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JUSTOS POR PECADORES

La masacre de La Jagua de Ibirico, al parecer motivada por ajustes de cuentas entre marimberos, dejó un saldo de 7 muertos y varios heridos

24 de diciembre de 1984

La masacre que el domingo 18 dejó un saldo de 7 muertos en La Jagua de Ibirico, Cesar, no fue, como informaron apresuradamente algunos medios de comunicación, un asalto guerrillero a una brigada de salud. Pero tampoco se trataba simplemente, como se creyó después, de una clásica vendetta entre narcotraficantes. Al parecer, fue el resultado de una venganza de los "parceleros", como se definen los mismos cultivadores de marihuana en pequeña escala, contra un hombre, Jacobo Lacouture Castañeda, quien en los últimos años se había convertido en su verdugo y quien con sus más recientes actuaciones, había logrado "sacar de quicio" a los pequeños sembradores de la yerba.
Lo anterior se desprende de una serie de informaciones recogidas por un reportero de SEMANA en el municipio de La Jagua de Ibirico, según las cuales, Lacouture, no se había "conformado" con traficar con marihuana, sino que, además, se había dádo a la tarea de "tumbar" a todo cuanto cultivador y negociante de la yerba se atravesara en su camino. No son pocas las historias que relatan cómo llegaba sorpresivamente con una pandilla de matones, a recoger las cosechas de otros o a "informarles" que la plata que les debía, "no se las podia pagar". Un tendero de La Jagua le dijo al reportero de SEMANA: "Ese tipo compraba cierta cantidad de marihuana y pagaba apenas la mitad. Cuando iban a cobrarle el resto, decía que si no les gustaba así, que hicieran lo que quisieran. Como a muchos no les gustaba, amanecieron muertos por ahí".
Sondeando en la región y escuchando testimonios de sus habitantes, se pudo averiguar que, en algunas ocasiones, cuando Lacouture no lograba controlar las cosechas, denunciaba a los cultivadores ante la Policía con la cual, dicen algunos, "repartía posteriormente dividendos". Un agricultor de la zona afirmó abiertamente: "Para nadie es un secreto que él trabajaba en llave con la Policía. Primero "sapiaba" y luego se repartían la marrana". Otras veces, se dice, recurría al chantaje, cobrando plata para evitar que la Policía interviniera en las plantaciones de quienes accedian a sus peticiones. "Ese man se puso a cobrar impuesto sin respetar pinta", afirmó un familiar de uno de los muertos, refiriéndose al "novedoso sistema de la vacuna marimbera, impuesto por Lacouture".
EL PRECIO DE LA TRAICION
Al parecer, el hacendado Jacobo Lacouture, sin escrupulo alguno, no vacilaba en recurrir a cualquler método para conseguir el dinero, incluyendo la extorsión. En la región es vox populi el hecho de que a un algodonero del municipio le llegó una nota a nombre de una organización, "Camilo Torres Restrepo", exigiéndole 3 millones de pesos. El algodonero se dedicó, con la ayuda de algunos agentes secretos, a seguirle la pista a sus extorsionistas y se encontró con que la nota había sido enviada por Lacouture.
Otra de las historias que recorren el pueblo es la de Lucho Daza, un antiguo empleado de "don Jacobo", a quien éste pagó una deuda con un Su zuki. Dias después, le pidió que se lo devolviera y le prometió cancelar la deuda posteriormente. Daza, desafiándolo a echarse bala, no aceptó y le advirtió que no se dejaria quitar el vehiculo. Tres horas más tarde, Daza apareció muerto y del Suzuki no quedaron rastros.
La tensión entre Lacouture y los cultivadores de marihuana de la región fue creciendo hasta el punto de que éstos decidieron bloquearlo y no negociar más con él. Pero la respuesta, de "don Jacobo" rebosó la copa exasperó a los marimberos. Según lo comentarios, Lacouture se había vuelto informante de la DEA y estaba denunciando los cultivos de sus adversarios. Esto, que constituye el peor crimen que se pueda cometer contra traficante alguno, podría explicar, en parte, la saña con la que fue asesinado: le desocuparon una ametralladora, que le dejó cerca de 50 tiros en el cuerpo.
En cuanto a los otros seis muertos entre quienes se encontraban médico y odontólogos pertenecientes a una Comisión de Salud de Valledupar que inexplicablemente departian con Lacouture, inicialmente se pensó que pudieron ser confundidos con sus guardaespaldas. Sin embargo existe una versión según la cual los matones conocian a los guardaespaldas ya que pertenecen al mismo "gremio", lo cual hacía improbable la equivocación. Inclusive, hay quienes afirman que los mismos guardaespaldas pudieron estar relacionados con quienes planearon el crimen, y que lo que pudo haber pasado es que los médicos fueron confundidos con agentes especiales antinarcóticos, vinculados a la DEA que, según rumores, planeaban entrevistarse con Lacouture.
EL RENACIMIENTO MARIMBERO
Los hechos de La Jagua no son inexplicables. Son el reflejo de una situación muy particular que vive la serranía del Perijá, en donde se está viviendo actualmente un boom de marihuana.
Para hacerle el quite a los operativos antinarcóticos que se lanzaron después de la famosa bonanza marimbera, los cultivadores de la yerba pusieron pies en polvorosa y se lanzaron en busca de nuevas tierras, huyendo de las fumigaciones y quemas de las plantaciones que amenazaban con arruinarlos. Así, la serranía de San Lucas, las riveras del río Atrato y los Llanos Orientales, se inundaron de cultivos, lo mismo que la serranía del Perijá, en donde se encuentra hoy la más alta producción de marihuana del pais. De las 50 mil hectáreas cultivadas que se calculan en todo el territorio nacional, cerca de 18 mil están en la serrania, es decir, tres mil más que las que tenía la Sierra Nevada de Santa Marta en su época dorada.
A pesar de que se afirma que la producción de marihuana ha bajado, las cifras parecen revelar lo contrario.
Si en los años de bonanza se llegaba a las 30 o 40 mil hectáreas, hoy se cultivan más de 50 mil. Y aunque se dice que Colombia controlaba antes el 80% del mercado americano y que hoy sólo tiene un 50%, hay que tener en cuenta que el consumo en los Estados Unidos ha aumentado y que mientras ese 80% significaba 10 mil toneladas, el 50% actual representa más de 12 mil.
No obstante que desde hace 4 años se realizan bloqueos navales regulares por parte de los Estados Unidos, hay ocasiones en las que aumenta de 12 a 16 o 18 mil el número de toneladas que ingresa en ese país, especialmente en otoño. Estas operaciones, que dejaron como resultado de enero a noviembre del año pasado 80 barcos incautados, en lo que va corrido del año registran 30 embarcaciones decomisadas y se calcula que para esta temporada el número asciende a 50. Por otra parte, se considera que entre sembrados y pacas prensadas se han capturado en 1984 cerca de 7 mil toneladas de la cannabis sativa.
Si a esto se suma, como SEMANA lo ha podido establecer, que el intento de erradicar los cultivos por medio de las fumigaciones con glifosfato ha resultado insuficiente, por cuanto el procedimiento es muy costoso (para fumigar un área aproximada de 100 hectáreas se necesitan como mínimo 10 litros del herbicida, a razón de 1.500 dólares el litro, y helicópteros cuya hora de vuelo asciende a los 200 mil pesos hora, mas sueldos de pilotos y otros gastos), puede pensarse que el fin de la marihuana está aún lejano y que el caso de La Jagua no será el último.-
EL BLOQUEO
Nueve barcos de la Marina norteamericana están bloqueando la Costa Atlántica colombiana, y se espera que otros vayan a sumarse a la operación que adelanta Estados Unidos para detener el tráfico de drogas en el Mar Caribe, informaron esta semana los medios noticiosos en Estados Unidos.
A la cuarentena naval --anunciada por primera vez aqui en un reporte televisado de la cadena ABC--se le dio el nombre de operación "hot trick", aunque otros servicios de noticias estadounidenses--el New York Times la UPI, y CNN (Cable News Network)--también informaron que en la operación participaban además Venezuela, Panamá, y la misma Colombia. Las noticias no dejaron de ser alarmantes. Los bloqueos, o cuarentenas, son medidas muy drásticas adoptadas por un pais en contra de otro, y normalmente en tiempos de guerra o de agudos conflictos políticos y militares. Y como representantes de la administración de Reagan vienen insistiendo en una conexión del narcotráfico con las actividades terroristas en Latinoamérica, y el Secretario de Estado, George Shultz, ha expresado la necesidad de tomar medidas "preventivas y retaliatorias", fue difícil que pasara desapercibida la noticia del sorpresivo bloqueo al país que presenta el 75% de la cocaína y el 50% de la marihuana que entra a Estados Unidos.
Durante las últimas semanas, se han realizado maniobras militares en el area del Caribe, para lo cual Estados Unidos ha movilizado un número considerable de tropas y alrededor de 25 barcos de guerra. Intensificado el conflicto por una supuesta adquisición de aviones MIG-21 por parte de Nicaragua, los cuales finalmente nunca aparecieron, se especuló sobre una posible invasión o acción militar norteamericana para neutralizar a los sandinistas. Por todo lo anterior, el impacto producido por el reporte de la ABC, se hizo evidente.
SEMANA pudo hablar con una persona "autorizada para hablar sobre estas operaciones", Meredith Amstrong, encargada del Sistema Nacional de Interdicción de Narcóticos en la Frontera, un proyecto que opera bajo la supervisión de la oficina del vicepresidente George Bush. Ella aceptó una entrevista telefónica con esta advertencia: "Nunca damos información sobre nuestras operaciones; son estrictamente secretas, y si divulgáramos nuestros planes, no conseguiríamos el mismo efecto".
¿En que forma participan las naciones que cooperan con los Estados Unidos en estas operaciones? "De eso no le puedo hacer comentarios, pero quiero hacer énfasis en que esta operación se adelanta con la cooperación de su gobierno", responde la Amstrong.
¿Detendrán a todas las embarcaciones que vayan hacia territorio colombiano?. "No es en aguas colombianas, sino en aguas internacionales del Caribe, responde, no detenemos a todas las embarcaciones, sino a las que consideremos sospechosas". Se está llevando a cabo un bloqueo o no? "Esta operación no debe llamarse "bloqueo". Es una mala descripción, pues la adelantan pequeñas embarcaciones de guarda-costas" explica Meredith Amstrong, quien aseguró que desde hacía tres años se venían realizando operaciones similares con la cooperación de países suramericanos y centroamericanos para reducir el tráfico internacional de drogas, y que esos esfuerzos se habían acelerado desde que el vicepresidente George Bush había dirigido la iniciativa a los mandatarios latinoamericanos, durante la posesión del actual Presidente del Ecuador.