Home

Economía

Artículo

NEGOCIOS

La legión extranjera

La compra del 50 por ciento de OLA cerró con broche de oro un mes en el que los inversionistas internacionales hicieron su agosto. ¿Qué significa esto para el país?

2 de septiembre de 2006

"Nos están invadiendo". Eso es lo que podría pensar cualquier persona que haya leído la prensa por estos días. Y tiene razón. Una legión de 'marcianos' está llegando al país y está desembarcando en diferentes frentes. No tienen antenas, ni tampoco naves espaciales, pero traen en su bolsillo una chequera muy grande. Y caminan como cualquier terrícola, e incluso muchos hasta hablan español. Se trata de los inversionistas extranjeros, que en el último mes han aterrizado en masa en tierras colombianas.

La última prueba de la existencia de estos aliens se registró el jueves pasado, a las 3 de la tarde. Ese día los satélites tomaron fotos de Millicom International Cellular comprando el 50 por ciento de OLA, la empresa de telefonía móvil que montaron hace tres años las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB). La empresa de Luxemburgo pagó 1,14 billones de pesos por quedarse con el control de la operación de OLA, que hoy tiene 2,5 millones de abonados (ver recuadro).

El de la telefonía no es el único frente en el que se está registrando una inusual actividad extranjera. También hay incursión de foráneos en los campos energético, de infraestructura y financiero. En menos de dos semanas los suizos de Glencore se quedaron con la Refinería de Cartagena por 656 millones de dólares, y la firma Aeropuertos de Zurich será la encargada de administrar la nueva terminal de El Dorado, cuya ampliación cuesta unos 650 millones de dólares. Y hace un mes, el banco británico Hsbc anunció su llegada a Colombia comprando las sucursales de Banistmo y la banca de inversión estadounidense JP Morgan dijo que vuelve a abrir oficinas en Bogotá.

Mejor dicho, billete de afuera es lo que está llegando últimamente al país. Y todavía es más el que falta por llegar. Toda la carne que está puesta en el asador es un bocato di cardinale para los inversionistas extranjeros. Para empezar, se viene la venta de Bancafé, el último banco del Estado. De los ocho interesados que ya han pagado por entrar al cuarto de datos, tres son multinacionales: Santander, Citibank y GE Money, la división financiera de General Electric. Hay otras dos instituciones extranjeras que aún no han adquirido el derecho para escudriñar las cifras del Bancafé, pero que en cualquier momento podrían hacerlo. Se trata del Bank of Nova Scotia y el Hsbc, ambos con una estrategia de expansión en América Latina y con ganas en el mercado colombiano.

El interés de la banca mundial en Colombia es tal, que fuentes cercanas a SEMANA confirmaron la entrada en los próximos meses del consorcio internacional Stanford Financial Group, con sede en Houston. La cosa es tan inminente, que desde ya este grupo adelanta negociaciones para comprar un puesto de Bolsa y posteriormente comenzar a operar un banco comercial.

Si por los lados de la banca llueven ofertas de afuera, por los lados de las telecomunicaciones no escampa. En el último mes han venido al país los 'duros' del mundo en esta materia. Los presidentes de las cadenas de televisión estadounidense Fox y Telemundo y los ejecutivos del grupo español Prisa han estado mirando con mucho interés la posibilidad de entrar a Colombia a operar un tercer canal privado de televisión abierta. En dos años se termina la licencia de exclusividad de los canales de televisión Caracol y RCN. Los españoles de Prisa, que ya son dueños de Caracol Radio, parecen incluso estar también interesados en el negocio de la prensa escrita y ha sostenido durante varios meses conversaciones con la Casa Editorial El Tiempo.

Otros 'cacaos' que también estuvieron en el país en el mes de agosto mirando oportunidades de negocio fueron los presidente mundiales de Motorola, Edward J. Zander; de General Motors, Rick Wagoner, y de Intel Corporation, Craig Barrertt. También andan merodeando por ahí la posibilidad de invertir en los puertos nacionales: la firma china Hutchinson, una de las más grandes del mundo, y la holandesa Mersck. La decisión de estas multinacionales, que sería uno de los negocios más grandes de este año, depende de que se defina el futuro de las concesiones que se están negociando hoy con el gobierno, como la del puerto de Buenaventura.

En el sector hotelero la cosa también se está poniendo buena. Por los lados de Barú se ve mucho movimiento de poderosas cadenas internacionales interesadas en construir grandes complejos turísticos, al igual que en Cartagena de Indias y Santa Marta. Cadenas norteamericanas como Sheraton están expandiendo sus operaciones en Cali y otras ciudades del país.

Toda esa invasión marciana, sobra decirlo, es positiva para el país. No sólo porque es más inversión que entra y más plata que llega, sino porque en su mayoría se trata de proyectos nuevos y de expansión. No es sólo un cambio de manos colombianas a extranjeras. En los casos de la refinería, el aeropuerto, OLA, Bancafé, el tercer canal privado, los puertos y los hoteles, se está hablando de proyectos de modernización, ampliación, expansión o construcción. Y todo eso es muy diferente a un simple traspaso de dueños.

Si todo eso es así sin TLC, ¿cómo será cuando entre en vigencia el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos? ¡Mars Attacks!