estábamos haciéndole mejorías a las plantas". Sin embargo, Murray reconoce que a la industria del cerdo colombiano sí le falta tecnificarse más para que la carne esté libre de grasa. Por su parte el presidente de Suizo, Jaime Delgado, afirmó que "aunque es cierto que importamos más que antes, entre otras cosas porque la oferta nacional es más cara, nuestro principal proveedor sigue siendo Tecniagro" _que abastece a las tres compañías del conglomerado paisa_.Sea como fuere, lo cierto es que las importaciones de cerdo no serían tan grandes si el animal tuviera un mercado importante en Colombia. Pero eso no ocurre. De hecho, el consumo por habitante en el país es de 4,0 kilogramos al año _ver cuadro_, mientras que el de carne de res llega a 17,7 y el de carne de pollo a nueve. "Hace 25 años el pollo era igual al cerdo, pero poco a poco fue perdiendo espacio. Y ahora nos tenemos que poner las pilas para que no nos pase lo mismo con el pescado", dice Sierra.Lo curioso de un consumo de cerdo tan bajo es que esa no es la constante en todos los países del mundo. Para no ir muy lejos, sólo en América Latina Chile tiene un consumo de 11,9 kilogramos, México de 10,2 y Ecuador de 8,0. Y si se compara con otras regiones, las cosas son peores: en Alemania la cifra llega a 50 kilogramos y en Estados Unidos a 38. En términos generales Colombia está debajo tanto del promedio de los países en desarrollo, que es de 8,6 kilogramos, como del total mundial, que asciende a 13,2.Así las cosas, lo cierto es que cualquier cantidad de cerdo que se importe hace mella en el mercado nacional, que no es muy grande. De ahí que todos los porcicultores aspiren a que, como ocurre en los cuentos de niños, el de los tres cerditos tenga en Colombia un final feliz.