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LOS COLETAZOS

El caso Aldana demuestra que, después de 5 años, la crisis financiera sigue dando coletazos.

28 de diciembre de 1987


La sorpresa que causó la renuncia intempestiva de Eduardo Aldana a la posibilidad de ser alcalde de Bogotá, el segundo hombre con más poder en el país después del Presidente, dejó a todos desarmados. Las especulaciones no se hicieron esperar y muchos atribuyeron el hecho a un posible triunfo del bloque disidente del famoso "Pacto Sagasa". Pero no. El mismo ex candidato advirtió que sus vinculaciones a la junta directiva del Banco de Colombia en la época de Jaime Michelsen Uribe, lo volvían un blanco para sus enemigos en una campaña electoral.

Sin más ni menos, se trata de los "coletazos" de la crisis financiera, que sigue cobrando víctimas y aparenta con enredar a otros más. Aunque a mediados de 1982 el colapso de varias entidades financieras y la sicosis que creó, ya había afectado a cerca de 80 mil ahorradores, en los últimos cinco años ha provocado la "caída" de buenos prospectos a la administración pública. SEMANA hace un recuento de personas relacionadas con la administración pública que, en una u otra forma, fueron involucradas en ese torbellino.

Uno de los casos más recordados de "víctimas" de la crisis financiera es el de Carlos Zambrano Ulloa. El presidente Betancur lo designó como gobernador del Cauca, pero la prensa le recordó que el "fracasado" jefe departamental había participado en las operaciones del Banco del Estado, (préstamos a ganaderos fantasmas) que llevaron a la nacionalización de la entidad. Renunció . El más reciente caso fue el de Jaime Lopera Gutiérrez, designado ministro de Trabajo por el presidente Barco. En agosto de 1984 fue sancionado por la Superintendencia Bancaria con multa de $500 mil, por "negligencia" al desempeñarse en la junta directiva de la compañía de financiamiento comercial Inversiones Antioquia, del desaparecido Grupo Oro. La entidad concentró sus inversiones en bienes raíces y presentaba un atraso contable apreciable. El día de su posesión dimitió.

El "regaño" adherido a las sanciones de la Superintendencia Bancaria, es casi siempre el mismo. Los directivos de entidades financieras deben "administrar" los asuntos de la institución, ejerciendo con solicitud y esmero las atribuciones que les otorgan los estatutos y la ley. Son los garantes frente a un bien jurídico, debiendo velar por la integridad de los derechos patrimoniales de los depositantes, ahorradores y acreedores en general.

Otros casos...

Hace algunos meses circuló la versión del nombramiento del ex banquero Jorge Mejía Salazar como nuevo embajador de Colombia en Washington. Se afirma que esa designación se truncó por la multa de $ 500 mil que le impuso la Superbancaria debido a la "concentración excesiva e imprudente de crédito" que, como presidente del Banco de Bogotá, aceptó para Inversiones Samper. La cementera y sus filiales recibieron más de $ 8 mil millones del establecimiento bancario, y la superintendencia encontró eso reprobable.

Pero así como hay hechos conocidos, hay otros hasta ahora desconocidos. El concejal galanista y precandidato a la Alcaldía de Bogotá, Germán Lozano Enciso, fue sancionado por la Comisión Nacional de Valores por actuar como "prestanombre" u "hombre de paja", en otras palabras, por servir de testaferro en las manipulaciones por el control del Banco de Bogotá en 1981. El ex presidente de la Comisión de Presupuesto del Concejo, cuando se desempeñaba como gerente de Inmobiliaria de Seguros y al mismo tiempo gerente de Planeación de Seguros Bolívar, prestó su nombre como comprador de acciones del Banco de Bogotá por fuera de bolsa y a sobreprecio, con el fin de que el grupo Sarmiento Angulo no le quitara el control al Bolívar en la entidad.

Pocos saben también que Rafael Forero Fetecua, liberal oficialista, fue multado por la Superbancaria con $ 800 mil por ofrecer vivienda en predios de su Ciudadela Sucre, situada en las afueras de Bogotá y sin servicios. La sanción fustiga un aviso de prensa del concejal, en el que en plena campaña electoral, anunciaba movilización de personas sin recursos a vivir en un sitio en donde construyó sin estar autorizado como tal.

Pero sin lugar a dudas, uno de los que se salvó "por una cabeza" como se dice en la hípica, es el candidato del conservatismo Andrés Pastrana Arango, sancionado por la Superintendencia Bancaria por sus actuaciones al frente de la compañía de financiamiento comercial Promoviendo, hoy en liquidación. La autoridad le impuso una multa por $ 500 mil en 1985, pero la revocó este año. El problema tuvo que ver con la adquisición por parte de Promoviendo, del 48 por ciento del Banco Mercantil en 1981. Los accionistas de la compañía, entre otros, Promúsica y Distro-musical, recibieron créditos para la adquisición del banco, en tal magnitud, que la entidad cesó pagos al público y fue intervenida. Pastrana fue sancionado, pero la sanción fue revocada con el argumento de que se había retirado de Promoviendo dos días antes del negocio.

Los que quedan...

En lo que se refiere a los funcionarios en ejercicio, el director de la Aerocivil, Yezid Castaño González, fue sancionado por la Superbancaria a principios de este año por sus actuaciones al frente de la Corporación Financiera del Tolima. Como miembro de la junta directiva de la entidad aprobó un crédito para la Asociación Tolimense de Suboficiales de las Fuerzas Militares en Retiro, Atolsure, el que fue dirigido a terminar la construcción de dos bloques multifamiliares. Los préstamos para construir sólo puede darlos el sistema UPAC. Su "irregularidad" como dice la sanción, le valió $ 50 mil de multa.

Tampoco se escapan los dirigentes gremiales. El actual presidente de la Asociación Nacional de Exportadores, Analdex, Fernando Barberi Gómez, fue castigado por la Superibancaria con $150 mil por sus actuaciones al frente de la gerencia de la Bolsa Nacional Agropecuaria en el primer semestre de 1983, cuando hubo "violación de múltiples normas que regulan la actividad de esta bolsa".

Tras 5 años de la crisis financiera sus repercusiones siguen vigentes. Después de una década en la que imperó la ley de la selva en el sector Financiero se vino el boomerang. En el camino de regreso se han cometido excesos. El hecho es que justa, y a veces injustamente han truncado prometedoras carreras en el servicio público.

¿Será Aldana el último?--