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LA PARALISIS DEL CALI HILTON

Se estudian ofertas de entidades financieras para rescatar la obra inconclusa

18 de enero de 1988

Si de algo se enorgullecía el sector privado frente al público, era de su eficiencia, organización y capacidad para generar utilidades. Sin embargo, sucesos recientes como la crisis financjera y los concordatos en grandes empresas del país, casi que han colocado a la par virtudes y defectos de uno y otro. Un caso, el del Hotel Cali Hilton (proyecto iniciado en 1982 y paralizado desde hace dos años) que, según los inversionistas privados puede costar unos $4.500 millones, pero según el gobierno cerca de $7 mil millones, es uno de esos casos que pone en tela de juicio la gestión privada.

La construcción del complejo hotelero surgió de un estudio de 18 meses que llevó a crear la sociedad Cali Hoteles, con capital de $100 millones, que estimó el costo de la obra en $1.250 millones, en 1982. El nuevo Hilton está situado en la convergencia de las avenidas Colón y Belalcázar, en un terreno de 9.500 metros cuadrados que fue comprado a las señoritas Vallejo, quienes aceptaron la reubicación de su famosa casa. Contará con 300 habitaciones, 70 locales comerciales y 240 parqueaderos, además de un Centro de Convenciones para 1.500 personas.

La empresa fue auspiciada, entre otros, por Antonio Garcés Sinisterra, Alvaro Victoria, Leopoldo Leal, Alvaro José Bonoit, Melhem Daccach, Eduardo Iragorri Holguín, César Gómez Gutiérrez y el Ingenio Providencia, y los arquitectos, el consorcio colombo-americano de Lago Y Sáenz, Esguerra Sáenz y Samper, y Warner Burns Toan Lunde, de Nueva York. En cosa de meses pasó de 19 accionistas a 448 y logró firmar con la Hilton International Corporation, que tiene su oficina en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, un contrato de administración o leasing, según el cual la transnacional recibirá el 25% de la utilidad bruta de operación.

Cinco ofertas públicas de acciones del Cali Hilton se vendieron como pan. Los papeles de propiedad se ofrecían en casi todos los grandes almacenes y centros comerciales de la capital del Valle. Fue tanto el éxito, que en 1985 los accionistas eran 1.272 y el aporte de ellos sobrepasaba los $500 millones. Pero por aquí fue que se desbarató el "castillo de naipes".
Los métodos de venta de acciones, encabezados por el director general del proyecto, Mauricio Litman Celén, fueron descubiertos por la Comisión Nacional de Valores que, desde 1984, recibió quejas de un "misterioso" Comité Pro-Defensa del Accionista de Cali Hoteles S.A., que denunciaba un engaño creciente.

La Comisión Nacional de Valores sancionó a Litman por intermediar con acciones, sin contar con la autorización gubernamental, al tiempo que exigió la aclaración de múltiples irregularidades detectadas en sus actuaciones. Por esa época, noviembre de 1985, se acumulaban otra serie de problemas en torno a la administración de Cali Hoteles, con retiro de los accionistas minoritarios de las asambleas, los enfrentamientos entre gerentes y ex gerentes y la ausencia de fuentes de financiación para continuar con el proyecto.

Además, como estaba en camino la sexta emisión de acciones para el Cali Hilton, la Comisión Nacional de Valores exigió nuevos métodos de financiación para evitar que el riesgo fuera asumido sólo por pequeños inversionistas que, en gran parte de los casos, tenían los ahorros de toda su vida en el hotel. La acción del Cali Hilton que les fue vendida inicialmente a $ 100 podía ya valer hasta $ 220 según se anunciaba en la publicidad de las ofertas de acciones. Lo cierto es que en marzo de 1985 el verdadero valor de cada papel de propiedad era de $ 116.86 y la posibilidad de un dividendo en breve se alejaba cada vez más.

Los inversionistas del Hilton y especialmente la administración, habían sido alertados por la Comisión Nacional de Valores, desde noviembre de 1983, sobre lo que iba a suceder si continuaban acudiendo sólo a pequeños accionistas. Tras los problemas, Litman continuó en su lugar y los manejadores del proyecto salieron a buscar recursos que no han encontrado. La Corporación Nacional de Turismo negó créditos, porque después de su fracaso en el Cartagena Hilton no volverá a invertir en hoteles de cinco estrellas. Se ha pensado en la posibilidad de convertir lo construido en un edificio de apartamentos, pero la idea recientemente fue desechada y nuevamente se volvió a la inicial.

"Aunque en este país del Sagrado Corazón la esperanza es lo último que debemos perder como colombianos, aspiramos a que en el transcurso del tiempo requerido para su reestructuración, ocurra el milagro que permita la redención de este complejo hotelero", sostiene el gerente general de Cali Hoteles, Mauricio Vásquez Zawadzky, quien acusa directamente a la Comisión Nacional de Valores de lo que ocurre. Sin embargo, el organismo oficial mantiene su opinión de que debe haber nuevos y frescos recursos, y no acudir solamente a pequeños inversionistas que hasta ahora tienen poca certeza de lo que ocurrirá con sus ahorros, más aún cuando persisten dudas sobre el valor de la obra.

Mientras en 1982 el Cali Hilton costaba $1.250 millones, en 1984 ya valía $2 mil millones y según carta enviada al presidenteBarco por la empresa, la inversión total alcanzará los $4 mil millones. Sin embargo, un análisis financiero del proyecto a octubre de 1986 concluyó que "la inversión actual (unos $ 1.500 millones) equivale a un 20% del valor total de la misma". Pero según las autoridades, el proyecto fácilmente costará unos $ 7 mil millones. Las dudas crecieron al conocerse un análisis de gastos del complejo 1982-1986, que advirtió que 49 centavos de cada peso recibido de los accionistas, fue aplicado a gastos administrativos y el resto a inversión. Así las cosas, la Comisión de Valores sigue negándose a que inversionistas pequeños puedan volver a salir lesionados, mientras que los manejadores del Hotel Cali Hilton empiezan a escuchar ofertas de varios grupos financieros para rescatar esta obra inconclusa.--