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"No ahorramos lo suficiente"

Héctor Cadena, presidente saliente del ISS, dice que el problema de las pensiones es que quienes hoy las reciben cotizaron poco, por lo que el Instituto no tiene con qué pagar.

27 de junio de 2004

Las reservas pensionales del Instituto de Seguros Sociales se agotará en septiembre y no hay con qué pagar las jubilaciones de los últimos meses del año. Por eso la semana pasada el director del ISS, Héctor Cadena, solicitó al Ministerio de Hacienda una adición presupuestal por 950.000 millones de pesos para cubrir los cuatro

meses que están sin financiación. Estos recursos se suman a los 713.000 millones de pesos que ya le habían sido asignados al ISS en el presupuesto nacional de 2004. Se prevé que en 2005 el Estado tendrá que sacar de su bolsillo más de tres billones de pesos para pagar las mesadas de los pensionados del Seguro Social. SEMANA habló con su presidente, Héctor José Cadena, acerca de la gravedad de esta crisis.

SEMANA: ¿Qué seguridad tienen los jubilados de que les llegará su mesada puntualmente?

HÉCTOR CADENA: La ley estableció que una vez agotadas las reservas del ISS, la Nación cubriría el faltante. Ésta pagará puntualmente a cada jubilado su mesada, a la que tiene derecho por ley.

SEMANA: ¿De quién es la culpa de que se agotaran las reservas?

H.C.: El origen de esta deuda se remonta a 1967, cuando nació el sistema de pensiones en Colombia y se comenzó con unas cotizaciones muy bajas del 4,5 por ciento mensual. Los gobiernos no quisieron darse la pela de aumentar este porcentaje y sólo en 1985, Belisario Betancur lo aumentó a 8 puntos del salario mensual, muy poco comparado con los 14 que se cotizan hoy. Además el Estado se había comprometido a aportar una tercera parte del ahorro para las pensiones futuras, pero nunca lo hizo. Por eso no se ahorró lo necesario para pagar las pensiones y las reservas se agotarán este año. Es decir, quienes hoy reciben mesadas no ahorraron lo suficiente para gozar de ellas.

SEMANA: ¿Por qué apenas ahora se piensa en cómo conseguir la plata que todos sabían que se iba a necesitar desde hacía una década?

H.C.: La Ley 100 de 1993 intentó cerrar la brecha aumentando aún más el porcentaje de cotización -hasta 13,5 por ciento- y subiendo la edad y el número de semanas cotizadas necesarias para jubilarse, que pasó de 500 a 1.000 semanas. Desde ese entonces, salvo unos ajustes que se hicieron en 1997, sólo la reforma pensional del año pasado dispuso aumentar poco a poco las cotizaciones, hasta llegar a 15,5 por ciento en 2006, y la edad de jubilación, con la idea de que los trabajadores de hoy ahorren lo suficiente para las pensiones del mañana.

SEMANA: Pero entonces las modificaciones no fueron suficientes...

H.C.: Con la Ley 100 se crearon los fondos privados de pensiones, un régimen en el que cada cual ahorra en una cuenta individual lo que espera recibir de pensión cuando envejezca. Con la llegada de los fondos privados más de un millón de colombianos dejaron de aportar al Seguro entre 1995 y 2003. Y como las pensiones se pagaban con estos aportes, empezaron a gastarse las reservas con la garantía de que cuando se acabaran la Nación comenzaría a poner el faltante.

SEMANA: ¿Cuántos cotizantes sostienen a cuántos pensionados?

H.C.: Hoy tenemos 1.940.060 aportantes y 544.597 pensionados. Esto significa que por cada jubilado hay 3,5 personas haciendo aportes. A principios de 1994, cuando recién se aprobó la reforma a la Ley 100, había un pensionado por cada 11 cotizantes. Los sistemas de jubilación de prima media fueron concebidos en el mundo con una relación de ocho cotizantes por pensionado para que se sostengan.

SEMANA: ¿O sea que la Ley 100 es la causante de la quiebra del Seguro Social?

H.C.: No. Si no hubiera aparecido la Ley 100 y el país hubiera seguido cotizando con tasas de 6 por ciento mensual, habría colapsado el sistema de pensiones. El lío de las pensiones por falta de reservas no es exclusivo de Colombia. Hay dificultades en China, Alemania, Italia, Francia, México, Argentina e incluso en Estados Unidos, que en 2008 va a tener problemas cuando la generación del baby boom se pensione.

SEMANA: Pero fue la Ley 100 la que produjo un progresivo éxodo de la base de clientes del ISS hacia las EPS privadas...

H.C.: Hay que verlo por el lado positivo, porque esos fondos privados hoy tienen acumulados 21 billones de pesos de ahorros que se han hecho con base en las cotizaciones de estas personas, que van a recibir su pensión sobre la base de lo que ahorren.

SEMANA: Pero si el ISS todavía fuera monopolio -es decir, tuviera los 4,5 millones de colombianos que cotizan para una pensión-, esa relación sería de 7,5 cotizantes por cada pensionado...

H.C.: Eso es verdad. Sin embargo, según los cálculos de Planeación Nacional, si no hubiera sistema de ahorro individual quizás hoy no habría problemas pero en 20 ó 25 años el caos hubiera sido tremendo pues el sistema habría colapsado de todas formas, con la gravedad de que para ese entonces el costo sobre el presupuesto nacional sería de billones y billones de pesos.

SEMANA: ¿Por qué no poner a todos los pensionados a pagar parte de sus propias pensiones? ¿No es acaso justo que el peso de la deuda pensional lo lleven las generaciones que la originaron por no haber ahorrado lo suficiente?

H.C.: Sobre eso hay muchas teorías y el mundo está debatiendo el tema. La solución al problema es en muchos frentes. En la legislatura que inicia el 20 de julio el gobierno va a llevar una reforma constitucional que es el primer avance hacia una reforma estructural del tema pensional. Luego tiene que venir un proyecto de ley.

SEMANA: ¿Por qué en semejante crisis el Presidente no quiere reformar el régimen privilegiado de pensiones que tienen los militares, si están reformando todos los demás?

H.C.: Indudablemente en Colombia hay demasiados sistemas preferenciales, pero es una decisión del gobierno y yo como presidente del ISS no me puedo meter.

SEMANA: ¿Qué está haciendo el ISS para no perder más clientes en pensiones y en salud? Sólo en salud el ISS perdió en los últimos seis años cinco millones de afiliados que se fueron hacia EPS privadas...

H.C.: El año pasado trasladamos la prestación de servicios médicos a siete empresas adscritas al Ministerio de Protección, con lo cual se dejó al Instituto con la tarea única de afiliar y administrar el aseguramiento en sus tres negocios: salud, riesgos profesionales y pensiones. Por primera vez contratamos vendedores para cada uno de estos tres campos con el fin de recuperar afiliados y mantener los clientes actuales.

SEMANA: ¿Y los elevados costos del sistema de salud qué?

H.C.: Desde que entré al ISS hemos reducido gastos aproximadamente en 106.000 millones de pesos en materia de salud. De 63 gerencias seccionales pasamos a 28 y se compraron 400 medicamentos a través de un proceso de subastas por Internet, por un valor de 158.000 millones de pesos.

SEMANA: Pese a esto, el ISS tiene un costo aproximado por paciente afiliado de 413.000 pesos, mientras que una EPS privada tiene un costo promedio de 255.000 pesos...

H.C.: Cuando apareció la Ley 100 de 1993, que creó las EPS privadas, el ISS llevaba prestando servicios de salud por 48 años. Las EPS privadas comenzaron su actividad en el 95 con tecnologías modernas y personal nuevo que, a diferencia del ISS, no tenían ninguna incidencia sobre sus costos de operación. Eso nos puso a competir en desigualdad de condiciones.

SEMANA: El ISS tiene otro lastre y es la gran concentración de los pacientes con enfermedades de alto costo...

H.C.: Del total de los del régimen contributivo de salud, que tienen VIH o insuficiencia renal, el 52,5 por ciento y el 68,8 por ciento, respectivamente, se encuentran afiliados al ISS. Indudablemente esto incide en nuestros costos, que son superiores a los de una EPS nueva que no lleva sino ocho o nueve años en actividad.

SEMANA: Usted sale del ISS en los próximos días. ¿Ya sabe quién va a ser su reemplazo? ¿Será por el lado del Oxígeno?

H.C.: No tengo ni la más remota idea. Yo soy un técnico que llegué al ISS por una amistad con Juan Luis Londoño porque fue mi monitor de hace 20 años en un posgrado que hacía en la Universidad Javeriana. En esos intríngulis de sucesiones yo no me meto.