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JUNTOS Y REVUELTOS

Una nueva ola de fusiones y adqusiciones se apoya en la teoría de que en el mundo empresarial del mañana solo los mas grandes lograrán sobrevivir.

9 de octubre de 1995

UNA VEZ MAS, LOS GRANdes financistas de Wall Street están descubriendo que uno más uno no es necesariamente igual a dos. Por lo menos esa es la impresión que deja la frenética actividad de las últimas semanas, en las que varias compañías de primera línea han decidido poner en práctica ese viejo refrán que dice que la unión hace la fuerza.
Y es que las fusiones y las adquisiciones entre empresas de un mismo sector, vuelven a estar de moda. Pero a diferencia de lo que sucedió en la década pasada cuando un puñado de genios de las finanzas decidió comprar conglomerados para luego partirlos en pedazos, en esta ocasión la corriente va en el sentido contrario. Ahora son los presidentes de las más importantes compañías los que buscan hacerse mas grandes y eficientes, mediante la compra o la unión con sus principales competidores.
Para la muestra, hay varios botones. Desde mediados de julio, el mundo de las telecomunicaciones se ha sorprendido con las noticias de negocios multimillonarios que le van a cambiar la cara a una de las actividades más prometedoras en este final de siglo. Primero fue el anuncio de la unión entre Walt Disney y Capital CitiesABC por una cuantía cercana a los 19.000 millones de dólares. Disney es la dueña de los conocidos parques de diversiones y es el estudio de cine más poderoso de Hollywood. Capital CitiesABC incluye a una de las cadenas de televisión más importantes de Estados Unidos, con intereses en sistemas de cable como ESPN.
Más recientemente el turno le correspondió a Time Warner y a Turner Broadcasting System, que todavía se encuentran discutiendo los detalles de una operación valorada en 8.500 millones de dólares. Time Warner cobija al imperio periodístico que edita revistas como Time y People, además de canales de cable como HBO. TBS, por su parte, es la dueña de CNN, el servicio de noticias por satélite que en los últimos 10 años ha revolucionado el periodismo mundial.
En ambos casos el propósito del negocio es el mismo: ofrecerle a los consumidores todo lo que se pueda pensar en el mundo de la información y del entretenimiento. Así se pueden compartir instalaciones, talento, músculo empresarial y canales de distribución para los productos.
Pero si bien lo que ocurre en las empresas de este ramo es mucho más vistoso, quizás el cambio más profundo se está dando dentro del sector financiero. A finales de agosto la comunidad de negocios de Nueva York se estremeció cuando se confirmó la fusión entre el Chase Manhattan Bank y el Chemical Bank, con la cual se crearía el banco más grande de Estados Unidos. La nueva entidad tendrá activos por 297.000 millones de dólares, cifra equivalente a unas cinco veces la producción de la economía colombiana durante un año.
En este caso, la motivación se concentra en la búsqueda de la eficiencia. A lo largo de los últimos años las actividades tradicionales de préstamo que hacen los bancos han sentido la presión de otras entidades o de formas de financiamiento que resultan más baratas y efectivas. En consecuencia lo lógico parece ser la adquisición de otros bancos, con el fin de disminuir la competencia y reducir costos. En el caso del Chase y el Chemical, se estima que tan sólo en Nueva York 4.000 personas (de un total de 81.520 en 51 países) perderán su trabajo y 100 sucursales van a cerrarse. Un estudio reciente de la firma Deloitte & Touche afirma que en los próximos 10 años la mitad de las 59.000 sucursales bancarias existentes en Estados Unidos van a cerrarse y que 450.000 personas perderán su trabajo, de un total de 2,8 millones de empleados.
Y la onda de las fusiones no para ahí. Hace un par de semanas se anunció la fusión de Upjohn y Pharmacia, dos laboratorios farmacéuticos cuyas ventas combinadas ascienden a los 7.000 millones de dólares al año. Ejemplos adicionales se han presentado en empresas papeleras, de transporte por tierra o de generación de energía. En todos los casos el objetivo ha sido subir de peso para ganar más músculos.
Sin embargo, lo que queda por verse es si esta nueva ola produce los efectos que se esperan. Un estudio reciente que examinó las fusiones en el sector bancario hechas en Estados Unidos durante la década pasada, concluyó que en cuatro de cada cinco casos los resultados fueron más negativos que positivos. Y aunque en principio la idea de sumar esfuerzos suena lógica, es probable que en los próximos años se demuestre que tampoco en este caso todos los matrimonios que se juran amor eterno acaban funcionando.