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Genaro Pérez lleva al frente de la cooperativa 35 años. Cree que al mundo le falta carne y le sobra leche, por eso su equipo está diversificando su portafolio de productos

Ganadería

Más que leche

Puesto 35. Colanta, una de las cooperativas lecheras más grandes del país, sigue abriendo mercado no sólo en productos lácteos sino en carnes y embutidos.

2 de mayo de 2009

La oficina de Genaro Pérez, gerente de Colanta desde hace 35 años, está invadida por las vacas. Las hay de todos los tamaños, colores y texturas. Hay vacas de cristal, de lana y de metal. Hay ceniceros y portalápices con cuernos y ubres. Hay cuadros con paisajes antioqueños repletos de ganado y es común que en una conversación cualquiera, Genaro invoque su afición por estos animales. Y es gracias a esa afición y al espíritu cooperativo que ha logrado posicionar a Colanta como la primera productora de leche en el ámbito nacional.

“Empecé con 20 pesos y hoy somos los primeros en el mercado”, dice el gerente de esta empresa que cuenta con 6.000 asociados. Y aunque la leche y productos como el queso y los yogures han sido los alimentos más conocidos de Colanta en los supermercados, desde los últimos años ha venido incursionando en el tema de la carne y los embutidos. Cuando se le pregunta a Genaro por qué tal diversificación y no mejor especializarse sólo en los productos lácteos, él contesta con una frase que bien podría ser su eslogan: “Al mundo le falta carne y le sobra leche”. Por eso se han invertido en los últimos meses 26.000 millones de pesos en construir un frigorífico en el municipio antioqueño de Santa Rosa de Osos y para el segundo semestre de este año espera terminar una planta de cárnicos que le permitirá a Colanta vender desde albóndigas hasta carne para hamburguesas.

Esto sin contar con las 17 carnicerías en Medellín, Bogotá y Barranquilla. Hay una cifra que demuestra el éxito de este nuevo horizonte que se propone la cooperativa: en el último año la venta de morcilla se ha incrementado un 180 por ciento. Es sólo un dato que explica no sólo la afición del gerente por las vacas sino del éxito empresarial de una de las cooperativas insignias de los antioqueños.