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El mundo está en vilo esperando que Estados Unidos no caiga en el llamado precipicio fiscal.

MUNDO

Nubarrones en el horizonte

Tres riesgos persisten en la economía mundial: la crisis en la zona del euro, los problemas fiscales en Estados Unidos y la desaceleración en China. En medio de las tensiones globales, a América Latina no le irá tan mal.

24 de noviembre de 2012

Hay grandes nubarrones sobre la economía mundial que no permiten ver con toda claridad el año entrante. La palabra clave en todos los pronósticos es incertidumbre.

Los mayores riesgos en el horizonte están asociados con la crisis financiera en la zona del euro, la situación fiscal en Estados Unidos y a mediano plazo, con el temor de una brusca desaceleración en China.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, FMI, la economía mundial crecerá el próximo año 3,6 por ciento, por encima de lo esperado para el actual, 3,3 por ciento.

Los investigadores del organismo indican que hay una probabilidad de uno en seis de que el crecimiento mundial descienda por debajo del 2 por ciento, lo cual correspondería a una recesión en las economías avanzadas y un crecimiento lento en las de mercados emergentes y en desarrollo.

Para la mayoría de analistas, la crisis de la zona del euro seguirá siendo la amenaza más clara para las perspectivas mundiales. Varios países del viejo continente tendrán que seguir haciendo ajustes para restablecer su competitividad, sanear sus finanzas públicas y respaldar el crecimiento.

El desempleo, probablemente permanecerá en niveles elevados en muchas partes del mundo y las condiciones financieras seguirán siendo frágiles.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) prevé que la tasa de desempleo de España alcanzará el año entrante 25,3 por ciento, lo que pone a este país como la economía desarrollada con mayor nivel de desempleo. Según el organismo, una mejora en las condiciones del mercado laboral dependerá en gran medida de la recuperación económica. Como quien dice, no hay que ser muy optimistas.

Para el profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, José Antonio Ocampo, el tema pendiente más grande en la zona euro es Grecia: "Su situación no se ha resuelto todavía. Sigue colapsando y esto podría forzar su salida del bloque, algo que sería, a mi juicio, catastrófico, pues generaría un efecto dominó difícil de parar".

Pero, ¿es alta la probabilidad de que se presente este escenario? La verdad es que mientras exista el riesgo, la probabilidad no desaparecerá. Ocampo cree que existe la voluntad de salvar a Grecia, aunque el proceso de decisión es extremadamente lento. Ahora bien, aunque se salve, sostiene que Europa no se librará del costo de más de una década perdida. Por otro lado, como dice Ocampo, Europa dejó de ser fuente de dinamismo hace mucho rato.

Pero no solo los países de la periferia europea como España, Portugal, Italia o Grecia, son foco de incertidumbre en la vieja Europa. En 2013 se sumará Alemania. Diversos indicadores económicos apuntan ya a un severo enfriamiento de la economía alemana. Mario Draghi, jefe del Banco Central Europeo, dijo, citado por El País de Madrid, que la locomotora económica de Europa empieza a resfriarse por culpa de la crisis del euro. Según el diario español, las exportaciones alemanas cayeron 2,5 por ciento en septiembre pasado, frente a agosto, entre otras razones, porque Europa representa el 40 por ciento de la demanda extranjera de productos alemanes. También las perspectivas apuntan a un aumento del desempleo germano en 2013, de 6,8 a 6,9 por ciento. En cuanto al PIB crecerá 0,8 por ciento y no el 1 por ciento que anuncia el gobierno.

No menos tensión se ve al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, la entrada en vigor de los aumentos de impuestos y recortes de gastos programados para 2013 afectaría negativamente el crecimiento, a menos que se apruebe una ley para evitarlo.

Según el FMI, la economía estadounidense se desaceleró. Los datos indican que comenzó 2012 con un impulso mayor que el inicialmente estimado. Sin embargo, el crecimiento del PIB real posteriormente se desaceleró a 1,7 por ciento en el segundo trimestre, es decir, por debajo de las proyecciones del FMI de abril y su actualización en julio. El mercado laboral y el consumo no han logrado cobrar mucho impulso.

Para el organismo multilateral, el lado positivo es que el mercado inmobiliario estadounidense estaría estabilizándose aunque en niveles deprimidos y el crédito privado seguiría expandiéndose a pesar del retroceso de los bancos de la Unión Europea en el mercado de Estados Unidos.

Por ahora, en Estados Unidos todo dependerá de si las autoridades evitan el llamado precipicio fiscal (combinación de recortes de gasto y subida de impuestos) y elevan el tope de la deuda y al mismo tiempo logran avances importantes hacia la formulación de un plan para restablecer la sostenibilidad.

Después del triunfo del presidente Barack Obama en las pasadas elecciones, algunos analistas ven con más optimismo el futuro fiscal de Estados Unidos. José Antonio Ocampo afirma que hay señales que indican que un acuerdo político hoy es más posible que antes. "La claridad de la victoria de Obama es una buena noticia en términos económicos".

Pero ahí no paran los interrogantes sobre la economía mundial. Según el FMI, a mediano plazo, persiste el riesgo de una desaceleración brusca en China, que repercutiría tanto en el crecimiento mundial como en los mercados de materias primas. El gigante asiático es determinante en los precios de los productos básicos, que a su vez son fundamentales para los países emergentes de América Latina que son exportadores de ellos.

Como dice la directora del FMI, Christine Lagarde, los vínculos entre lo que pasa en Occidente y Oriente son estrechos. La demanda de Europa y de Estados Unidos absorbe por separado alrededor de un tercio de las exportaciones netas de las economías emergentes de Asia.

Este año, el crecimiento de las economías emergentes de Asia cayó al nivel más bajo desde 2008, en parte como consecuencia del enfriamiento de la economía china e india, pero también como resultado de los vendavales provenientes de Occidente.

Ahora bien, algunos economistas estiman que la actividad económica en China se podría ver impulsada con la aprobación más rápida de proyectos de infraestructura pública y así evitar una mayor desaceleración. De todas maneras China terminará afectada con una recesión europea prolongada.

Los reflectores también están puestos sobre Japón que está en recesión y donde se espera que las autoridades tomen medidas más drásticas para mover la máquina.

El FMI considera que las perspectivas presupuestales también se han tornado más inciertas en el país Nipón, donde un impasse político ha demorado la aprobación del financiamiento presupuesto para el resto del ejercicio que concluye en marzo de 2013.

Si bien el gasto relacionado con el terremoto y tsunami de 2011 ha apoyado el crecimiento, el ritmo disminuirá considerablemente conforme vayan concluyendo las tareas de reconstrucción posteriores.

El Fondo pronostica que el PIB real se estancará en el segundo semestre de 2012 y crecerá aproximadamente 1 por ciento en el primer semestre de 2013. De ahí en adelante se prevé una mayor aceleración del crecimiento.

Con este panorama de las grandes economías, se espera que las de mercados emergentes puedan mantener un ritmo de expansión y al mismo tiempo reemplazar cada vez más las fuentes externas de crecimiento con internas.

Cabe anotar que el crecimiento del PIB también se desaceleró en América Latina hasta 3 por ciento en el primer semestre de 2012, esto, según el FMI, debido en gran medida a que en Brasil se sintió el impacto de la aplicación previa de políticas más restrictivas para contener la presión inflacionaria y el efecto de las medidas para moderar el crecimiento del crédito en ciertos segmentos del mercado. El organismo espera para América Latina un crecimiento de 3,9 por ciento el próximo año, superior al 3,2 por ciento, con el que estima terminará el 2012.

En síntesis, si bien no se esperan noticias muy positivas para la economía mundial el próximo año, tampoco es para echarse a llorar. En últimas será un año con más de lo mismo.