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Los enanitos verdes

El desplome del dólar seguirá prolongándose durante el primer semestre del año.

12 de enero de 2003

Las alarmas por la caída del dólar no paran de sonar. La semana pasada el precio de la divisa estadounidense siguió en picada, ubicándose alrededor de los 2.760 pesos por dólar, uno de sus niveles más bajos en los últimos 14 meses. Ni siquiera los 300 millones de dólares que compró el Banco de la República en el último mes y medio sirvieron para contener la caída de los billetes verdes. Pese a que la continua baja del dólar sorprendió a muchos, para otros la caída era previsible. La revaluación del peso estaba cantada. En primer lugar hay que decir que el dólar está perdiendo terreno a escala mundial. Durante 2003 casi todas las monedas ganaron valor frente al dólar. El peso colombiano se revaluó un 3 por ciento; el euro, 25; el real brasileño, 20; el peso chileno, 15 y el peso argentino, 26 por ciento. Esto obedece a la decisión deliberada del gobierno de Estados Unidos de mantener un dólar débil para aumentar la competitividad de sus exportaciones y corregir el enorme déficit comercial (exportaciones menos importaciones). A esto se suma el hecho de que en Estados Unidos las tasas de interés están en el nivel más bajo de los últimos 45 años, por cuanto las inversiones en ese país ya no son tan atractivas como antes. Los inversionistas extranjeros han empezado a mandar sus dólares hacia países emergentes como Colombia en busca de mejores rendimientos. Mientras que en Estados Unidos se paga uno por ciento anual de interés, en Colombia se paga casi el 8 por ciento. Por su parte, los inversionistas locales, como bancos y fondos de pensiones, están vendiendo sus posiciones en dólares para meter la plata en otro tipo de alternativas más rentables, como los títulos de deuda interna que emite el gobierno colombiano (TES). La caída del dólar les abrió el apetito por los TES a los inversionistas, que han salido a comprar estos papeles a manos llenas, con lo que han provocado una fuerte caída de las tasas de interés que pagan estos títulos. En segundo lugar, no hay que perder de vista que el peso sigue estando devaluado. Si bien el dólar cerró el año pasado valiendo 86 pesos menos que cuando empezó 2003, el índice de la tasa de cambio real continúa en niveles históricamente altos. En castellano esto quiere decir que la tasa de cambio sigue siendo competitiva para los exportadores colombianos. Lo único que podría inclinar la balanza hacia el otro lado, dicen algunos analistas, es que el Banco de la República inicie un agresivo plan para comprar dólares con el fin de limitar la oferta de divisas y con ello, las presiones revaluacionistas. Ya empezó a hacerlo. El viernes pasado la junta directiva del República anunció que esta semana comprará 200 millones de dólares. La otra posibilidad es que el gobierno decida aprovechar la favorabilidad de la tasa de cambio para comprar dólares y pagar sus obligaciones en moneda extranjera. Sólo así se lograrían cambiar las expectativas de quienes creen que el dólar seguirá bajando, con lo que eventualmente bajaría el volumen de las alarmas. Aunque firmas como Suvalor esperan que la Reserva Federal de Estados Unidos aumente las tasas de interés en ese país -lo que volvería un poco más atractivas las inversiones en Estados Unidos y estimularía la salida de capitales-, los vientos siguen estando a favor de la revaluación. A juicio de los expertos, el peso seguirá ganando terreno frente al billete verde, por lo menos hasta junio de este año.