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MAS ESPIAS EUROPEOS

EL MAYOR ESCANDALO DE ESPIONAJE INDUSTRIAL DE LOS ULTIMOS TYIEMPOS ENFRENTA A GENERAL MOTORS Y VOLKSWAGEN. EL LIOAPENAS COMIENZA

6 de enero de 1997

Hace cuatro años Jose Ignacio López de Arriortúa era el niño mimado de General Motors _GM_, la compañía productora de automóviles más importante de Estados Unidos. A sus 52 años, el funcionario español se había convertido en el más prominente ejecutivo de compras de la compañía, tras revolucionar la manera como la firma adquiría sus insumos y reducía sustancialmente sus costos. Dos semanas atrás López apareció en el ojo de un huracán generado por las acusaciones de GM, según las cuales Volkswagen _VW_ habría hecho espionaje industrial aprovechando al funcionario ibérico.Todo empezó en febrero de 1993 cuando López recibió un ofrecimiento de Volkswagen, el mayor fabricante de autos de Europa, para trabajar como jefe de compras de insumos de la empresa. Después de algunos días de incertidumbre, el 10 de marzo siguiente sus superiores en GM vieron con pesar y resignación cómo su empleado estrella migraba hacia la firma alemana. Para rematar, varios ejecutivos europeos de menor rango siguieron a López en su éxodo hacia VW.Lo que nadie se imaginaba en ese momento es que dos meses más tarde la Policía alemana iniciaría una investigación contra López por las quejas de General Motors sobre el robo de documentos confidenciales de la empresa. En medio de las negativas de López ante esta acusación, algunos observadores señalaron que las quejas obedecían a que la empresa estaba respirando por la herida por haber perdido a su funcionario estrella. Cuatro cajas de cartónSin embargo, un mes más tarde las cosas habrían de tomar un rumbo impredecible tras las denuncias de Thomas Andersson, el nuevo compañero de apartamento de López en la ciudad alemana de Wiesbaden. Desde los primeros días de convivencia a Andersson le había parecido extraño que López tuviera en su habitación una máquina destructora de papel, pero sólo se decidió a llamar a la Policía el 21 de junio cuando encontró cuatro cajas con documentos confidenciales de GM en la sala del apartamento. Ante la escalada de la disputa, Volkswagen decidió respaldar a López advirtiendo su inocencia y señalando que algunos de los ejecutivos que salieron con él de GM sí llevaron consigo documentos, pero que ellos ya habían sido destruidos.Después de casi tres años de un verdadero ping pong de acusaciones y defensas entre las dos firmas, en marzo pasado General Motors decidió demandar formalmente a Volkswagen ante una Corte federal de Estados Unidos, argumentando que López y sus colegas habían robado documentos secretos. Pero las quejas de GM no paraban allí. Según la firma, López había creado un verdadero centro de procesamiento de información en una remota oficina de Volkswagen en Alemania, en la que habría instalado un computador central con 15 terminales para transferir información de los disquetes y documentos de GM a los computadores de la empresa alemana.La denuncia señalaba además el hallazgo de otras 20 cajas con documentos secretos que López habría enviado, en un avión propiedad de Volkswagen, de Detroit a España cuando dejó a GM. Según General Motors, una investigación interna entre sus empleados reveló que López habría adelantado una febril recolección de información confidencial usando a sus subalternos durante las semanas en las que estaba negociando su nuevo cargo en VW, en febrero de 1993.Los documentos y los disquetes confidenciales abarcarían desde información acerca de la estructura de compras de GM, pasando por fotografías de nuevos diseños de automóviles, hasta el estudio de factibilidad de la 'Planta X', una nueva fábrica que los directivos de la empresa pensaban construir. Toda esta información le habría significado a VW una reducción de costos de 500 millones de dólares, lo que le habría permitido recortar la ventaja que Opel, subsidiaria alemana de GM, ha tenido sobre ella en los últimos años.Empieza el desquiteTras semejante andanada de acusaciones, el golpe de gracia para López tuvo lugar hace dos semanas cuando un juez federal de la ciudad de Detroit le dio vía libre a la demanda de GM al permitirle recurrir a la Ley de Estafa para identificar los perjuicios que el episodio le habría causado. Esta decisión llevó a Volkswagen a inducir a López a renunciar a su cargo el 29 de noviembre pasado, con la esperanza de que de esa manera GM detuviera el proceso judicial. Sin embargo la empresa estadounidense quiere más. Un comunicado de prensa emitido por las directivas de GM en Detroit la semana pasada señala que "la renuncia de López fue dilatada innecesariamente durante tres años y constituye apenas un primer paso en el arreglo de la situación entre las dos empresas". De otra parte, un comunicado de Opel, emitido en Alemania, señala que "la renuncia de López no compensa los grandes daños que ha tenido la empresa en este episodio".Y es que General Motors quiere sacar una buena tajada del incidente ahora que tiene el garrote en sus manos. Según la revista alemana Stern, GM estaría pensando exigirle a Volkswagen una compensación de al menos 3.800 millones de dólares, así como una solicitud de disculpa de la empresa alemana por el incidente. Según la misma revista, un arreglo por las buenas con estas condiciones sería lo que más le convendría a VW, pues en caso de perder definitivamente la demanda bajo la Ley de Estafa tendría que pagar compensaciones por más de 12.000 millones de dólares. Los directivos de GM, por su lado, han preferido por el momento no avalar estas cifras. Según declaraciones dadas a Reuters por David Herman, director ejecutivo de Opel, "la cantidad justa será definida tras un detallado análisis de los hechos, incluyendo los resultados de la fase de descubrimiento de la demanda".Mientras GM decide su próxima jugada en esta partida, los observadores están sorprendidos por la actitud asumida por Volkswagen en todo el proceso. La empresa alemana no sólo respaldó a López durante tres años de disputas, sino que después de su renuncia ha adoptado posiciones claramente desafiantes. Por un lado, contra todos los pronósticos, la firma decidió nombrar como reemplazo de López a Francisco Javier García, antiguo ejecutivo de GM y quien abandonó la empresa en la desbandada de 1993. De otra parte, VW ha anunciado que seguirá pagando el sueldo de López hasta 1998 a pesar de su retiro de la compañía, lo que ha sido interpretado por los observadores como una clara muestra de que algo grande le debe la empresa alemana al español.Lo que está claro es que del enfrentamiento entre los mayores productores de autos de Estados Unidos y Europa habrá un seguro ganador: General Motors. Esta situación le ha caído como anillo al dedo a la empresa estadounidense, tras haber registrado una caída de 12 por ciento en sus ventas en Estados Unidos en el mes de noviembre. Del otro lado están los perdedores. Mientras López se enfrenta a una posible condena de cinco años en Alemania por los cargos de robo y fraude, los analistas apuestan a que GM le torcerá el brazo a VW cuanto sea necesario para sacarle la mayor compensación posible.