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Las operaciones de Drummond en las minas La Loma y El Descanso, en el departamento de Cesar, se encuentran paralizadas desde hace más de 50 días por efectos de la huelga.

MINERÍA

Huelga en Drummond, golpe al carbón

La huelga en la Drummond tiene graves consecuencias para el país. Se han dejado de exportar más de 300 millones de dólares y las pérdidas en regalías son enormes. Un tribunal de arbitramento tendría la última palabra para resolver el conflicto laboral.

14 de septiembre de 2013

Los dos principales pro-ductores de carbón de Colombia, la compañía Drummond y la mina El Cerrejón, la han visto negra este año como consecuencia de las huelgas de sus trabajadores. 
La compleja situación empezó a comienzos del año con la parálisis en El Cerrejón, que se prolongó por 31 días y generó pérdidas diarias por 5.400 millones de pesos. 

Ahora el turno es para Drummond, la segunda compañía del sector que produce 26 millones de toneladas, equivalentes al 30 por ciento del carbón que exporta Colombia. La empresa lleva más de 50 días de huelga, lo que convierte  a este cese de actividades en el más prolongado que ha tenido en casi 20 años de operar en Colombia. 

Los efectos han sido muy graves para la economía, pues el sector minero-energético era la locomotora que mejor marchaba y las interrupciones laborales en las minas de carbón le han bajado ritmo. Se trata del segundo producto de exportación del país, del que se espera producir este año 94 millones de toneladas.

Las consecuencias de la huelga en Drummond van marcando día a día. Por concepto de regalías e impuestos el país ha dejado de recibir en estos casi dos meses más de 200.000 millones de pesos. Los trabajadores, contratistas y proveedores, otros 300.000 millones de pesos, para un efecto superior a los 500.000 millones. 

En este periodo la minera ha dejado de producir y exportar más de 4 millones de toneladas, con un valor que supera los 300 millones de dólares lo que compromete seriamente su meta de producir  30 millones de toneladas para este año. 

El departamento de Cesar es uno de los más afectados. No solo está frenada la operación de las minas de El Descanso y La Loma, sino el transporte del mineral a través de los 193 kilómetros que recorre el tren de Fenoco. A ello se suma la parálisis de la mina La Francia, también en Cesar, que pertenece a Colombia Natural Resources y que ha dejado de producir 2 millones de toneladas. 

Y todavía no se ve una rápida salida a este conflicto. Aunque un grupo de 2.549 trabajadores votó a favor de que se levante la huelga, el sindicato Sintramienergética dijo que esta votación carecía de legalidad porque en ella no participaron los trabajadores sindicalizados. 

Este golpe al carbón se presenta en momentos en que el precio del mineral se ha desplomado en los mercados internacionales –hace dos años la tonelada superaba los 100 dólares y hoy ronda los 50– lo que ha llevado a los analistas a revisar sus proyecciones. 

Los cálculos de Fedesarrollo señalan que las huelgas carboneras tendrán un alto impacto en la economía colombiana. Para este año se esperaba que el sector minero (incluyendo los hidrocarburos) creciera un 6,5 por ciento, pero ahora la proyección podría bajar al 4,7 por ciento. Pero si se excluye el petróleo la caída sería dramática, entre 3,5 y 6,9 por ciento.

La directora ejecutiva del Sector de la Minería a Gran Escala, Claudia Jiménez, reconoce que el sector está atravesando una difícil situación y así lo reflejan todos los indicadores. Las exportaciones de carbón cayeron un 30 por ciento en los siete primeros meses del año, es decir registraron 1.500 millones de dólares menos frente al mismo periodo del año anterior. 

Estas son cifras muy preocupantes en un país que depende en alta medida de las ventas de este mineral, pues representa el 11,6 por ciento del total de las exportaciones. Colombia es el primer productor de carbón de América Latina y el décimo en el mundo.

El presidente de la Anif, Sergio Clavijo, también encendió las alarmas y dijo que se está viendo el fin anticipado del auge minero energético por temas coyunturales relacionados con las huelgas, los ataques guerrilleros a los trenes que transportan el mineral, los problemas con las licencias ambientales, a lo que se sumó la revolución del shale gas (gas de esquisto) en Estados Unidos, que está provocando un derrumbe en los precios.

Ahora solo resta esperar que el conflicto laboral de Drummond se dirima en un tribunal de arbitramento para evitar que el paro siga causando más pérdidas a la economía nacional y que los más afectados sean los municipios y departamentos productores, que verán disminuidas sus regalías.