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El páramo de Santurbán es uno de los más importantes del país. Allí la población ha desarrollado la actividad minera desde siempre. El 90 por ciento de los habitantes vive de este trabajo.

MINERÍA

Momento de decisión

La explotación de oro en uno de los páramos más importantes de Colombia volvió a poner en primer plano el debate sobre cómo hacer compatibles la minería y el medio ambiente.

11 de diciembre de 2010

En el páramo de Santurbán (Santander) los colombianos tendrán que resolver el complejo dilema entre naturaleza y explotación minera, lo que va a marcar el futuro económico y ambiental del país.

En esta zona se encuentra ubicado un ecosistema sensible y de una enorme riqueza que está a punto de ser declarado parque natural. Pero allí también están enterradas unas reservas de 10 millones de onzas de oro, una de las más grandes en Latinoamérica, donde México y Chile lideran el ranking, con más de 90 millones de onzas de reservas en unos 23 proyectos mineros.

Las tensiones han empezado a crecer por este proyecto. La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDM) va a convertir la zona en un parque natural regional y está en consultas con todos los actores para definir el área del páramo. La CDM estima que el impacto de la explotación minera en la región no solo será ambiental, sino también social,por la eventual migración masiva hacia la zona del proyecto. Eso mismo piensan organizaciones ambientalistas, para las cuales la explotación de oro es incompatible en una zona con semejante riqueza natural y más porque implica usar elementos químicos como el cianuro, que es altamente contaminante.

Mientras que los ambientalistas no quieren que nadie toque ese santuario de la naturaleza, la empresa canadiense Greystar Resources ya tiene licencia para desarrollar su proyecto Angostura y ha encontrado que es viable económicamente.

El gobierno, los alcaldes y la población también tienen ilusiones porque la mina representa una esperanza para enfrentar los problemas económicos y sociales que padecen: el 90 por ciento de la gente de esa zona ha vivido siempre de la explotación minera.

Según el presidente de Greystar, Steve Kesler, la firma lleva 15 años explorando en la región, y ahora que se ha confirmado la viabilidad económica del proyecto, está lista para invertir 1.000 millones de dólares para empezar las operaciones. A lo largo de los 15 años de explotación, se invertirán otros 3.000 millones de dólares.

La multinacional asegura que no arrasará con la biodiversidad del lugar, pues cuenta con los más altos estándares en la explotación aurífera, lo que implica mitigar todos los impactos. "No es cierto que vayamos a envenenar toda el agua", explicó.

Los alcaldes de California, Medardo García Estévez, y de Vetas, Arlet Esteban Arias, dos de las poblaciones ubicadas en jurisdicción del páramo, aseguran que no están en contra de Angostura porque representa una esperanza para mejorar el ingreso de sus pobladores.

La polémica está al rojo vivo. Para muchos expertos, permitir la explotación de estos recursos en el páramo de Santurbán sería condenar a uno de los más importantes ecosistemas de páramos del país, una riqueza irrecuperable. Para otros, cerrarlo equivaldría a descartar uno de los más importantes proyectos de explotación minera en oro de los últimos años.

La decisión que adopten las autoridades va a fijar un hito porque establecerá una política sobre la solución de la difícil disyuntiva: el oro y su impacto social y económico positivo, o la naturaleza, que surte de servicios vitales como el agua y el aire a los seres humanos. Una decisión nada fácil.