Home

Economía

Artículo

Nuevas vías para el blanqueo

20 de agosto de 2001

Hace algunos meses la prensa británica hablaba de un hecho insólito: un casino en Internet ofrecía la posibilidad de realizar apuestas a través de la red. Hasta ahí todo bien. Lo inusual aparecía cuando un jugador decidía retirarse en el último momento. La casa de juego le devolvía entonces el dinero en un cheque, haciendo de esta operación una magnífica fórmula para el blanqueo de dinero.

Hechos como este han puesto de manifiesto la facilidad de lavar activos a través de la red con operaciones que permiten un total anonimato y que se llevan a cabo con gran rapidez. Incluso los negocios on line que ofrecen la mayoría de bancos —caracterizados por una total despersonalización entre el cliente y la entidad— son sujeto de blanqueo.

Si bien estas transacciones contribuyen positivamente al incremento de la eficiencia y la reducción de costos de las entidades financieras, también pueden obstruir y dificultar la identificación de los clientes y la supervisión de sus cuentas. El caldo de cultivo para las operaciones ilegales es, entonces, más que suculento.

Los lavadores de dinero se han visto obligados, cada vez más, a buscar mecanismos e instituciones financieras internacionales no tradicionales para lavar sus ganancias ilegales.

Entre algunos de los métodos que utilizan con frecuencia figuran el contrabando de grandes cantidades de dinero en efectivo; el lavado de dinero basado por intermedio del mercado negro de dólares, y la utilización de firmas que prestan servicios monetarios, como aquellas que remiten dinero cablegráficamente, casas de cambio, firmas que venden giros postales y cheques de viajero