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LOS TROPIEZOS DE UN GIGANTE

¿ Como disciplinar nuestro sistema financiero?

2 de agosto de 1982

La crisis del Grupo Colombia, desencadenada por la intervención oficial de dos de sus más importantes empresas, La Compañía de Financiamiento Comercial Furatena el Banco Nacional, ha revivido el temor de que Colombia se encuentre a las puertas de lo que algunos expertos denominan una "argentinización" de su sistema financiero.
La palabra "argentinización" tiene su origen en la situación vivida entre 1977 y 1980 en Argentina. país en el cual se presentó una serie de quiebras de algunas de las más importantes entidades de intermediación financiera, causada, entre otras cosas, por el desarreglo institucional del sector y por la generalización de una serie de prácticas que el director de Fedesarrollo. Carlos Caballero, calificó recientémente de "aventurerismo financiera".
El temor de que en Colombia se pueda presentar una situación similar procede, según los entendidos, de la presencia de los dos factores mencionados en el sistema financiero colombiano.

RAPIDO CRECIMIENTO
El sector financiero ha registrado un crecimiento bastante acelerado en nuestro país en los últimos veinte años, particularmente a partir de la década del setenta, cuando el enfasis dado al sistema de ahorro y vivienda, en el Plan de Las Cuatro Estrategias, otorgo al sector el papel líder en los programas destinados a impulsar el crecimiento económico nacional. Papel que le fue ratificado en la Reforma Financiera de 1974, inspirada en el planteamiento de que para lograr un rápido crecimiento de la producción era indispensable captar grandes volúmenes de ahorro, los cuales podrían ser conseguidos mediante una modificación en el sistema de tasas de interés. permitiendo el crecimiento de estas a niveles de rentabilidad real y atractiva .
En forma simultanea con el crecimiento del sector a que tales planteamientos condujeron (los activos totales se multiplicaron por 69 entre 1960 y 1980) se dio una gran diversificación institucional, manifiesta en el surgimiento de intermediarios especializados: Corporaciones Financieras; Compañías de Capitálización; Arrendadoras Financieras; Compañías de Financiamiento Comercial.
Esta diversificación y crecimiento del sector no encontraron, sin embargo, una respuesta adecuada desde el punto de vista jurídico. En la Asamblea de ANIF del año pasado, el Presidente del Banco de Colombia resumía así la situación: "Al no obtener una respuesta jurídica en desarrollos legales integrales, la diversificación a golpes a sector del sector llevó la situación que hoy vivimos de un conjunto irregular de intermediarios financieros compitiendo entre sí, duplicado sus áreas de actividad y concentrando peligrosamente los riesgos de sus operaciones en pocas manos".
En la misma reunión, el Superintendente Bancario manifestaba que "el sistema financiero colombiano actual requiere de una nueva estructura normativa, acorde con, su propia evolución y que comtemple como elemento esencial la institucionalización del Grupo Financiero como tal y de unos modernos mecanismos. de control fundamental dirigidos a los asuntos contables que, como vasos comunicantes reglados, permitan una visualización de orden general de lo que hasta el momento confluye simplemente como una apariencia. El Grupo Financiero es una realidad. Todos lo vemos. El derecho campo abierto y sensible como el que más a los cambios y a la brusca mutación de lo economico nacional y a la innovaciones tecnológicas, debe acogerlo y reglamentario".

SIMPLES ANEXOS
Desafortunadamente, en opinión de los propios representantes del sector, es poco lo que se ha hecho por modificar la legislación en tal sentido, por lo cual la evolución acelerada de aquel ha tendido a rebasar las normas. En la mayoría de los casos se responde al surgimiento de los nuevos intermediarios con normas y decretos que se anexan a las disposiciones de la Ley 45 de 1923, con lo cual la legislación se ajusta a posteriori a las cambiantes circunstancias del sistema financiero. Y es en esta inadecuada reglamentación donde los analistas encuentran el origen de una serie de prácticas irregulares que lo único que consiguen, finalmente, es desprestigiar al sector.
Existe consenso entre los observadores, por ejemplo, en torno a la falta de ortodoxia en las prácticas llevadas a cabo por la Financiera Furatena, las que motivaron su intervención. Primero, el pago de intereses superiores a los prevalecientes en el mercado con el fin de incrementar las captaciones. Despues, el uso de los recursos captados para el fortalecimiento y ampliación del propio grupo, mediante la concentración de los créditos en manos de sus propios accionistas.
No obstante, Félix Correa, cabeza visible del Grupo, sostiene que tales prácticas no presentan ninguna irregularidad y que, por el contrario, con ellas se estaba contribuyendo a solucionar parcialmente las necesidades del país en cuanto al aumento de la producción y la generación de empleo. En lo cual coincidieron algunos expertos que criticaron al gobierno por haber aprobado el funcionamiento de las compañías de autofinanciamiento comercial simultáneamente a la intervención de Furatena.
Lo grave de todo esto, según los observadores, es que, debido a la identificación que el público ha hecho de las empresas que corresponden a un determinado Grupo Financiero, la crisis en una de ellas tiene un efecto de cadena sobre todas las demás. Y si bien, como lo afirmaba Morris Ordóñez en la ocasión citada. "las responsabilidades del superintendente Bancario son menos difíciles cuando los problemas de solidez y liquidez de las entidades que controla pueden ser superados gracias a la curatela mutua que se brindan las esperanzas financieras aun informalmente asociados", esa misma asociación conlleva el riesgo de afectar a todo el grupo cuando se actúa sobre una sola de sus componentes, sin que sea suficiente el respaldo de las demás entidades, como se demostró en el caso del Banco Nacional.

LA PERDIDA DE CONFIANZA
Los clientes del Banco Nacional, tan pronto tuvieron noticia de la intervencion de Furatena, corrieron a sacar sus depósitos de la institución bancaria. Esta fue sorprendida en un momento de iliquidez que le obligó a cerrar sus puertas, ante la imposibilidad de responder a sus cuentahabientes por sus depósitos a la vista que superaban los 5.500 millones de pesos. El cierre fue tomado como causal de intervención del propio Banco, lo que complicó más las cosas. Y cuando se esperaba un arreglo con base en un crédito de 8.000 millones solicitado por el Banco Nacional al Emisor, éste se negó a concederlo, en lo que los analistas consideraron un puntillazo fatal para el Grupo Colombia.
Al cierre de esta revista se continuaban discutiendo algunas fórmulas de arreglo. Sin embargo, los expertos consideraban que, aun solucionándose la situación de iliquidez del Banco Nacional, la entidad tendría serias dificultades para recuperar la confianza de sus depositantes. Y dado que el Banco constituve el eje en torno al cual gira todo el Grupo, lo más seguro es que las demas empresas también se veran seriamente afectadas. La negativa de la Superintendencia de Sociedades a aceptar una transacción de la empresa Fabricato mediante la cual la textilera compraba un edificio en Medellín, fue vista como una consecuencia de la crisis del grupo. Y si se tiene en cuenta que este tiene cerca de 60 empresas que generan 16.000 empleos directos, la magnitud del problema no es nada despreciable.
Ahora bien, el caso del Grupo Colombia no es así lo enfatizo la Junta Directiva del Banco de la República al negarse a conceder el préstamo al Banco Nacional, un caso generalizado en el sector financiero colombiano. Por ello resultaría apresurado hablar de una "argentinización". Pero sí constituye un timbre de alarma que, en opinion de calificados representantes del sector, coloca de nuevo en el tapete la discusión en torno a la necesidad de realizar una reforma que permita adecuar la legislación a las cambiantes necesidades del sistema financiero, de tal manera que se logre la profesionalización de los distintos intermediarios para que el sector no pierda la confianza que siempre le han tenido los ahorradores del país.

CAFE:UN ACUERDO APLAZADO
Para finales de agosto fue convocada una reunión de productores y consumidores de café, con el fin de fijar las bases para un nuevo pacto cafetero mundial que se discutirá en septiembre.
Las reuniones previas que se han venido celebrando en Londres en los últimos días, no parecen haber arrojado ningún resultado positivo.
El pacto en discusión. de ser aprobado, seria el tercer convenio internacional del café con participación de la mayoría de producrores y consumidores.Los anteriores fueron firmados en 1962 y 1976. Antes de 1962 se habian celebrado algunos acuerdos pero con participación exclusiva de lós productores, estabilizar los precios y lograr un equilibrio en el largo plazo entre la oferta y la demanda de café.
En 1962 se reunieron 36 países exportadores y 24 consumidores y firmaron un acuerdo con vigencia de cinco años, el cual fue renegociado, por igual lapso y con pocas modificaciones, a partir de 1968.
A partir de 1972 se produjo la llamada "Crisis de la diplomacia cafetera" y los países productores hicieron un pacto dirigido a manejar el mercado cafetero en forma unilateral y paralela al convenio de 1968. A comienzos de 1972 se creó el llamado Grupo de Bogotá, conformado por Brasil, Colombia, Costa de Marfil y Portugal países que producian cerca del 50 por ciento del total mundial. La experiencia de este periodo, sin embargo, demostró a los paises productores la inoperancia de los pactos exclusivos de productores.
En noviembre de 1975 se adelantaron conversaciones con miras a la firma de un nuevo pacto internacional, el cual entró en vigencia en el año 76. Paradójicamente, sin embargo, este pacto se firmó en una época en que todas las cifras y proyecciones indicaban que para los años siguientes habría escasez en el mercado cafetero cuando lo normal es que los convénios sobre productos primarios se organicen para manejar periodos de superproducción. El rápido incremento de los precios que se dio en los años siguientes hizo inoperante el pacto, hasta hace dos años cuando por primera vez se pudo aplicar debido a la recuperación de la producción brasilera,
Las nuevas circunstancias del mercado cafetero han propiciado la discusión en torno a un nuevo acuerdo. Pero los cambios que se han producido en los últimos años en cuanto a producción y participación en los mercados, explican que se haya aplazado hasta septiembre cualquier decisión sobre distribución de cuotas, al producirse un serio enfrentamiento entre Brasil y Colombia dentro de la OIE.