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LOS BANCOS ACEPTAN EL RETO JAPONES

Tres bancos y una corporación financiera recapitalizan en 2 mil millones de pesos la CCA

16 de junio de 1986

La semana pasada quedó todo listo para que una de las industrias privadas más importantes del país cambie de dueño. En lo que se consideró como una de las más grandes transacciones realizadas por el sector financiero nacional en época reciente, se anunció que la Compañía Colombiana Automotriz, ensambladora de los vehículos Mazda, va a ser recapitalizada en más de 2 mil millones de pesos por cuatro entidades de crédito colombianas, a cambio de un importante paquete de acciones de la empresa. De culminarse exitosamente, la operación es señalada por los analistas como la más importante de 1986, con posibilidades de convervirse en ejemplo para casos similares.
Tal como quedó anunciado, se espera que los bancos Santander, Tequendama, y de Colombia, así como la Corporación Financiera Granfinanciera, lleguen a un acuerdo con los accionistas de la CCA --y especialmente el Grupo Kassin, su principal accionista-- con el fin de que deudas por más de 2 mil millones de pesos sean intercambiadas por acciones. Desde comienzos de la década, las empresas del Grupo Kassin han venido aumentando sus pasivos y, según los expertos, las dificultades financieras han puesto en grave peligro su estabilidad.
Quizás el caso más grave de todos es el ocurrido en la CCA. En efecto, desde hace meses la ensambladora ha venido enfrentando graves problemas que hacen inminente una solución como la propuesta. Pese a haberse consolidado en el mercado, la empresa que vende los vehículos Mazda se ha visto enfrentada a un cúmulo de dificultades que obligaron a que el año pasado perdiera la suma de 1.700 millones de pesos.
Un análisis sobre la situación particular de la CCA, así como la intervención del gobierno en la crisis del sector automotor, llevó a que la compañía se comprometiera a adoptar una serie de planes de reestructuración. Entre ellos, se determinó la necesidad de que la Mazda --que en ese entonces poseía el 30% de las acciones de la CCA-- aceptara hacer una recapitalización por 12 millones de dólares. En noviembre se llegó a un acuerdo para que de esa suma, los japoneses aportaran tan sólo 4.5 millones de dólares, y el saldo sería cubierto por los bancos nacionales a través de la recapitalización de deudas. Sin embargo, la crisis ocurrida en el Banco de Colombia, que actúa como líder de los demás en las negociaciones, llevó a que para los primeros meses del año se formulara un nuevo plan que parece ser el definitivo. Según este, los bancos capitalizarán deudas por el equivalente de 12 millones de dólares y, a cambio, recibirán acciones de la CCA por, aproximadamente, un 60% del total. A cambio, los japoneses mantienen sus líneas de crédito para la venta de los componentes extranjeros, a precios que fueron calificados como "muy favorables".
Como consecuencia, se estima que los actuales accionistas de la CCA verán disminuido el valor nominal de sus acciones de mil a cerca de 500 pesos cada una (la cifra definitiva está por determinarse). Esa reducción implica una menor participación accionaria y cambios en la junta directiva de la compañía. Si el acuerdo se firma, los bancos tendrán cuatro asientos (antes tenían uno), la familia Kassin tendrá dos (antes tenía cuatro) y los japoneses uno (antes tenían dos). En todo esto, el damnificado es el IFI, pues la entidad estatal no sólo ve rebajada su participación accionaria, sino que pierde el puesto que tenía en la junta.
Como queda claro, el acuerdo de capitalización constituye, básicamente, en trasladar partidas por 12 millones de dólares del pasivo al patrimonio. Por lo tanto no va a haber recursos frescos en forma directa, aunque sí se mejora sustancialmente la capacidad de endeudamiento de la Compañía.
Pese a que para muchas personas ya todo está prácticamente definido, lo anunciado la semana pasada tiene todavía un escollo adelante. El Banco Santander no ha aprobado la idea y con el cambio de presidente de esa entidad, ocurrido la semana pasada, es posible que cualquier pronunciamiento se demore.
Según un funcionario del Banco que solicitó estricta reserva, uno de los puntos de conflicto con los demás bancos es el de la permanencia de la actual administración. El acuerdo logrado con el Banco de Colombia estipula que el actual presidente de la CCA, Salomon Kassin, va a ser reelegido por dos años más, a lo cual el Banco Santander se opone.
Con todo, es probable que ese impasse sea resuelto en los próximos días. En opinión de los especialistas consultados, la recapitalización constituye la salvación para la CCA, cuyos problemas financieros eran conocidos en el sector. Ahora, parte de la polémica que se está comenzando tiene que ver con quién resulta beneficiado. Por una parte, los expertos señalan al Grupo Kassin, quien a pesar de perder la mitad de sus acciones mantiene la dirección administrativa.
Tal como afirmara un observador la semana pasada, "es mejor mantener la mitad de lo que se tenía en una empresa viva, que conservarlo todo en una empresa quebrada".
Así mismo, las entidades financieras consiguen salvar una parte importante de su cartera. Aunque en sus estados financieros lo hecho aparecerá como una mezcla de inversión voluntaria y daciones en pago, ello permite liberar provisiones contables hechas sobre las deudas atrasadas. La incógnita actual se centra en saber si esas inversiones van a ser del todo improductivas y agravan los problemas de liquidez de las instituciones crediticias.
En todo este escenario, el Estado colombiano a través del IFI ha resultado afectado. Desde hace tiempo las relaciones entre el Instituto y la CCA no son las más cordiales y en los dos últimos años el IFI se ha negado a aprobar el balance presentado a la junta directiva con el argumento de que existen "puntos oscuros" en algunos de sus renglones.
El modelo de acuerdo que se consiguió para la CCA va a ser aplicado en las demás empresas del Grupo Kassin. Las dificultades de la ensambladora pusieron en aprietos a Kapitol, productora de autopartes, y a Manhattan, empresa de confecciones. Como resultado, las deudas que ambas tienen con una serie de bancos nacionales se van a capitalizar, tal como ocurrió en el caso de la CCA. Es así como el Banco Cafetero recibirá acciones de Manhattan y Granfinanciera acciones de Kapitol. En círculos especializados se estima que el monto de la transacción llegará con facilidad a los 2 mil millones de pesos, aunque se asegura que en estos casos la familia Kassin conservará la mayoría accionaria.
Pese a que todavía es necesaria la protocolización del acuerdo, de concretarse este constituirá una de las transferencias más grandes en la historia reciente del país. En el caso concreto de la CCA se garantiza su operación y el apoyo de sus socios. Una vez superados los trámites se cree que la CCA podrá definir la producción del vehículo popular que hace un año se comprometió a vender. Por ahora, la idea del Fiat 147 se mantiene, aunque para su implementación es necesario superar dos obstáculos legales contenidos en el contrato de asociación, en donde se especifica que la ensabladora tendrá tan sólo dos modelos y ambos deben tener la marca Mazda. No obstante, se cree que el escollo se podrá superar con relativa facilidad. El haber conseguido un arreglo con los bancos debe ser suficiente para que la tercera ensambladora empiece a responder a las expectivas que alguna vez se tuvieron sobre su desempeño.--