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LA PELEA POR LA MARRANITA

El seguro obligatorio de accidentes fue curado de su cojera, aunque no todos quedaron satisfechos con la operación.

20 de mayo de 1991

CUANDO HAY PLATA, TODO el mundo quiere metérsela en el
bolsillo. Y eso precisamente venía ocurriendo con los dineros del seguro obligatorio de accidentes que hicieron enfrentar al Gobierno, las aseguradoras, los hospitales y las clínicas. Las causas de conflicto fueron muchas, los vacíos de las disposiciones sobre el asunto eran mayores y por fin el pasado jueves las autoridades decidieron reglamentar el manejo del espinoso asunto.
Nadie duda de la función social del seguro obligatorio y su implantación comenzó a discutirse hace casi 10 años. Cuando se implantó su uso muchos estuvieron felices, pero en un ciclo natural en este mundo de la llamada