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LA FUERZA DE LA COSTUMBRE

El país se ha acostumbrado a convivir con niveles estables estables de inflación.

8 de noviembre de 1982

Una mercancía que al comenzar el año costaba $ 100 hoy tiene un precio de $ 119,35. En los primeros nueve meses de 1982 la inflación, según el DANE, ha sido de 19.5% para los obreros, y 19.1% para los empleados. En esas cuantías han aumentado los precios de los productos que componen los dos tipos de canasta familiar de las cuales el DANE lleva un seguimiento mensual.
Un año atrás, durante el mismo período, los precios habían aumentado un poco más: la inflación acumulada en el año llegaba a 21.1%. Este descenso, de casi dos puntos, ha dado pie para que algunos economistas hayan expresado la creencia de que está aminorando la presión alcista. Sin embargo, alrededor de esa afirmación no hay, ni mucho menos, unanimidad. Recientemente, la revista "Coyuntura económica" señalaba que la inflación ha llegado a un estado de conservación tal que a finales de cada año termina por colocarse inevitablemente entre un 25% y un 27%. Los redactores de "Coyuntura" aplicaron a una serie de tasas de inflación una metodología encaminada a encontrar un coeficiente de variación de esa tasa, concluyendo que los cambios en la magnitud de las mismas cada vez es menos importante. El país, según eso, se ha acostumbrado a convivir con un nivel de inflación que ya no lo desvela y, todavía más, ha aprendido a pensar en términos reales: en los presupuestos de las personas se incluyen expectativas de inflación.
La teoría económica reconoce la existencia de una relación directa entre la cantidad de dinero circulante y la tasa de inflación. La importancia de esta relación, sin embargo, no es la misma para las diferentes escuelas del pensamiento. No todas le dan el mismo énfasis. Vale la pena anotar, entonces, que en Colombia los medios de pago crecen a un ritmo que tiene fuertes oscilaciones, produciéndose la mayor parte del aumento en los últimos tres meses del año. Hasta el momento, por ejemplo, el dinero en circulación ha crecido en un 3,2% respecto al año pasado. Por la misma época, en 1981, ese aumento había sido de sólo 0.4%, y al terminar el año llegó hasta 21%. Se espera, sin embargo, que en lo que resta de 1982 habrá un instrumento muy efectivo para limitar el desbordamiento de los medios de pago: no se va a emitir para comprar la cosecha cafetera.
De otra parte, la inflación se explica también por el comportamiento de la actividad productiva. El sector agrícola ha venido presentando un estancamiento que se refleja en escasez de alimentos y, de paso, en presiones para que aumenten sus precios. Un alto porcentaje de los ingresos de las personas en Colombia se destina a la compra de alimentos, por lo cual la tasa de inflación de éstos repercute con un efecto considerable sobre los precios de toda la economía. De enero a septiembré del presente año, la comida ha aumentado en 20.94%, mientras que los precios de los otros productos que componen la canasta familiar han crecido un poco menos: vivienda 18.43%; vestuario, 15,36%; y misceláneo 15.20%. El director del DANE, Humberto Gallego, en recientes declaraciones señaló que la demora en las cosechas de alimentos ha empujado hacia arriba sus precios.
Con el actual ritmo de inflación, la canasta de consumo obrero tiene un precio de $13.913,00. Un hogar, entonces, cuyo patrón de consumo es el mismo de este grupo, necesita 1.9 salarios mínimos para alcanzar su canasta. En el caso de los empleados, por su parte, el valor de la canasta alcanza los $38.210 que equivalen a 5.16 salarios mínimos.
Normalmente, el indicador que se tiene en cuenta para cuantificar la inflación es la tasa de crecimiento anual de los precios en términos porcentuales. Si obtenemos ese guarismo para el último año, es decir, de septiembre de 1981 a septiembre de 1982 encontramos que se ha situado en un 24.5%. Esto y las expectativas relacionadas con el crecimiento de los medios de pago y con la imposibilidad de que mejore sustancialmente la producción de alimentos en el corto plazo, conduce a que los expertos ponostiquen, para 1982, una tasa de inflación parecida a la del año anterior o ligeramente más baja.
En los tres meses que quedan del año en curso influirá, desde el punto de vista de la inflación, el resultado de la reunión del Consejo Nacional de Salarios anunciado por el ministro de Desarrollo, Roberto Gerlein, en el sentido de imponer controles de precios a algunos productos de la canasta familiar y de insumos agrícolas. En el largo plazo, los precios administrados no tienen un efecto muy claro sobre el nivel general de precios, porque las fuerzas económicas obligan a subirlos a la larga para que se ajusten a las condiciones del mercado. Pero en el corto plazo sí puede reflejarse favorablemente sobre la tasa de inflación. Las proyecciones económicas, en consecuencia, señalarían que, al terminar el año la tasa de inflación se situará en las vecindades del 25%.--