Home

Economía

Artículo

LUZ VERDE

Después de varios meses de discusión, la semana pasada quedó listo el nuevo Ministerio de Comercio Exterior.

4 de noviembre de 1991


EL JUEVES DE LA SEMANA PASADA, A LAS tres y media de la tarde, fueron llegando al Palacio de nariño ministros y altos funcionarios del Gobiemo para lo que a primera vista parecía una rutinaria reunión del Conpes. Pero en verdad era mucho más que eso. Se trataba de una cumbre a la cual habían sido citados todos los miembros del equipo económico y algunos otros funcionarios con un propósito específico:
definir de una vez por todas la estructura del nuevo Ministerio de Comercio Exterior.
El ministerio, como tal, había sido creado por una ley aprobada en la ùltima legislatura, pero estaba todavía pendiente que el Gobierno, en uso de las facultades extraordinarias que la misma ley le había otorgado, determinara la estructura y organización de la entidad. Tarea que no era nada fácil, pues implicaba pisar muchos callos y quitarles funciones a otras dependencias, lo que ante los ojos de los funcionarios que hasta ahora las tenían a su cargo significaba una pérdida de poder. Y para nadie es un misterio que a ningùn funcionario le gusta perder poder.
Para la realización de ese trabajo el Incomex contrató a un grupo de asesores, expertos en comercio exterior y en administración pùblica: Martín Gustavo Ibarra quien actuó como coordinador Antonio Urdinola, Edgar Moncayo, Ana Rita Cárdenas, Fernando Barberi y Ericina Mendoza. Y su tarea se dividió en tres etapas.
La primera tenía dos objetivos específicos. El primero buscaba recopilar y analizar la información sobre las entidades que en Colombia desarrollan funciones relacionadas con las importaciones y exportaciones de bienes, tecnología y servicios. El segundo consistía en estudiar las estructuras institucionales del comercio exterior en más de 30 países del mundo, para lo cual se visitaron embajadas, se realizaron entrevistas y se solicitó legislación de toda clase de países desde los más desarrollados hasta la de aquellos cuyas características fueran más similares a las colombianas. Como resultado de esta primera etapa se encontró que 52 entidades participaban en el manejo del comercio exterior colombiano, pero que no existía ninguna que ejerciera las funciones de cabeza coordinadora. Por ejemplo, en la determinación de la política general intervenían los Ministerios de Relaciones Exteriores, Hacienda, Desarrollo Económico, Agricultura y Obras Publicas, el Departamento Nacional de Planeación, el Incomex, el Banco de la Repùblica y la Federación Nacional de Cafeteros. En la formulación de la política particular del tema podían intervenir el Consejo Directivo de Comercio Exterior, el Consejo Nacional de Política Aduanera, la Junta Monetaria, el Consejo Nacional de Zonas Francas y la Comisión Mixta de Comercio Exterior.
Una lista igualmente interminable resultaba si se miraban cuáles eran las entidades encargadas de ejecutar la política de comercio exterior o las encargadas de ejercer el control. En resumen, cualquier organigrama que se hiciera de las entidades relacionadas con el sector, parecería más una compleja y enredada telarana que una estructura orgánica racional y el resultado fina era la ineficiencia en todos los trámite. de importación o exportación. La es tructura era definitivamente la de una economía proteccionista, donde la multiplicidad de entidades y de procedimientos terminaban convirtiéndose en arancetes administrativos cuyo ùnico logro era el de incrementar los costos de producción. Todo lo contrario de lo que sucedía en aquellas economías que en los ùltimos años habían desarrollado dinámicos programas de penetración en los mercados externo.
La segunda etapa consistió en la evaluación de los primeros trabajo del grupo asesor colombiano por parte de un equipo del International Trad. Centre ITC, que es una entidad adscrita a Naciones Unidas con sede e Ginebra, Suiza, y cuya principal función es la de prestar asesoría internacional en temas de comercio exterior.
La tercera etapa se inició en junio de este año y fue básicamente de con, certación. Se trataba de someter e proyecto a la consideración de un grupo interinstitucional coordinado por el viceministro de Desarrollo Económico y la directora del Incomex y conformado por los viceministros de Relaciones Exteriores, Hacienda y Agricultura y por el subjefe del Departamento Nacional de Planeación. Dicha concertación era necesaria porque el texto de la Ley de Comercio Exterior era fuente de conflictos potenciales, al trasladar muchas funciones de una entidad a otra Ordenaba, por ejemplo, que el nuevo ministerio asumiera las funciones asignadas en la actualidad al Incomex y al Ministerio de Desarrollo en lo relacionado con el comercio externo y las zonas francas, y le incorporaba las funciones y el personal de Direcciòn General de Aduanas y del Fondo Rotatorio de Aduanas. De otra parte, ordenaba definir las funciones de los agregados comerciales en el exterior y asignaba al Ministerio de Comercio Exterior la función de adelantar negociaciones sobre acuerdos comerciales y representar al país ante los organismos internacionales vinculados a estas materias, con lo cual se generaban eventuales conflictos de intereses con el Ministerio de Relaciones Exteriores. Como era lógico, las principales resistencias vinieron precisamente los Ministerios de Hacienda y Relacines Exteriores. El primero se oponía entregar el manejo de las Aduanas y el segundo no aceptaba perder el contrato de las negociaciones internacionales. Después de muchos ires y venires, realizaron algunos cambios al proyeto original, atendiendo las sugerencia de las diferentes entidades, pero principalmente las de Hacienda y la Cancillería. En relación con la Aduana, algunas de las funciones técnicas pasaron al ministerio, pero se mantuviero en Hacienda todas las relacionada con el recaudo de dineros y el ingreso egreso de mercancías del país. En materia de acuerdos internacionales, e Ministerio de Comercio Exterior gana mucha preponderancia, pero se acordó crear un comité donde participar funcionarios de Relaciones Exteriores. Finalmente, se decidió también mantener al Incomex como órgano ejecutor de las políticas trazadas por el nuevo ministerio. El proyecto, en realidad, es mucho más moderado de lo que se venía rumorando en los mentideros económicos. El ministerio se concibió como un instrumento más de una estructura global que comprendiò el Consejo Superior de Comercio Ex, terior que preside el propio Presidente de la Repùblica, el Banco de Comercio Exterior y las nuevas normas que reglamentan todo lo relacionado con zonas francas, servicios y transporte marítimo y regalías. Su estructura corresponde a las necesidades de una economía en apertura y su objetivo es dirigir, coordinar, ejecutar y vigilar la política de comercio exterior.
El Ministerio de Comercio Exterior contará con tres direcciones generales. La de programación, coordinación y política de comercio exterior, que a través de las subdirecciones de estudios sectoriales y de economía internacional será la encargada de realizar las investigaciones que permitirán formular unas políticas acordes con el entorno económico internacional y determinar el impacto que las decisiones del Consejo Superior de Comercia Exterior y del gobierno en general puedan tener sobre los diferentes sectores de la economía colombiana.
La segunda dirección es la de negociaciones, que a su vez tendrá dos subdirecciones: la de relaciones de integración y organismos multilaterales y la de relaciones bilaterales. Esta dirección tendrá a su cargo la negociación de todas las relaciones comerciales colombianas, tanto a nivel multilateral como bilateral. Algunos conocedores del tema consideran que a esta dirección se le debe dar la mayor importancia, con el fin de formar negociadores colombianos en los diferentes temas de interés para el país, puesto que, con excepción de los temas cafeteros. Colombia carece de expertos negociadores en otros sectores específicos de la economía. Y para contar con un grupo de negocladores calificados y garantizar unas asignaciones que permitan contratar y mantener ese grupo, será necesario utilizar las escalas superiores de remuneración existentes y la figura de la prima técnica que se estableció recientemente.
La tercera dirección del ministerio será la de desarrollo del comercio exterior, cuyas funciones se ejercerán por medio de dos subdirecciones: la de instrumentos de promoción y apoyo al comercio exterior y la de servicios y tecnología.
Además de las tres direcciones se contará inicialmente con el apoyo de tres oficinas en el exterior: una en Washington, otra en Bruselas y la tercera en Ginebra. Sin embargo, se podrán establecer oficinas en otras ciudades del mundo, cuando el Consejo Superior de Comercio Exterior lo considere conveniente. De otra parte, el ministerio tendrá como organismos adscritos o vinculados al Incomex, a las zonas francas pùblicas y al Banco de Comercio Exterior.
Con este nuevo esquema, el Gobierno piensa manejar la apertura. Y no deja de ser sintomático que sea el mismo Presidente de la Republica quien vaya a coordinar todo el proceso. De hecho, en todos los países donde se han presentado crecimientos subitos e importantes de las exportaciones en un período relativamente corto, es porque el jefe de Estado estaba liderando y coordinando el proceso directamente.
Pero en ùltimas, pase lo que pasare con el Ministerio de Comercio Exterior, su proyección futura va a depender del nivel técnico y la calificación del personal que se logre conseguir. Bajo el régimen de la nueva Constitución quedan tres foros que serán en adelante los ejes principales de la política económica: el Conpes, la junta directiva del Banco de la Repùblica y el Consejo Superior de Comercio Exterior. La secretaría del Conpes está a cargo del Departamento Nacional de Planeación, cuyo personal ha probado su capacidad técnica a través de los años, La junta directiva del Banco de la Republica cuenta con el apoyo técnico del propio Banco y del Ministerio de Hacienda. Y como quiera que la secretaría técnica del tercer órgano el Consejo Superior de Comercio Exteriorva a quedar a cargo del Ministerio, será muy importante que éste pueda contar con personal altamente calificado y respetado dentro de las esferas económicas para que su peso y su altura correspondan al vuelo que este gobierno aspira a darle y que su importancia no se vea marchitada en el futuro por el desgaste del desprestigio burocratico.