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REGULACIÓN

Lecciones del Nobel

Jean Tirole ganó el Premio Nobel de Economía 2014 por su análisis sobre el poder de los mercados y sus ideas para controlar a las grandes corporaciones.

18 de octubre de 2014

Jean Tirole ganó el Premio Nobel de Economía 2014 por su análisis sobre el poder de los mercados y sus ideas para controlar a las grandes corporaciones. En su obra la ‘Regulación y el Poder del Mercado’, que comenzó hace más de 30 años, Tirole investiga la manera de frenar el predominio de las grandes empresas que han llevado al mundo a muchos errores. Algunas reflexiones del trabajo de este profesor de la Escuela de Economía de Toulouse, Francia, son las siguientes:

Muchas industrias están dominadas por un pequeño número de grandes empresas o monopolios. Si se los deja sin regular, esos mercados usualmente producen resultados indeseados para la sociedad: precios más altos o empresas improductivas que sobreviven bloqueando el ingreso de otras nuevas o más productivas.

El grado de competencia en un mercado no solo depende del número de empresas que haya. El factor relevante es la existencia o no de barreras a la entrada y la naturaleza de estas, principalmente si estas son creadas de forma artificial mediante la regulación de los mercados.

Hay que prevenir que los monopolios naturales exploten su poder dominante a expensas de los consumidores (y la sociedad en general). El gobierno puede regular directamente al monopolista. Sin embargo, permitir que más de una empresa opere en ese mercado, puede promover un comportamiento más competitivo en estas industrias.

Los intermediarios financieros, como bancos y compañías de seguros, necesitan ser reguladas en absoluto. La razón es que se trata de un sistema altamente interconectado. Cuando una sola institución financiera grande va a la quiebra, por insolvencia por ejemplo, puede diseminarse rápidamente a otras instituciones financieras en una crisis sistémica, con inmensas consecuencias negativas para la economía, como el caso de la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

Si los hogares no tienen información suficiente para evaluar y monitorear la salud de los bancos donde guardan sus depósitos, los consumidores pueden sufrir consecuencias graves cuando falla una institución financiera.

La falta de información también puede desencadenar pánicos financieros, donde muchos individuos corren a retirar sus depósitos de un banco que se rumorea que está fallando (incluso si el rumor resulta ser falso), lo que efectivamente hace que el banco falle.