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ENTREVISTA

"Me siento orgulloso de mi vida en Avianca": Fabio Villegas

El presidente de Avianca se alista para dejar la compañía que dirigió durante 11 años. Reflexiones de uno de los empresarios más destacados del país.

28 de noviembre de 2015

Semana: Una cosa era Avianca cuando usted llegó, y otra, 11 años después. Háblenos de esa transformación…

Fabio Villegas: He tenido la suerte de participar, conjuntamente con todo un equipo, en lo que muchos reconocen como una de las transformaciones más importantes en la industria aérea en los últimos años. Una empresa que estaba prácticamente a punto de desaparecer, es hoy una compañía líder a nivel regional con una gran estabilidad financiera y acceso a los mercados de capitales; listada en las bolsas de Nueva York y de Colombia y con un futuro muy importante. Dimos el salto de una empresa local a una multinacional con presencia en toda América. A diferencia del pasado, cuando teníamos un recurso humano que prácticamente no veía futuro en la empresa, ni tenía sentido de pertenencia, hoy tenemos un grupo comprometido con los valores de la compañía y con el servicio. Pero, además, la Avianca de hoy goza del afecto y la lealtad de los clientes y países donde opera.

Semana: ¿Cómo es la Avianca de hoy, en términos de flota, rutas y pasajeros?

F.V.:
Es una empresa moderna, con una flota jet unificada, con una edad de alrededor de 5 años y con los últimos equipos en materia tecnológica. Estamos operando ya el Boeing 787 -el Dreamliner- que es tal vez la última generación de aviones a nivel mundial y que le da a Avianca el liderazgo en la región en esa materia. Tenemos más de 150 aviones y llegamos a más de 101 destinos. En cuanto a los pasajeros, hoy tenemos un grupo que quiere la marca y a la compañía y reconoce todo lo que ha ocurrido en los últimos años. Eso se puede ver en los más de 6,3 millones de miembros que tiene nuestro programa de viajeros frecuentes.

Semana: ¿Cómo se entiende que cuando el petróleo sube es pésimo para las aerolíneas, pero cuando baja, como hoy, tampoco están de fiesta?

F.V.:
El combustible representa cerca del 35 por ciento de los costos de operación de la industria, por lo tanto, una disminución es una buena noticia. El asunto es que acá juegan otros factores. La caída del petróleo en Colombia, por ejemplo, tuvo un impacto muy grande en toda la economía, lo que también se ha visto en buena parte de América Latina. La menor dinámica económica ha generado una disminución en la tasa de crecimiento del mercado. Ha habido exceso de sillas en esta región que antes era la que más crecía, después del Medio Oriente. El exceso de oferta se traduce en una disminución en las tarifas, como hemos visto en los últimos meses. La ventaja que tiene Avianca es que después de la fusión con Taca diversificamos los mercados y hoy tenemos presencia en Centroamérica, donde el mercado está creciendo más. También Perú, Chile y en Ecuador donde hay un mercado positivo. La diversificación no ha ayudado.

Semana: El dólar a 3.000 pesos es bueno para algunas empresas y malo para otras. ¿Cómo lo es para Avianca?

F.V.:
Desde la perspectiva de Avianca hay un impacto en el PyG razonable y controlable, en la medida en que buena parte de nuestros ingresos son en dólares. En esta industria, más o menos, la mitad de los costos son en dólares y la mitad en pesos. Por eso, existe la compensación. Yo diría que el impacto mayor de la devaluación lo recibe la demanda. Esto ha sido muy evidente en toda América Latina, donde se ha encarecido viajar al exterior, por lo tanto, ha habido menos crecimiento del mercado.

Semana: ¿Tiene alguna explicación de por qué la acción de Avianca, desde que salió al mercado, ha caído un 60 por ciento?


F.V.: Primero, déjeme decirle que me siento muy orgulloso de haber llevado a Avianca a las bolsas de Colombia y de Nueva York. Lo veo como un logro inmenso que nos ha abierto las posibilidades de acceder al mercado de capitales. Pero tengo que decir que tengo una frustración grandísima por el comportamiento del precio de la acción, porque estoy totalmente seguro que no refleja el valor de la compañía. Y no lo digo yo. Nosotros tenemos la mirada permanente de los analistas de la industria y todos coinciden en que la acción de Avianca debería estar en un periodo corto, prácticamente en el doble de lo que hoy es. Los fundamentales de la compañía son muy superiores a lo que refleja la acción.

Semana: ¿A qué atribuye esto?

F.V.:
La industria en general está siendo afectada por todo el entorno económico. Hay un cambio en el comportamiento de los mercados que se traduce en menores flujos a futuro, lo que afecta las acciones. En América Latina, todas las empresas listadas en la bolsa han visto caer sus acciones, unas un poco más que otras. Inversionistas que antes estaban en empresas de países emergentes han resuelto salir de ahí para ir a otros mercados.

Semana: La infraestructura aeroportuaria del país sigue siendo un tema crítico. ¿Cómo lo ve usted?

F.V.:
Dentro de los principales retos que enfrentan las compañías están las limitaciones de la infraestructura aérea. Cuando se lanzó el proyecto de renovación de El Dorado dije que era un gran avance, pero que no era suficiente. Mucha gente lo entendió mal, pero los años nos dieron la razón. Las cifras son evidentes. El aeropuerto de Bogotá fue diseñado para 15 millones de pasajeros y vamos en 25 o 26 millones. Tan solo mire que no hemos podido salir del Puente Aéreo. La capacidad de El Dorado debería ser, teóricamente, de un 40 o 50 por ciento más, en términos de aterrizaje. Debo reconocer que el gobierno ha entendido el problema. Se van a generar nuevas posiciones de contacto y parqueo. Está previsto que en el corto plazo se tengan seis u ocho posiciones adicionales, y en dos o tres años 15 más. Es decir, incrementos cercanos al 40 por ciento frente a lo que es hoy. Ahora bien, el problema no acaba en el terminal.

Semana: ¿Qué más dificultades hay?

F.V.:
El problema de la infraestructura aeroportuaria va más allá. También está en el manejo del espacio aéreo. El Dorado es un aeropuerto con dos pistas totalmente saturadas, con 30 operaciones por hora, como está diseñado, pero cuando hay fenómenos atmosféricos las operaciones se restringen a 20 o 24. Eso genera muchos trastornos. Los aeropuertos de Heathrow en Londres y el DF en México tienen dos pistas también y el volumen de operaciones es sustancialmente mayor. Lo positivo es que la Aeronáutica está trabajando para mejorar procesos y aprender de lo que hacen los demás.

Semana: ¿Cuándo saldrá Avianca del Puente Aéreo?

F.V.:
Cuando me preguntan eso, yo digo pues cuando tengamos para dónde ir. No queremos quedarnos en el Puente Aéreo. Tener la operación dividida genera grandes ineficiencias y sobrecostos. Quisiéramos tener la operación centralizada, pero no cabemos en El Dorado. De eso es consciente Opaín y el gobierno y en la medida en que El Dorado crezca estaremos analizando cuándo podemos movernos.

Semana: Usted ha estado en el sector público y en el privado. ¿Dónde se ha sentido más cómodo?

F.V.:
Me sentí completamente realizado como profesional cuando pasé por el sector público, particularmente cuando participe en el gobierno de César Gaviria. Y la verdad es que no me siento menos orgulloso de lo que he hecho en estos 11 años de mi vida en Avianca. Han sido enriquecedores desde el punto de vista personal. Ver el afecto y el cariño de la gente con la que he trabajado. Me siento muy gratificado al ver el logro más grande de haber recuperado la lealtad y el cariño de los viajeros hacia Avianca.

Semana: ¿Cuál fue el día más difícil en Avianca?

F.V.:
Cuando las operaciones se complican todo se vuelve difícil. En particular recuerdo cuando perdimos el control de la operación. Fue hace dos años, en un noviembre durante la ola invernal. El Dorado tuvo cierres consecutivos y la operación se salió de control. Teníamos aviones regados por todos lados sin poder llegar a Bogotá y en el Puente Aéreo había unas 1.200 personas esperando salir. No teníamos toda la capacidad de manejo por las circunstancias del aeropuerto. Por fortuna, en uno o dos días pudimos recuperar el control. Pero fue un momento muy estresante.

Semana: Ahora que le falta solo un mes en la compañía, ¿siente que se quita de encima un gran peso por el estrés que genera la industria aérea?

F.V.:
La verdad es que esta es una industria muy compleja. Requiere la vocación del médico. Yo le digo a la gente que tienen que tener en los genes el interés por el servicio. El sacrificio es muy grande. No le puede dar pereza irse al aeropuerto cuando está cerrado y hay que resolver las quejas de los pasajeros. Ir cuando todo funciona y todos los aviones salen a tiempo no es gracia. Y no me voy para tener una vida más tranquila. Lo que yo quiero es encontrar otros retos, otras actividades y creo que es el momento de hacerlo. Quiero otro tipo de opciones para lo cual creo que la experiencia que he tenido me sirve…

Semana: ¿Cómo va a ser su nuevo trabajo liderando el plebiscito sobre la paz?

F.V.:
Quisiera no hablar de eso todavía. Lo único que puedo decir es que voy a terminar trabajando más que ahora.

Semana: ¿Le quedaba tiempo para seguir a su Deportivo Pereira?

F.V.:
Claro que sí. Soy de los pocos hinchas fuertes del Pereira, eso fortalece el carácter. Tengo además la suerte de que mis dos hijos, aunque nacieron en Bogotá, son hinchas del Pereira y tengo dos nietos. Uno ya es hincha del Pereira. El segundo me ha costado más. Este año tenía toda la expectativa de que el Pereira pasara a la A y que el América no. Eso era suficiente para ganarme a mi nieto para las barras bravas del Pereira, pero la cosa se está complicando.