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El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, alertó por los posibles fraudes. “El subsidio que reconoce el gobierno a los cultivadores es para los verdaderos productores y no para los avivatos y oportunistas”, dijo. | Foto: Federación Nacional de Cafeteros

SUBSIDIOS

Los caficultores avivatos

La Federación de Cafeteros denuncia presunto fraude al subsidio que entrega el gobierno. La Fiscalía investiga.

27 de abril de 2013

Pocas actividades son tan emblemáticas para Colombia como la caficultura. De ahí que, a pesar de que causó polémica entre algunos, el gobierno les otorgó un importante plan de ayuda a los productores del grano, afectados por la revaluación del peso y la baja en el precio interno. El apoyo arrancó en octubre de 2012 con un subsidio de 20.000 pesos por carga, y subió a 145.000 pesos en marzo pasado, cuando los productores lanzaron un paro y bloquearon importantes vías del país.


En las primeras 25 semanas de ejecución del programa, 225.000 cultivadores han tramitado auxilios por cerca de 220.000 millones de pesos, de los cuales ya se han entregado directamente alrededor de 200.000 millones. El subsidio por carga de café pergamino solo opera mientras el precio base de compra sea inferior a los 700.000 pesos, se entrega a todos los caficultores, agremiados o no y estará vigente solo por este año. 

Entregar el subsidio no ha sido una tarea fácil por la magnitud de las cifras y los controles necesarios para garantizar que los dineros sean recibidos por los verdaderos beneficiarios. El programa, bautizado PIC (Protección del Ingreso Cafetero) compromete recursos públicos por 800.000 millones de pesos para cerca de 540.000 familias que conforman la comunidad cafetera del país. 

Manejar el PIC está a cargo de la Federación de Cafeteros, la entidad que además de administrar el Fondo Nacional del Café conoce de primera mano, a través del Sica (Sistema de Información Cafetera) quiénes ostentan en Colombia la calidad de productores del grano y por lo tanto quiénes pueden acudir al auxilio estatal. 

Para pagarles directamente a los productores y darle transparencia al proceso, se montó un esquema que consiste en que una vez el productor vende el grano a los compradores (unos 734 en todo el país) presenta la factura expedida por estos a las cooperativas y comités cafeteros, que verifican que la operación esté en orden y luego autorizan girar el dinero. La operación no se hace en efectivo, sino en una transferencia electrónica. 

Pues bien, en los últimos días, mientras algunos productores se han quejado de lentitud en la entrega del auxilio, el gobierno ha denunciado la aparición de oportunistas que están tratando de colarse para recibir fraudulentamente las ayudas estatales. En un debate de control político en la Comisión Cuarta de la Cámara de Representantes, hace dos semanas, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, reveló que varias operaciones relacionadas con el pago del subsidio estaban siendo sometidas a investigación por indicios de fraude.

La Federación de Cafeteros ha denunciado ante la Fiscalía 25.200 operaciones sospechosas de fraude, por un valor aproximado de 8.700 millones de pesos. Las alarmas se activaron cuando la Federación detectó compradores de café que aparecen adquiriendo grano en varios departamentos al mismo tiempo. Esto llamó la atención porque supone que estos intermediarios tendrían que pagar fletes para transportar el café, y con los precios bajos del grano esta inusual operación no sería rentable si no fuera porque están esperando recibir el subsidio, que equivale al 25 por ciento del precio base de la carga.

En las últimas semanas también se disparó la aparición de precooperativas (paso previo al nacimiento de una cooperativa) compradoras de café. Se sospecha que estas entidades que aparecen abriendo y cerrando sus puertas en un corto plazo, estarían facturando probablemente sin café para respaldarse. Es decir, amparados bajo la legalidad temporal de la figura de la entidad precooperativa estarían expidiendo facturas fraudulentamente.

Se han encontrado también casos de pequeñas y medianas firmas de compradores de café, con tradición en la industria, que adquieren grano en grandes cantidades. La alerta en este caso se encendió porque es dudoso que estas empresas tengan la capacidad financiera para comprar altos volúmenes. La investigación preliminar apunta a que las facturas se podrían estar inflando para cobrar un mayor subsidio.

El caso más insólito con el que se han encontrado los funcionarios de la Federación es el de personas que venden facturas como si se tratara de minutos de celular. El precio por cada documento depende del volumen de carga que se quiera mostrar o el valor que se quiera reclamar. Hay facturas a la venta por 30.000 pesos en Pitalito, Huila.

En la mayoría de los casos detectados se estarían configurando delitos como falsedad en documento público, suplantación y fraude al subsidio estatal tipificados en el Código Penal y por esto ya están en manos de la Fiscalía. Han encontrado avivatos en los departamentos del Valle, Huila, Cundinamarca y Antioquia, principalmente, pero también en algunas otras regiones del país. 

Aunque los casos han sido detectados a tiempo, y los giros no se han realizado, es preocupante que ante los esfuerzos del gobierno por apoyar a los caficultores, en esta actividad surjan personas dispuestas a aprovecharse indebidamente de las políticas públicas.

Uno de los temas que más ha preocupado en la entrega de los subsidios es el manejo de los inventarios. En el momento en que se aprobó el último paquete de ayudas, se llegó a afirmar que algunos cafeteros estaban guardando café a la espera de que el gobierno aceptara dar un mayor subsidio. 

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que no permitirían que el auxilio sirviera para que grandes cafeteros con carga almacenada hicieran negocio con los dineros públicos. Sin embargo, la Federación afirma que el manejo de inventarios es una práctica usual en esta industria, por lo tanto es difícil saber qué tanto café es guardado con esos fines. 

¿Se agota la plata?

En medio de esa complicada problemática, el polémico subsidio ha generado muchos otros ruidos. Algunos cultivadores reclaman de la Federación mayor agilidad para entregar el auxilio y otros piden que se les dé en efectivo. El gremio cafetero responde que está pagando en menos de 48 horas si el reclamante cumple los requisitos. La Federación sostiene que desde el 20 de marzo todos los cafeteros que tienen su celular registrado y actualizado ante los Comités de Cafeteros han recibido mensajes de texto confirmando los pagos.

Luis Felipe Acero, gerente administrativo de la Federación advierte que el gremio tiene que “actuar observando las normas de transparencia en el manejo de los dineros públicos” y por eso la entidad le ha pedido a la Contraloría General que los acompañe con una auditoría en tiempo real al entregar los subsidios. Además se opone a entregar el subsidio en efectivo por razones de seguridad. Por su parte, el ministro de Agricultura asegura que el  gobierno está cumpliendo puntualmente con el acuerdo cafetero y anunció que la Federación viene trabajando en un sistema que permita pagar el subsidio simultáneamente con la venta del grano.

Pues bien, el plan ya está listo. El gremio ha propuesto un sistema de audio respuestas que permita verificar en segundos la información del solicitante. La idea requiere crear una especie de lista de operadores autorizados para expedir facturas de compra. 

Estos compradores registrados, a través del manejo de pólizas de seguros, podrían recibir anticipos del subsidio estatal para que ellos giren el dinero a los cafeteros al entregar la carga. Sería algo similar a la forma como funciona hoy el contrato de protección de precios de la propia Federación.

Mientras se afinan los procedimientos y los controles, otra inquietud angustia a los responsables. Aunque la semana pasada el Ministerio de Agricultura anunció haber transferido al Fondo Nacional del Café 150.000 millones de pesos para el programa, la plata se está agotando. La Federación ha desembolsado ya 116.000 millones de pesos con recursos del Fondo Nacional del Café para cubrir esta primera etapa mientras llegaba el giro del gobierno.

Es decir, queda un remanente muy reducido para seguir pagando el auxilio. Están a la espera de un proyecto de ley que debe presentar el Ministerio de Hacienda al Congreso para traslados presupuestales, que permita completar los giros a los que se comprometió el gobierno con los caficultores del paro. 

Lo cierto es que este es un esfuerzo muy grande del gobierno que debe servir a los cafeteros para paliar esta difícil coyuntura y no a los avivatos que como dice el ministro de Agricultura, quieren pescar en aguas revueltas.