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| Foto: EFE

CRISIS DEL EURO

La banca española será rescatada

El ministro de economía de España, Luis de Guindos, confirmó en rueda de prensa que su gobierno acepta la línea de crédito que le ofrece Europa, la cual podría ser de hasta 100.000 millones de euros. Dijo que no se trata de un rescate y que no habrá condiciones macroeconómicas.

Mauricio Aragón, Madrid
9 de junio de 2012

El gobierno español tomó este sábado una decisión con la que espera resolver sus problemas financieros y con la que pone fin a semanas de especulaciones: aceptó la ayuda que le ofrece Europa para sanear la banca. El ministro español de Economía, Luis de Guindos, fue el encargado de dar la noticia y explicar a la prensa las condiciones de lo que llamó una "capitalización" del sector financiero. "No se trata de un rescate y no habrá condiciones macroeconómicas", insistió el funcionario varias veces durante una esperada rueda de prensa.
 
Las condiciones de la ayuda para España se debatieron este mismo sábado. El propio Luis De Guindos conversó durante más de dos horas por videoconferencia con los ministros de Finanzas de la zona euro. El resultado de dicha reunión fue la aprobación de una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar y sanear al sector financiero, un 'salvavidas' que el gobierno del Partido Popular decidió aceptar.
 
Sin embargo, sólo en los últimos días de junio se conocerá el monto final de la ayuda. Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo había calculado en 40.000 millones de euros, pero aún faltan por conocer los resultados de las pruebas de estrés (el mejor y el peor escenario) y las auditorías que actualmente se les realiza a las entidades financieras del país. 
 
"No ha habido ningún otro sistema bancario en Europa que esté sometido a este nivel de transparencia", resaltó el ministro. "Queremos sanear la banca española desde la transparencia. Necesitamos entidades bancarias capaces de dar crédito. Si no hay crédito, no hay recuperación".
 
En principio, se conoce que los recursos llegarán al FROB español (Fondo público de Restructuración Ordenada Bancaria) y de ahí se entregarán a las entidades que lo soliciten. Así las cosas, las condiciones serían únicamente para la banca. "Las condiciones no se le van a imponer a la sociedad española. Necesitamos un sistema bancario fuerte que les preste a las pequeñas y medianas empresas y que les preste a las familias españolas", reiteró el ministro.
 
Además, también se sabe que no todas las entidades bancarias necesitarán los recursos. El mismo FMI, en su reciente informe sobre el sistema financiero español, aseguró que el 60 por ciento de la banca española es solvente. "Por eso –dice el Gobierno– este plan se centrará en las entidades bancarias más débiles".
 
Con la decisión de este sábado, aunque con condiciones diferentes, España se convierte en la cuarta economía de la unión monetaria en ser rescatada, tras Grecia, Portugal e Irlanda. "Esto es un préstamo que España recibe en condiciones muy favorables", matizó el ministro de Economía.
 
Solución intermedia 
 
En las últimas horas, la presión había arreciado para que España pidiera cuanto antes un préstamo al fondo de rescate de la zona euro. "La solución tiene que llegar rápidamente", exhortó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
 
"Si España se siente superada por sus necesidades de financiación, debe utilizar los instrumentos que han sido creados para ello", dijo el presidente del banco central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, al diario dominical alemán Welt am Sonntag.
 
La agencia de calificación Moody's advirtió que la difícil situación de Grecia y España podría implicar la degradación de las notas crediticias de varios países de la Eurozona, incluyendo los que tienen la máxima (AAA), como Alemania.
 
La situación es la siguiente. Debilitados por su alta exposición a la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008, los bancos españoles acumulan en sus balances unos 184.000 millones de euros en activos problemáticos hasta finales del 2011, es decir un 60% de su cartera. En las últimas semanas, los mercados financieros han mostrado su desconfianza con España, pidiéndole intereses cada vez más elevados para prestarle dinero. Los inversores internacionales retiran fondos y los españoles colocan su dinero en el exterior.
 
El país, privado de uno de sus motores de crecimiento, que es la construcción, oscila desde 2008 entre la recesión y un crecimiento débil, mientras crece el desempleo. A eso se le suma el creciente temor entre los inversores de que una eventual salida de Grecia del euro provoque un efecto contagio y precipite la huida de depósitos de los bancos.
 
Además, tras el rescate histórico de 23.500 millones de euros solicitado en mayo por Bankia, el tercer banco del país en cuanto a activos, los inversores temen que España no pueda hacer frente por sí sola a las exigencias financieras de su sistema bancario.
 
Pero la decisión llegó, y España aceptó inyectarle capital europeo a la banca, lo que puede ser visto como una posible solución intermedia del agrado de todos: el gobierno español no vería su soberanía amenazada pues no hay condiciones macroeconómicas (presupuestos y política fiscal), y Alemania también se saldría con la suya, al utilizar el fondo de rescate para inyectar capital en un organismo público (el FROB), con la garantía de que la ayuda está destinada al saneamiento del sector financiero.