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La hora del relevo

En pocas semanas vence el período de Miguel Urrutia como gerente general del Banco de la República. ¿Quién puede ser su reemplazo y cuáles son los principales retos que le esperan?

8 de noviembre de 2004

Desde enero del próximo año los billetes colombianos llevarán una nueva firma. Será la de quien reemplace a Miguel Urrutia Montoya en la gerencia del Banco de la República. El cargo, uno de los más importantes y apetecidos por cualquier economista, quedará vacante el próximo 31 de diciembre, cuando se vencerá el tercer período de cuatro años de Urrutia, el tiempo máximo permitido por los estatutos del Banco. El nuevo zar de la moneda será elegido por la Junta Directiva del Emisor el 26 de noviembre y su posesión será el primero de enero de 2005.

Ya se comienzan a barajar los posibles candidatos para suceder a Urrutia en el cargo. El gerente del Emisor no sólo ejerce como miembro de la Junta Directiva, y como representante del Banco, sino que tiene un estatus especial que encarna poder y respeto. Debe ser un líder de sus colegas en la Junta y, a veces, quien tiene la última palabra. Sus opiniones tienen tanta trascendencia y llegan a influir tanto en la vida económica del país como las de un ministro de Hacienda. Y es que la tarea del Banco no es menor. Es el responsable de no dejar subir la inflación, al tiempo que debe contribuir al crecimiento económico.

El reglamento interno de la Junta establece que sus siete miembros son elegibles para el cargo de gerente y que cada miembro puede inscribir de manera confidencial a tres personas más, de modo que el total de candidatos posibles es de 28. Los siete integrantes de la Junta Directiva son el actual gerente Miguel Urrutia, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, Leonardo Villar, Sergio Clavijo, Fernando Tenjo, Juan José Echavarría y Salomón Kalmonovitz.



Los candidatos

En el partidor de aspirantes a la gerencia se encuentran economistas de gran prestigio. Uno de los más opcionados es el ex ministro de Hacienda Roberto Junguito, quien cuenta con una larga tradición en el manejo de las finanzas públicas. Junguito reúne todas las credenciales necesarias: conoce la Junta, pues fue integrante de ella, ha sido ministro de Hacienda en dos ocasiones y es reconocido internacionalmente ya que representó a Colombia ante los organismos internacionales en

Washington. Es del Partido Conservador, al igual que Urrutia y el ministro Carrasquilla.

Este último es otro candidato fuerte al cargo. Economista de los Andes con PhD en la Universidad de Illinois, fue funcionario del Emisor durante varios años y es considerado uno de los tecnócratas más estudiosos del país. Aseguran algunos de los entendidos que estaría en el interés de Carrasquilla cambiarse a un cargo menos político que el de ser titular de la cartera de Hacienda.

El tercero en la lista es el ex ministro de Hacienda Guillermo Perry Rubio, actual economista jefe para América Latina del Banco Mundial. Además de un técnico, es un hombre de convicciones y criterio político. Conoce al dedillo las relaciones con el Congreso, una virtud importante para ocupar el cargo. Es liberal, lo que podría poner puntos a su favor, pues el actual gerente es conservador y no falta quien señale la necesidad de alternar, en un cargo de semejante peso, y darle la oportunidad al Partido Liberal.

Otro en la baraja de aspirantes es Juan José Echavarría, uno de los directores del Banco, que dirigió Fedesarrollo y es reconocido por su visión pragmática. Hizo uno de los análisis más detallados del desarrollo y evolución del sector industrial (su tesis de doctorado) y es experto en comercio exterior, pues fue el negociador principal de varios acuerdos que firmó Colombia como el del G3 (con México y Venezuela). Para muchos, esa trayectoria le da el olfato para saber de dónde viene y para dónde va la economía y para analizar el efecto que tendrán las decisiones de la Junta sobre el sector real.

También está José Darío Uribe, actual gerente técnico del Banco de la República. Con impecables credenciales académicas, este economista paisa es cercano al presidente Álvaro Uribe y muchos lo consideran el candidato personal de Urrutia. Pese a su idoneidad técnica, le falta experiencia política. Aun si no resulta escogido gerente, casi con seguridad ocupará uno de los dos cupos que quedarán libres en la Junta Directiva en febrero del próximo año. En un sonajero más amplio se encuentran nombres como el de Armando Montenegro, quien en 1993 estuvo en el mano a mano final por el cargo con Urrutia, y el ex director de Planeación Nacional Juan Carlos Echeverri, quien trabajó en el Emisor y es el decano de economía de los Andes.

El proceso de elección del gerente comienza cuando cada uno de los siete miembros de la Junta presenta su terna de candidatos para el cargo. Se integra una lista única, ordenada en orden alfabético, y se retiran los miembros de la Junta que no estén interesados. A reglón seguido, cada director escoge de esta lista cinco candidatos de su preferencia. Se promedia el puntaje de cada uno de los diferentes aspirantes y se define así una lista corta de cinco finalistas. Se repite el mismo procedimiento hasta llegar a tres finalistas que son contactados por el Ministro de Hacienda para saber si están interesados. Después se reduce la lista a dos candidatos y luego la Junta escoge al gerente.



Los desafíos

La persona elegida para dirigir el Banco deberá en primer término consolidar y mantener la autonomía del Emisor. La Constitución del 91, con el fin de dotar a la entidad de una gran independencia para preservarla de los vaivenes políticos o las presiones del gobierno de turno, determinó que los siete miembros de la Junta Directiva escogen al gerente general y que el Presidente de la República pone dos nuevos codirectores para los siguientes cuatro años. Es decir que en condiciones normales un mandatario sólo logra colocar dos nuevos miembros de la Junta durante su administración.

Esta vez el gobierno podrá poner tres. Como Carlos Caballero renunció a su puesto en la Junta hace un año y medio, el presidente Uribe nombró en su reemplazo a Juan José Echavarría y en febrero entrante deberá nombrar otros dos miembros de la Junta para los siguientes cuatro años, como lo establecen las normas del Banco. Así, el gobierno quedaría el año entrante con cuatro puestos en la Junta Directiva -tres codirectores y ministro de Hacienda-, con lo cual tendría la mayoría en ese órgano del Emisor. Es fija la salida de Salomón Kalmonovitz, pues cumple el período máximo de 12 años y es probable que Sergio Clavijo o Fernando Tenjo no sean ratificados, ya que los puso Pastrana.

Bajo este escenario, el nuevo gerente deberá ser un gran defensor de la autonomía del Banco de la República y no ceder ante las presiones fiscales del gobierno. El gerente, al tiempo que debe saber jugar como miembro del equipo económico del alto gobierno, tiene que tener la suficiente personalidad para decirles no al Presidente y al Minhacienda.

Es importante también que la persona que se escoja para reemplazar a Miguel Urrutia mantenga la inflación a raya, en medio de un entorno de expansión económica que por lo general viene acompañado de alzas en los precios. En los últimos años, Urrutia y sus compañeros de la Junta lograron que la inflación bajara del 25 por ciento anual de finales de los 80 al 5 por ciento de hoy.

Pero el gerente también tiene responsabilidad sobre la marcha general de la economía. No hay que olvidar que la recesión de 1998-1999, cuando la economía cayó 4,3 por ciento en 1999, fue en gran medida fruto de la desafortunada mezcla de política monetaria y cambiaria del Banco, que incrementó las tasas de interés hasta el 80 por ciento anual para defender la banda cambiaria, que finalmente fue eliminada.

El sucesor de Urrutia tendrá que demostrar también sus cualidades como buen administrador. Al fin y al cabo el Banco de la República funciona como cualquier empresa. El nuevo gerente deberá definir si continúa o no con el recorte de personal, cómo va a orientar la importante labor cultural del Banco y cómo va a mejorar las finanzas del Emisor, que al cierre del primer semestre del año registró un saldo en rojo de 3.600 millones de pesos.

Así las cosas, el nuevo gerente del Banco debe combinar varias condiciones: tener absoluta solvencia moral y el suficiente carácter e independencia para resistir las presiones de gobierno, políticos o del sector privado; contar con una prudencia ejemplar y, por último, ser un buen administrador. De un acertado manejo monetario y crediticio del Emisor depende el desarrollo del mercado de capitales, la consolidación del sistema financiero y, en buena medida, que la recuperación de la economía continúe.