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LAS CIEN EMPRESAS MAS GRANDES DE COLOMBIA

SEMANA presenta, clasifica y analiza las 100 empresas líderes en 1989.

18 de junio de 1990

En un país donde los vaivenes estan al orden del día, pocas veces se había vivido un año tan turbulento. Porque la verdad es que eso fue 1989. Tanto en lo político, como en lo social y en lo económico, la década terminó en medio de oscuros nubarrones. Las amenazas de una tempestad se hicieron cada vez más claras, a medida que las diferentes fuerzas en conflicto aumentaron el nivel de sus hostilidades, acabando con cientos de vidas inocentes en el camino.
Y por primera vez en muchos años, la economía urbana comenzó a verse afectada. Durante buena parte de los ochenta fue común aquel dicho según el cual el país va mal, pero la economia va bien. Sin embargo, en 1989 esa diferenciación no fue tan evidente. El clima de incertidumbre en el area social se trasladó a los negocios. Planes de inversión o ensanche fueron pospuestos cuando a mediados del año el desplome en los precios internacionales del café y la guerra contra el narcotrafico, asustaron a los empresarios. Aunque en último término la realidad no fue tan oscura, lo cierto es que las vicisitudes fueron la constante en la industria y el comercio a lo largo de 1989.

Semejante situación se reflejó en las cifras de las 100 empresas no financieras más grandes del país. A pesar de que una vez más el balance del año fue positivo, la verdad es que la dinámica de los aumentos fue la más mediocre de la última mitad de la década pasada. De un ritmo promedio de incremento anual en ventas cercano al 40% entre 1985 y 1988, se pasó a uno alrededor del 30% en 1989. Algo similar ocurrió con el comportamiento de los activos, el patrimonio o las mismas utilidades.
Hubo, como de costumbre, casos destacables, pero, a diferencia de los últimos años, en 1989 estos constituyeron la excepción y no la regla.

SIN ARRANQUE
Las causas de lo sucedido fueron varias. Segun la revista Coyuntura Económica, de Fedesarrollo, 1989 fue un año particularmente inestable en terminos de producción y expectativas. Aparte de que durante el segundo semestre los problemas cafeteros y el terrorismo confundieron a todo el mundo, las cifras indican que desde comienzos del año había problemas serios con la demanda interna. Tanto las ventas del comercio como la producción industrial llegaron a su punto más bajo del período en marzo de 1989, y tan sólo seis meses más tarde empezó una leve recuperación. Esta parece haberse mantenido en los primeros meses de este año, pero no es claro si va a ser duradera.

El repunte de finales de 1989 permitió que las cifras de crecimiento de la economía no resultaran tan malas como se había pensado. Según Fedesarrollo, si bien se produjo un deterioro muy marcado, incluso superior al esperado en la actividad comercial y de la construccion, la perdida de dinamismo en la industria fue notablemente inferior a la proyectada a comienzos de diciembre. En último término, la tasa de crecimienta global se estimó en 3.1%, gracias en buena parte a la minería y a la agricultura que tuvieron un desempeño notable. A pesar de que esa cifra estuvo bien lejos del 4.5% que el gobierno pronosticó a comienzos de 1989, los observadores consideraron que, teniendo en cuenta los problemas del año, el país se podría dar por bien servido con los resultados.

Quizás en parte por tanta incertidumbre, el sector empresarial decidió restringir la inversión. Segun el Departamento Nacional de Planeación, esta cayó en 2.7% durante 1989, despues de haber aumentado en los a los anteriores. Una prueba de esa afirmación es que las importaciones de maquinaria y equipo del sector privado disminuyeron un 8%, segun Fedesarrollo.

En contraste con esa situación, la actividad exportadora continuó por buen camino. Aparte de los problemas con el café, las ventas al exterior de productos no tradicionales crecieron casi un 15%, medidas en dolares.
Por esa razón, dentro de las 100 empresas el mejor desempeño lo tuvieron aquellas industrias que exportaron parte de su producción y pudieron sortear el mal desempeño del mercado interno.

Es precisamente ese punto el que algunos consideran preocupante.
Desde finales de 1988, la capacidad de compra de los colombianos se ha restringido, debido en buena parte a que los salarios han crecido por debajo de la inflación. Aunque en teoría esa situación debería conducir a que los precios no aumentaran tan rápido, la realidad es otra. La inflación sigue su camino y las cifras del DANE revelan que el mayor crecimiento se ha presentado en los productos manufacturados. En consecuencia, el gobierno ha decidido doblar la dosis de medicina. A partir del mes de abril inició una rígida política de control monetario, para restringir todavía más la demanda y controlar así la espiral alcista. El problema, sin embargo, es que si los precios continuan subiendo, los colombianos se quedaran con el pecado y sin el género. No falta quien asegure desde ya que las empresas que derivan su sustento en el mercado interno van a experimentar problemas este año.

Lo anterior, por supuesto, no quiere decir que la situación sea, ni mucho menos, desesperada. Si bien ahora hay síntomas de dificultades, lo cierto es que las 100 empresas más grandes de Colombia estan bien lejos de la postración que experimentaron a comienzos de la decada. Mas aun, los índices de endeudamiento y rentabilidad muestran que en 1989 se lleó al punto maximo de solidez registrado a lo largo de los ochenta.

EL ENIGMA DE LOS NOVENTA
El interrogante, sin embargo, es si esa cima es tan solo el preludio de una declinación o si, por el contrario, se van a alcanzar picos más altos. Por ahora no hay hechos que confirmen cualquiera de esas posibilidades, pero la impresión que se tiene es que hay tantas probabilidades de un descalabro como de un nuevo ascenso.

Por una parte estan los pesimistas.
Según estos, el problema de la violencia esta volviendose tan grande que tan solo falta una chispa para que toda la confianza en el país se derrumbe y comience la estampida de capitales al extranjero. Bajo este supuesto, la inversión se estancaría y a la vuelta de unos años la economía estaría de rodillas.

Pero aún sin esa visión apocalíptica del futuro, hay observadores que califican como preocupante el porvenir del sector empresarial colombiano. Este ha estado protegido de la competencia externa por cuenta de las barreras a las importaciones y, en cambio de volverse más eficiente, se ha engolosinado con los privilegios que da el monopolio. Las cifras del DANE revelan que en la batalla contra la innación, el ejército más duro de controlar ha sido el de los precios de los productos manufacturados dirigidos al consumo interno. Según el esquema que todavía impera, un productor de artículos de belleza para solo citar un caso puede elevar sustancialmente sus precios a sabiendas de que la competencia es mínima y que en ultimo término el consumidor tendrá que aceptar las alzas.

No obstante, ese sistema tiene los días contados. A finales de febrero pasado, el gobierno le dio luz verde al programa de apertura económica, uno de cuyos puntos principales es el desmonte gradual de la protección a la industria nacional. Cuando este esquema quede totalmente implementado se espera que las importaciones actuen como valvula de seguridad y control cada vez que un productor nacional reajuste sus precios en exceso.

En el mejor de los casos, se aspira a que la apertura mejore la competitividad y la eficiencia de la industria nacional. Si todo sale como esta planeado, al cabo de cinco años estaran dadas las condiciones para que las empresas colombianas puedan tratarse de tu a tu con compañías extranjeras, tanto en el mercado externo como en el interno. Las proyecciones del gobierno indican que, bajo este escenario, la producción crecerá sustancialmente, al tiempo que disminuyen la inflación y el desempleo.

La otra cara de la moneda es que la industria nacional no pueda con ese reto. Las perspectivas de quiebras y despidos masivos de personal son esgrimidas por quienes dicen que la apertura no tiene nada de bueno. Sin embargo, todo indica que, por lo menos ahora, la nueva senda en materia económica es un hecho.

Con la apertura como telón de fondo se inicia una pueva década para el sector empresarial y en general para toda la economía. Las lecciones aprendidas en los diez años pasados fueron muchas y muy variadas, pero todavía esta por verse un avance real en ciertas areas. A nivel industrial, por ejemplo, las cifras revelan que como proporcion del Producto Interno Bruto, el sector manufacturero tiene un nivel similar al que tenía en 1965. "Según los patrones internacionales, la tasa de industrializacion de un país como Colombia debería ser ascendente, debido a la creciente orientación de la demanda hacia productos industriales; sin embargo, en el caso colombiano se observa una desindustrializacion relativa, como resultado de la ausencia de cambio tecnológico, derivada de bajos niveles de inversión y de una muy limitada competencia. En consecuencia, la productividad sectorial ha disminuido, dando lugar a incrementos en los precios y a desequilibrios intersectoriales", sostiene un documento reciente del Departamento Nacional de Planeación.

Por lo tanto, el reto es adaptarse al cambio. Por el lado de la apertura, se dice que como esta es gradual, los empresarios nacionales tendrán tiempo para hacer los ajustes del caso.
En lo que tiene que ver con el orden público no hay nada seguro, pero los optimistas dicen que si el nivel de violencia disminuye, el país tiene todas las condiciones basicas para dar el gran salto en materia económica y empresarial.

No obstante, los expertos sostienen que aun falta un area que debe mejorar para asegurar el porvenir del sector privado: la eficiencia de la administración pública. Uno de los preceptos de la apertura es que el Estado pondrá su parte para colaborarle a los inversionistas nacionales.
Aparte de mas carreteras y mejores puertos, se tiene como objetivo un servicio de aduanas ágil y honesto, enmarcado en una reducción general de los procedimientos burocráticos.

Para los mas apasionados, la modernización del Estado es definitiva para el porvenir del sector empresarial colombiano. Si ese y los demas objetivos se consiguen, es indudable que para finales del siglo el panorama que presenten las 100 empresas más grandes de Colombia sera muy diferente al actual. A lo largo de los años ochenta, las principales compañías pasaron paulatinamente de las vacas flacas a las gordas. Aunque para 1989 las cifras dejan en claro que en promedio los ocupantes del corral habían aumentado sustancialmente de peso, los que saben aseguran que todas las exigencias y angustias de los años pasados fueron tan solo un entrenamiento para lo que se viene en esta década.
Tal como dijera un observador, "se trata de ver si nos quedamos en la primaria o si por fin pasamos al bachillerato".

Mientras eso sucede, vale la pena mirar el desempeño de las 100 empresas más grandes de Colombia en 1989. En términos generales, se puede decir que los ochenta se cerraron con broche de plata (decir que el broche fue de oro sería demasiado) y, a diferencia de hace diez años, en esta oportunidad el sector productivos está iniciando la década con el pie derecho.

UNAS DE CAL...
El sector de la minería tuvo en 1989 un año bueno y uno malo. Por el lado de las buenas noticias estuvieron las empresas dedicadas a la explotación de petróleo que por fin pudieron olvidar las angustias de 1988. A pesar de que no faltaron los problemas de siempre, lo cierto es que la actividad guerrillera contra los oleoductos se redujo, lo cual se conjugó con un escenario de precios internacionales favorable.

Las cifras estan a la vista. Occidental de Colombia tuvo un crecimiento del 88% en sus ventas, aun superior al de Ecopetrol (52% de incremento), lo cual demuestra que la explotación de los pozos del yacimiento de Cravo Norte tuvo un aumento considerable. El mayor escollo del año pasado fue la voladura de la estación de bombeo en el puerto de Coveñas, por cuenta del Ejército de Liberación Nacional. Sin embargo, a pesar de esa y otras bombas colocadas por el ELN, el balance acabó siendo mejor que el de 1988 cuando los atentados fueron continuos.
En materia de utilidades, el salto más grande fue el de Ecopetrol. La empresa estatal pasó de perdidas de casi 14 mil millones de pesos, en 1988, a utilidades por 122 mil millones. Aunque ese desempeño está atado a la mejoría en la producción de crudo, la razón del gran aumento es, ante todo, contable. A finales del año pasado, la opinión se enteró de una disputa entre la Contraloría General de la Republica y Ecopetrol, en torno al balance de la empresa estatal. Según la primera, Ecopetrol había causado en forma equivocada una diferencia cambiaria, lo cual conducía al saldo rojo en el balance, cuando en realidad se debía haber registrado una utilidad de casi 55 mil millones de pesos. Para algunos analistas todo se debió a un esfuerzo de maquillar las cifras para proteger la situación financiera de la empresa, que debe tributar sobre sus utilidades.

Sea como sea, lo cierto es que al cabo de unos días de tire y afloje, Ecopetrol aceptó las sugerencias de la Contraloría. En consecuencia, en el balance de este año, a la utilidad "normal" del ejercicio -53 mil millones de pesos se le agrega una partida extraordinaria de 68 mil millones más. Vale la pena resaltar que, como resultado de esa decisión, Ecopetrol pasa a ser la empresa que mas impuestos de renta paga en el país: de 1.128 millones tributados en 1989 a 37 mil millones este año.

El segundo lugar en esta clasificación le corresponde a Occidental de Colombia, cuyo nivel de ventas no fue lo unico que aumentó sustancialmente el año pasado. Las utilidades de Oxy crecieron en un 100% y llegaron a 34 mil millones de pesos, lo cual coloca a la empresa como la primera de esta clasificación dentro del sector privado colombiano. El empuje de estas dos empresas es tan grande, que si no se tiene en cuenta al sector minero, se ve que las utilidades del resto de compañías clasificadas diminuyeron en 9%, con respecto a 1988.

En materia de petróleos también es necesario destacar el salto de Hocol adquirida hace un tiempo por la Shell la cual ha intensificado sus actividades en el area exploratoria y vio crecer sus activos en un 113% de un año a otro. Tradicionalmente, esta ha sido una de las compañías de mayores utilidades y, aunque en 1989 el saldo en negro pasó de los 8 mil millones, el incremento fue tan solo del 4%.

Quienes se tienen que olvidarse de utilidades por un rato son las empresas dedicadas a la explotación de carbón. Aunque en 1989 el precio del mineral subió en los mercados internacionales, tanto Intercor -filial de la Exxon como Carbocol -el socio colombiano registraron saldos en rojo. Ambas empresas tienen atada su suerte al proyecto de El Cerrejón Zona Norte en la Guajira, en donde esta ubicada una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo.

El problema han sido los precios.
Cuando se iniciaron las obras, las proyecciones hablaban de una cotización mínima de 50 dóLares por tonelada. No obstante, en 1988 los precios estuvieron por debajo de los 30 dólares, lo cual afectó seriamente a los socios de la mina. Intercor ha resistido mejor, gracias a que sus aportes al proyecto se financiaron con recursos propios. Por esa razón, en 1989 sus perdidas disminuyeron debido a que el precio del carbón superó los 35 dólares por tonelada.

En cambio, Carbocol está en serios problemas. La gran mayoría de los recursos que aportó para la explotación de la mina provinieron de credito externo. Hoy en día se estima que la deuda de la empresa estatal es superior a los 1.300 millones de dólares y el costo financiero de la misma hace que para que la explotación sea rentable, es necesario un precio cercano a los 60 dólares por tonelada de carbón. Tal como están las cosas, la empresa se encuentra cerca de la quiebra técnica ante la eventual desaparición de su patrimonio. Desde ahora se anticipa que dentro de un año, los socios de Carbocol -el IFI, Proexpo y Ecopetrol tendrán que inyectarle capital a la compañía para que esta siga funcionando. Esa eventualidad se hace todavía mas segura ante la huelga que ha afectado el funcionamiento de la mina a lo largo de los ultimos días. A pesar de que el escenario de precios es relativamente favorable, los problemas laborales y financieros de El Cerrejón van a poner en serias dificultades a Carbocol.

A TODA MARCHA
En contraste, nada tan dramático les ha pasado a las empresas encargadas de la distribución y venta de combustibles. Las ventas del sector continuan aumentando a un ritmo cercano al 35% anual, cifra acorde con el consumo creciente de gasolina y los reajustes de precio. Dentro de lo destacable se encuentra el aumento de utilidades de la Esso Colombiana, cuyo margen de utilidad sobre ventas paso del 1.9% al 4.7% entre un año y otro.

Pero lo mas llamativo en este grupo es el caso de los Terpel. Estos estan fraccionados en siete compañías que ahora cubren prácticamente todo el país y han tenido aumentos llamativos en ventas, lo cual indica que estan ganando participación de mercado a costa de sus competidores.
El mayor avance lo han tenido Terpel del Norte (Barranquilla), Terpel del Sur (Neiva) y Terpel Sabana (Bogota), que deben entrar al grupo de las 100 en el informe de 1991 (las dos primeras ya estan dentro de las 120). Los "terpeles" son empresas de economía mixta y recibieron un impulso definitivo hace cuatro años, cuando el gobierno decidio que Ecopetrol -que es accionista mayoritario debía participar activamente en la distribución minorista de combustibles. Aungue esa nueva agresividad comercial -fundamentada en la campaña "cómprele al país" creó ampollas entre las multinacionales que tradicionalmente habían dominado el area, ahora parece que los roces han disminuido. No obstante, pocos dudan que para final de la decada los terpeles estarán dominando cerca de un 50% del mercado, una cifra que parecía imposible hace unos años.

VIENTO A FAVOR
Los especialistas dicen que es una de las areas de más futuro. Gracias a una serie de nichos en el mercado, el sector de sustancias y productos químicos ha tomado en los últimos años una fuerza inesperada. Aparte de la demanda interna, todo indica que a pesar de los problemas de los países vecinos, hay buenas perspectivas de exportaciones.
No sólo las empresas existentes han tenido un desempeño satisfactorio con índices de crecimiento sólidos, sino que varios proyectos de envergadura estan o han entrado en operación. Uno de los más destacados es Prodesal en el Valle del Cauca, cuya planta empezó a producir el año pasado y que, segun las perspectivas, debe entrar con relativa prontitud al grupo de las 100.

Dentro de las 13 empresas que ya componen este grupo, el lugar de privilegio siguio siendo ocupado por Monómeros Colombo-Venezolanos una industria binacional que logro aumentar sus ventas y sus utilidades en un 37%, y además tiene una de las mas altas rentabilidades patrimoniales. Sin embargo, dentro del ramo fue clara la diferenciación entre aquellas compañías que se concentran en el mercado interno y las que venden por lo menos parte de su producción en el exterior. En términos relativos la peor parte la llevo Alcalis de Colombia, una empresa del IFI que no siempre las ha tenido todas consigo. Segun sus críticos, Alco tiene costos laborales exagerados y problemas de eficiencia y renovación de maquinaria. La compañía podría ser privatizada en el mediano plazo pues no falta quien afirme que a Alcalis le hace falta su buena dosis de "perestroika" .

No obstante, el área de sustancias y productos químicos es una de las más sólidas de la muestra. Casos como el de Ciba Geigy, que registro aumentos sustanciales en todos sus frentes (79% en ventas, 84% en patrimonio y 475% en utilidades), demuestran que todavía hay campo para la expansión.


BUEN APETITO
Y eso también lo deben estar pensando las 27 empresas que componen el area de alimentos, bebidas y tabaco. Con Bavaria a la cabeza, este sector ha presentado resultados homogeneos durante los últimos años, sin resultados espectaculares, pero con un crecimiento constante. Para algunos especialistas, las ventas de alimentos y bebidas son un claro indicador de la situación real de un país del Tercer Mundo. En ciertas naciones latinoamericanas como el Peru, la contraccion en la demanda ha sido tanta, que algunas industrias del ramo han tenido que disminuir su producción hasta en un 50%.

En cambio, en Colombia no ha ocurrido nada parecido. Por el lado de las empresas de bebidas, el mercado sigue firme. Tanto las cervecerías como las empresas de gaseosas registraron aumentos en ventas superiores al 30%, cifra superior a la del 26% del índice de inflación durante el año. A pesar de que hubo una ligera elevacion del índice de endeudamiento, este se mantiene, en promedio, por debajo del 50%.

Algo similar le ocurre a las fabricas de alimentos. En esta area la empresa más tradicional es Noel, que a traves de una amplia diversificación de productos sigue mejorando sus indicadores. Tambien es destacable la Compañía Nacional de Chocolates, uno de los pilares del llamado Sindicato Antioqueño, con uno de los índices de endeudamiento mas bajos de la muestra.
Mención aparte merecen compañías dedicadas a la elaboración de productos lacteos. El caso mas llamativo es Colanta -la cooperativa lechera de Antioquia que calladamente se ha convertido en todo un emporio con ventas cercanas a los 28 mil millones de pesos. Esta empresa, nueva en la muestra, constituye el ejemplo mas exitoso de una forma muy particular de agremiacion economica. En la misma area, es igualmente interesante el crecimiento de Alpina, una de las recien llegadas al grupo de las 100. Gracias al lanzamiento de nuevos productos -tales como los yogures fermentados por procesos diferentes al tradicional la firma se proyecta como una de las de mas perspectiva. La ventaja de una red de distribucion extensa le permite diversificarse con cierto margen de seguridad, pues la llegada de sus productos a los puntos de venta esta, de alguna manera, garantizada.

El mejor desempeño de todo el grupo fue el de los ingenios azucareros. Gracias a un mercado internacional favorable, las plantas ubicadas en el Valle del Cauca mejoraron sus cifras en forma apreciable.
Esos buenos resultados deben continuar durante este año, pues la cuota de importación de azucar colombiana en los Estados Unidos fue aumentada y todavía los precios altos se mantienen.

En contraste, las empresas productoras de concentrados para animales no las tienen todas consigo, pues tanto Purina como Finca empeoraron notoriamente. La primera dio perdidas y la segunda aumento en casi 10 puntos porcentuales su nivel de endeudamiento. Tales resultados fueron, de alguna manera, sorpresivos, pues se esperaba que el contrabando de productos similares hechos en Venezuela disminuyera. Aunque eso ocurrio, la verdad es que el mercado no repuntó lo que se esperaba hubo crisis en el sector pecuario y los costos de los insumos crecieron de manera considerable.

Por último, una empresa que se mantuvo incolume fue Coltabaco.
Aparte de que su acción fue una de las de mayor crecimiento en la bolsa, la fabrica antioqueña vio subir sus utilidades en un 75%. Irónicamente, eso ocurre a pesar de la crisis que afrontan los productores de tabaco y de un aparente recrudecimiento del contrabando.


EL TEJEMANEJE
Otro sector que también mejoró fue el de las textileras, que parecen haberse alejado definitivamente del espectro de la crisis de la decada pasada. En los últimos años, tanto Coltejer como Fabricato y Tejicondor han emprendido agresivos planes de renovacion de equipo y conquista de mercados externos. Su unico lunar han sido las utilidades, que apenas crecieron un 6% en 1989. No obstante, los conocedores del area afirman que todo se debe a los planes de ensanche y que los resultados se verán en un futuro.

Cierto o no, la verdad es que la percepción del publico sobre las textileras ha cambiado. El año pasado, Coltejer y Fabricato colocaron con relativa facilidad sendas emisiones de bonos por valor global de 9 mil millones de pesos. Claro que aun quedan ciertas dudas sobre la capacidad de defensa de las textileras frente a la competencia extranjera, especialmente ahora que la importación de telas esta considerada dentro de la apertura. Pera los que saben del tema dicen que ya se han tomado las precauciones del caso y que de cualquier manera las posibilidades de expansion se encuentran ahora en el mercado externo, pues el interno ha estado deprimido. Por ese motivo, se tiene confianza en que a lo largo de esta década, el sector textil seguirá hilando buenos resultados.