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ADUANA El puerto de Buenaventura afronta graves problemas logísticos y sociales.

RETOS

Los grandes desafíos

La Aduana, el ICA y el Invima serán en gran parte responsables de la buena marcha del TLC. Hay gran preocupación porque a estas entidades las cogió la noche para adecuarse. Los problemas con Canadá son un campanazo de alerta.

12 de mayo de 2012

Desde el momento en que se cerraron las negociaciones del TLC entre Colombia y Estados Unidos, hace seis años, se encendieron las alarmas por los cuellos de botella que se podrían presentar si no se modernizaban tres entidades encargadas de facilitar el comercio exterior: la Aduana, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

Pasó el tiempo y no se ha avanzado mucho. Según los empresarios, se perdió un tiempo valioso para emprender su modernización y ahora, cuando ya está encima el TLC, todo el mundo está corriendo bases. Como lo dice el presidente de Analdex, Javier Díaz, “nos cogió la noche. Las aduanas deben modernizarse y facilitar el comercio en lugar de reprimirlo, tienen que agilizar los trámites, estar interconectadas y utilizar tecnologías adecuadas para inspeccionar los contenedores”. El temor es que pase lo mismo que con el TLC con Canadá, en el que se incumplieron los cupos o contingentes de importación porque las entidades correspondientes no estaban preparadas.

El mayor problema es la demora para tramitar tanto una exportación como una importación, que puede tardar hasta 12 días, cuando no deberían ser más de dos. “Hay que avanzar en un servicio siete días de la semana, las 24 horas del día”. Al presidente de Inexmoda, Carlos Botero, le parece inconcebible que un contenedor que llega a una aduana un viernes a las cinco de la tarde tenga que pagar bodegaje el fin de semana porque solo vuelven a atender el lunes siguiente. Le preocupa que no estén funcionando escáneres para revisar la mercancía y que todavía se utilicen chuzos, que en muchos casos dañan las telas. Miguel Espinosa, presidente de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos y de Comercio Internacional (Fitac), dice que es muy grave que a estas alturas las aduanas no estén interconectadas para controlar las cuotas de importación para carne, pollo o cereales, lo que dificultará establecer cuánto entró por cada una de ellas. Pero, además, señala que aún no se conoce el nuevo estatuto aduanero ni las normas de implementación del acuerdo. La situación no es igual en todas las aduanas y puertos.

Sin embargo, el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, afirma que se vienen haciendo cambios, pero que solo se verán a partir de octubre. A pesar de lo anterior, asegura que desde el 15 de este mes las aduanas van a estar funcionando y cumpliendo con todas las obligaciones del TLC.

El sector privado también cuestiona la demora en modernizar el ICA y el Invima. La primera expide las normas sanitarias y fitosanitarias, mientras que la segunda controla y vigila la calidad y seguridad de los productos farmacéuticos y alimenticios. Las dos entidades tendrán que fortalecer los procesos de inspección y certificación en los puertos, aeropuertos y pasos de frontera para evitar la entrada de productos que no cumplan las normas sanitarias.

Para Sergio Clavijo, director de Anif, una de las tareas más urgentes, y sobre la cual poco se elabora, tiene que ver con la modernización y la sincronización de las tareas de la Dian, el ICA, el Invima y la Policía Antinarcóticos. “El comercio exterior sufre entonces no solo por la carencia de infraestructura vial, sino que estos cuellos de botella en logística están siendo igualmente gravosos”. Analdex ha estimado que el atraso en estos frentes viene representando sobrecostos del 20 por ciento.

El viceministro de Agricultura, Ricardo Sánchez, sostiene que el ICA es tan solo uno de los jugadores importantes y que el gobierno viene trabajando en su fortalecimiento institucional, pensando no solo en el TLC con los Estados Unidos, sino en todos los acuerdos comerciales. Afirma que este será un trabajo conjunto con los ministerios de Comercio y de Salud, que debe estar apoyado por el sector privado. La directora del Invima, Elvira Cajigas, señala, por su parte, que se está terminando la reestructuración de la entidad para adecuarse a las nuevas exigencias del TLC, lo que implica un aumento en la planta de personal y en la modernización de los laboratorios.

Con el despegue del TLC estas entidades no tendrán más tiempo qué perder y si no se ponen a tono con los nuevos retos, el país les pasará la cuenta de cobro.