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LOS PAGANINIS

Los cuatro grupos económicos más grandes del país correrán con buena parte del costo del ajuste económico.

12 de octubre de 1998

Desde que el gobierno anuncio su paquete de medidas de ajuste fiscal y cambiario hace dos semanas los medios, los comentaristas e incluso muchos colombianos comunes y corrientes han especulado sobre cómo afectarán éstas a los principales grupos económicos del país. Algunos observadores escépticos y críticos del gobierno han sostenido que, como siempre, el ajuste lo pagarán los consumidores, especialmente los más humildes. Otros han denunciado lo que perciben como favoritismo con aquellos conglomerados que apoyaron la campaña de Pastrana _léase Organización Ardila Lülle_ y revanchismo político hacia los que, como el Grupo Empresarial Bavaria, financiaron a su opositor. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál será la versión final de la reforma tributaria, la verdad es que el costo para los grupos será significativo y que si se miran con detenimiento las medidas las acusaciones de que perjudican a unos y benefician a otros son infundadas.
A diferencia de la reforma fiscal, que sigue en el tintero, el ajuste cambiario ya es una realidad. La devaluación, como toda medida de ajuste, tiene un costo, y así como beneficia a unos castiga a otros. En general, en este frente los cuatro mayores grupos del país salen perjudicados, aunque la magnitud del efecto varía dependiendo de los sectores en los que cada uno participa y la composición de sus activos y pasivos. Los cuatro grandes están bastante endeudados en dólares y, a diferencia de los cafeteros o los floricultores, están principalmente enfocados en el mercado interno. Además, gran parte de sus activos están en Colombia. Por lo tanto, la caída en el valor del peso los empobrece.
La más inmediata, y quizá más importante consecuencia de la devaluación sobre los balances de los grupos, es el encarecimiento de su deuda externa. Durante la mayor parte de la década de los 90 muchas empresas colombianas aprovecharon las bajas tasas de interés en el exterior y la tendencia revaluacionista del peso para financiar nuevas inversiones con deuda en dólares en condiciones muy favorables. Como el acceso a los mercados internacionales está restringido a las grandes compañías, el endeudamiento del sector privado nacional está altamente concentrado. Del total de deuda externa privada, que supera los 15.000 millones de dólares, Santo Domingo, Ardila y Sarmiento representan el 13 por ciento (No fue posible conseguir cifras para el Sindicato Antioqueño).
A primera vista el que sale peor librado en este aspecto es el Grupo Empresarial Bavaria, cuya deuda externa supera los 900 millones de dólares, seguido por la Organización Ardila, con cerca de 700 millones de dólares y la Organización Sarmiento con aproximadamente 320 millones de dólares. Un aumento del 9 por ciento en el valor del dólar, que es el máximo contemplado por la nueva banda, generaría pérdidas contables en estos grupos por aproximadamente 115.000 millones de pesos, 90.000 millones de pesos y 40.000 millones de pesos, respectivamente.
Sin embargo sobre estas cifras hay que hacer algunas salvedades. Desde el punto de vista de la deuda como tal, como las amortizaciones están distribuidas en el tiempo, el impacto sobre el flujo de caja en el corto plazo no es tan grande como el efecto contable. Además, como los gastos financieros son deducibles de impuestos, una parte significativa del incremento en los pagos de intereses _al menos en teoría un 35 por ciento que es la tasa del impuesto a la renta_ lo absorbe el gobierno.
Por otra parte, los grupos están en alguna medida cubiertos contra la devaluación. A excepción de Sarmiento, todos tienen ingresos significativos en dólares y son exportadores netos. En 1997 las exportaciones del Grupo Bavaria superaron los 450 millones de dólares, las del Sindicato Antioqueño fueron cercanas a los 300 millones de dólares y las de Ardila sobrepasaron los 175 millones de dólares. Además cuentan con activos en el extranjero que les ayudan a amortiguar parte de la pérdida, pues su valor en pesos aumenta con la devaluación. En este aspecto el Grupo Bavaria, al ser el más internacional, tiene probablemente el mayor nivel de cubrimiento.
A pesar de estos atenuantes, y aunque no se sabe a ciencia cierta qué tan cubiertos estaban los grupos frente a la posibilidad de una devaluación, dado el tamaño de sus obligaciones externas y que la gran mayoría de su patrimonio y flujo de caja es en pesos, el hecho es que al menos frente a sus colegas multimillonarios de Forbes los 'cacaos' colombianos se empobrecieron con la devaluación.

Grandes contribuyentes
Entre las medidas propuestas por el gobierno en el proyecto de reforma tributaria hay básicamente dos que afectan de manera significativa a los grupos. La primera es la ampliación del universo del IVA y la segunda es la suscripción obligatoria de Bonos de Solidaridad y Paz. En cuanto al IVA se refiere, es una falacia pensar que este impuesto lo pagan exclusivamente los consumidores. Cuando se le pone IVA a un producto el precio de éste tiende a subir, pero lo que efectivamente recauda quien lo vende tiende a bajar (la diferencia se la queda el gobierno). Además el aumento en el precio deprime la demanda, afectando los volúmenes de venta. Entre más competitivo sea el mercado del producto y más sensible sea su consumo al precio, más grande será el costo para los productores.
Entre los productos a los que se les va a imponer IVA el que más incide sobre los resultados de los grupos es probablemente la publicidad. A la Organización Ardila y a Bavaria los golpea por punta y punta. Los ingresos de sus compañías de medios radiales, televisivos y escritos se verán afectados. Además, siendo grandes anunciantes, el tiempo de pauta que podrán comprar con una cantidad fija de pesos tenderá a disminuir. Este segundo efecto también lo sentirán la Organización Sarmiento y el Sindicato Antioqueño.
Aparte de la publicidad, el cambio en el impuesto a la cerveza también afecta a Santo Domingo y a Ardila. El hecho de que se incluyan el envase, la tapa y la marquilla de la cerveza en la base para calcular el impuesto lo tendrán que absorber a través de una disminución en su rentabilidad o con un aumento de precios que puede deprimir el consumo y a su vez las ventas. Aunque el impacto de esta medida puede ser mayor sobre Bavaria en términos absolutos, es posible incluso que, dado su menor tamaño, su impacto en términos relativos sobre la rentabilidad de Leona sea mayor. (Muchos medios han argumentado que por motivos políticos se le está dando un tratamiento preferencial a la gaseosa frente a la cerveza. Sobre esto hay que hacer unas aclaraciones. La primera es que Bavaria también produce gaseosas, aunque en menor medida que el Grupo Postobón. Y la segunda, que para calcular la base del IVA de la gaseosa ya se incluyen el envase, la tapa y la marquilla.)
Hay otros productos de los grupos que llevarán IVA si pasa la reforma tal y como está planteada. El IVA a los tiquetes aéreos nacionales (los internacionales ya lo tienen) afectará a Avianca, empresa del Grupo Bavaria; el IVA a los jugos incidirá en los resultados de Postobón y Bavaria y el de los embutidos perjudicará a Zenú, compañía vinculada al Sindicato Antioqueño. Sin embargo, quizá con la excepción de los tiquetes, los efectos de estos tributos parecerían ser relativamente marginales en los negocios de los conglomerados. El grupo al que menos lo afectan las modificaciones propuestas en este campo es a la Organización Sarmiento, cuyos productos y servicios principales ya están gravados.

La mano al dril
De acuerdo con Fanny Kertzman, directora de la Dian, la ampliación del IVA aumentará los ingresos del Estado en 1,2 billones de pesos, la misma cantidad que se recaudará entre 1999 y 2000 por concepto de los Bonos de Solidaridad y Paz. "Sin embargo, dice Kertzman, el aumento del IVA lo pagarán 37 millones de colombianos, mientras que los bonos los suscribirán solo 250.000 personas". Como es apenas evidente, los grandes grupos del país cargarán con buena parte de este costo. Bajo la propuesta del gobierno, individuos con patrimonios superiores a 178 millones de pesos a diciembre 31 de 1997 y personas jurídicas tendrán que suscribir durante dos años bonos por un valor igual al 0,4 por ciento de su patrimonio al cierre del año inmediatamente anterior. Estos papeles tendrán un rendimiento igual al 80 por ciento de la inflación y un vencimiento de cinco años.
Si se toma el patrimonio total de los cuatro grupos más grandes del país a fines del año pasado _aproximadamente 38 billones de pesos_ y se ajusta por la inflación de este año y el siguiente _18 y 15 por ciento, por ejemplo_ según la metodología planteada en el proyecto, se obtiene que entre 1999 y 2000 los cuatro grupos más grandes del país tendrán que suscribir bonos por un total de 385.000 millones de pesos, es decir, más de un 30 por ciento del presupuesto total de recaudos por este concepto. De este monto, al Sindicato Antioqueño le corresponderían aproximadamente 145.000 millones, al Grupo Empresarial Bavaria cerca de 130.000 millones, a la Organización Ardila Lülle 75.000 millones y a la Organización Sarmiento 35.000 millones.
No obstante, el costo real para los grupos será menor pues los bonos tienen un rendimiento _por mediocre que éste sea_ y serán redimidos a su valor nominal al momento de su vencimiento. Si se le saca el valor presente a estos bonos, suponiendo una tasa de descuento real del 10 por ciento, el costo para los grupos sería aproximadamente un 35 por ciento del valor de los bonos suscritos, es decir, 135.000 millones de pesos.
Como se puede ver, y contrario a lo que muchos han pensado, a los cuatro grandes grupos del país les corresponderá una parte sustancial del ajuste fiscal y del financiamiento de la paz. Esto es apenas justo si se tiene en cuenta que no solo tienen los medios suficientes sino que además serían grandes beneficiarios de una Colombia en paz y con una economía en crecimiento. Para parafrasear a un legendario ejecutivo norteamericano, quien alguna vez dijo "lo que es bueno para la General Motors es bueno para Estados Unidos', hoy en Colombia se puede decir que "lo que es bueno para el país es bueno para los 'cacaos"
Las pérdidas por devaluación de los tres 'cacaos' podrían alcanzar los 245.000 millones de pesos